Editorial Alaire

Diría en mis momentos a solas
que la vida va colgada de mi oreja,
no sé si algún día la pierda
o alguien interrumpa mis rumbos.

Me autodefino como un bilingüe
que habla el dialecto del mar
aún con cantidad de alegorías
puedo en las profundidades:
sucumbir, renacer, probar el sorbo
de esa tempestad sin nombre.

Mi propio negocio a medidas,
fue distribuir los engaños
empaquetar los atardeceres
fiar a un estriado corazón.

Quizá fui un columpio sin regreso
un túnel que se desplomó,
la luna ahogada en su propio hechizo
esas noches que jamás brillaron.

Esperar algo de alguien
suena a copla descabellada
tan sólo te usan, te absorben.
Por eso no confíes tus ojos
a alguien que te los plagie
el día de mañana…

Nunca llega…nunca llega.


PD: A mis casi 21 soy tan inconforme, quejoso e impredecible. Creoque no soy humano, pero pueden disfrutar de este intento de poema.¡Salud por hoy y siempre!

Es una autoafirmación basada en el sacrificio y, por tanto, en el triunfo. Un yo iterativo es un yo que no admite más itinerario que su propia voz, aunque sólo fluya de los propios labios a la propia oreja. La sensación de exilio, el extrañamiento frente a las falsas semejanzas que constituyen el mundo, es dolor, pero también honestidad si se cumple el destierro sin ceder a la gravedad más peso que el que constituye el cuerpo y su andadura, la presencia necesaria para que tu mano escribiera este poema, al dictado de lo que está a salvo, de lo que sólo tú sabes y eres. Me ha parecido magnífico. Un abrazo agradecido.

Wilmer Uzcátegui escribió:Diría en mis momentos a solas
que la vida va colgada de mi oreja,
no sé si algún día la pierda
o alguien interrumpa mis rumbos.

Me autodefino como un bilingüe
que habla el dialecto del mar
aún con cantidad de alegorías
puedo en las profundidades:
sucumbir, renacer, probar el sorbo
de esa tempestad sin nombre.

Mi propio negocio a medidas,
fue distribuir los engaños
empaquetar los atardeceres
fiar a un estriado corazón.

Quizá fui un columpio sin regreso
un túnel que se desplomó,
la luna ahogada en su propio hechizo
esas noches que jamás brillaron.

Esperar algo de alguien
suena a copla descabellada
tan sólo te usan, te absorben.
Por eso no confíes tus ojos
a alguien que te los plagie
el día de mañana…

Nunca llega…nunca llega.


PD: A mis casi 21 soy tan inconforme, quejoso e impredecible. Creo que no soy humano, pero pueden disfrutar de este intento de poema. ¡Salud por hoy y siempre!

Muchas veces tenemos esos momentos en la vida, en los que dudamos hasta de nosotros mismos, no hay que esperar nada de alguien, hay que hacer que los demás esperen algo de nosotros.
Siento cierta predilección por los poemas melancólicos, y éste tiene mucho de eso. Un enorme placer visitarte.

Buenas, tenía algo de tiempo que no pasaba por acá, debido al factor tiempo. Digamos que estaba en status off. A mis dos decadas necesito vivir, sentir más el dolor/ y el no dolor, cuando escribí este intento de poema tenía el corazón desgarrado, no por haber rompido con alguien porque para ser sincero jamás he tenido a alguien. La nostalgia aún está aquí, haciendo de las suyas, pero trato de atesorarla para que no duela tanto. Vaya que vuestras huellas se han tatuado en mí. Espero leeros algún día.


pedro arguedas ibáñez
Tristitia Marisol

Les envío abrazos de esos que duran.

Estoy de acuerdo con Pedro, es un buen poema... Por estas cosas de la vida ya veo que apenas tuvo lecturas en su día, espero que las tenga ahora...

Un placer,

Carmen

Mal andamos si ya con 21 años nos puede la melancolía.

La nostalgia es una cualidad que se acrecienta con la edad.

Saludos

Marcos

Me gustó tu poema, estos versos que emanan desilusión , que pienso será producto de una mala experiencia pasajera
Un placer seguirte
Un abrazo
Pilar