Editorial Alaire

Si de mi juventud
solo perdura el recuerdo de un cuento,
sería la senectud
triste y evaporada al son del viento
por un continuo y puro movimiento.

De nuestra alma en el fondo
sentimos que somos nosostros mismos,
que allí, en lo más hondo
pervive nuestro yo en los abismos
de un ente ya inmortal y sin cinismos.

Principio siempre joven
que no cambia y persiste de este modo,
aunque nos den el Nobel
o aunque estemos metidos en el lodo.

Este poema, Mª José, tiene esos dos elementos que logran dejar un texto en la memoria aunque sólo se lo haya leído una vez: lo que todos hemos sentido o sentiremos ulguna vez en la vida, y el ritmo impecable que ayuda a grabarlo. Suele pasarme con algunas canciones que me encuentro cantando sin saber que sabía, y creo que es magnífico que puedas lograr un resultado así, denota el buen hacer.

Un placer, vendré por más.

Viví