La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Reconstruìda ausencia que me busca,
entre ecos malogrados e infinitos,
tendrè que sepultar este recuerdo,
de tardes añoradas y espejismos.
Tarde que fue de todos y de nadie,
de perpetuos espejos en vaivenes,
donde mi voz se quiebra y lo recuerda,
socavada de esquirlas y de ayeres.
Allì donde el amor cavò su tumba,
en la sangrante herida del ocaso,
lo adorè con el alma, a mi hombre eterno,
¿en què vasto silencio... podrè odiarlo?.
SANDRA IGNACCOLO
Derechos de autor
Soy como el mar siempre constante,
la que va y viene lamiendo tu orilla,
buscando tu nombre en vuelos errantes,
de horizontes lejanos/ y de lunas perdidas.
Es un poema que transcurre ligero y digerible, gracias a que el ritmo se conserva en todo su recorrido. La melancolía es un factor muy marcado, en donde la estrofa final es el clímax, un poema admirable. Saludos.
... y la alegría nadie me la supo enseñar.
Abraham Valdelomar.
Reconstruìda ausencia que me busca,
entre ecos malogrados e infinitos,
tendrè que sepultar este recuerdo,
de tardes añoradas y espejismos.
Tarde que fue de todos y de nadie,
de perpetuos espejos en vaivenes,
donde mi voz se quiebra y lo recuerda,
socavada de esquirlas y de ayeres.
Allì donde el amor cavò su tumba,
en la sangrante herida del ocaso, lo adorè con el alma, a mi hombre eterno,
¿en què vasto silencio... podrè odiarlo?.
SANDRA IGNACCOLO
Derechos de autor
Me han gustado especialmente esos versos que te he subrayado. Es un poema que se lee con mucho gusto. Es bello en su melancolía, y le has sabido imprimir un buen ritmo. El amor y el odio a menudo son la misma cosa.
Tristitia Marisol escribió:Es un poema que transcurre ligero y digerible, gracias a que el ritmo se conserva en todo su recorrido. La melancolía es un factor muy marcado, en donde la estrofa final es el clímax, un poema admirable. Saludos.
Asì es Tristitia, el poema està lleno de soledad y melaconlìa, un saludo para vos y muchas gracias por estar.
Soy como el mar siempre constante,
la que va y viene lamiendo tu orilla,
buscando tu nombre en vuelos errantes,
de horizontes lejanos/ y de lunas perdidas.
Reconstruìda ausencia que me busca,
entre ecos malogrados e infinitos,
tendrè que sepultar este recuerdo,
de tardes añoradas y espejismos.
Tarde que fue de todos y de nadie,
de perpetuos espejos en vaivenes,
donde mi voz se quiebra y lo recuerda,
socavada de esquirlas y de ayeres.
Allì donde el amor cavò su tumba,
en la sangrante herida del ocaso, lo adorè con el alma, a mi hombre eterno,
¿en què vasto silencio... podrè odiarlo?.
SANDRA IGNACCOLO
Derechos de autor
Me han gustado especialmente esos versos que te he subrayado. Es un poema que se lee con mucho gusto. Es bello en su melancolía, y le has sabido imprimir un buen ritmo. El amor y el odio a menudo son la misma cosa.
Saludos, Sandra.
Hola Óscar, que gusto me dio verte de nuevo, muchas gracias por estar, te mando un beso enorme.
Soy como el mar siempre constante,
la que va y viene lamiendo tu orilla,
buscando tu nombre en vuelos errantes,
de horizontes lejanos/ y de lunas perdidas.
Luis Oroz escribió:Precioso poema, Sandra, tanto en continente como en contenido.
Imprimes todo esa sensación de inmensidad que sujeta el amor-desamor.
Me alegra verte otra vez por aquí, no tardes en volver.
Un abrazo.
Luis Oroz.
Hola Luis, tu visita siempre es alentadora amigo, gracias por estar, te mando un beso.
Soy como el mar siempre constante,
la que va y viene lamiendo tu orilla,
buscando tu nombre en vuelos errantes,
de horizontes lejanos/ y de lunas perdidas.
José Manuel Sáiz escribió:Precioso!! un poema que verdaderamentese lee con fluidez y placer. Te felicito por este singular y hermoso trabajo.
Un abrazo.
J. manuel
Muchísimas gracias por estar en mis versos y dejar tu comentario José Manuel, besos y mis mejores deseos para vos.
Soy como el mar siempre constante,
la que va y viene lamiendo tu orilla,
buscando tu nombre en vuelos errantes,
de horizontes lejanos/ y de lunas perdidas.
Blanca Sandino escribió:Estoy totalmente de acuerdo con Luis. Me ha encantado "Tarde de ausencia", Sandra.
Blanca
Blanca, estoy enormemente agradecida por tus palabras, te mando un beso y mis buenos deseos para este año.
Soy como el mar siempre constante,
la que va y viene lamiendo tu orilla,
buscando tu nombre en vuelos errantes,
de horizontes lejanos/ y de lunas perdidas.
Reconstruìda ausencia que me busca,
entre ecos malogrados e infinitos,
tendrè que sepultar este recuerdo,
de tardes añoradas y espejismos.
Tarde que fue de todos y de nadie,
de perpetuos espejos en vaivenes,
donde mi voz se quiebra y lo recuerda,
socavada de esquirlas y de ayeres.
Allì donde el amor cavò su tumba,
en la sangrante herida del ocaso,
lo adorè con el alma, a mi hombre eterno,
¿en què vasto silencio... podrè odiarlo?.
SANDRA IGNACCOLO
Derechos de autor
Fuertes versos, Sandra, fuertes e impactantes.
Un placer leerte.
Reconstruìda ausencia que me busca,
entre ecos malogrados e infinitos,
tendrè que sepultar este recuerdo,
de tardes añoradas y espejismos.
Reconstruida la ausencia que me busca
entre ecos malogrados e infinitos,
tendré que sepultar de su recuerdo
las tardes añoradas; espejismos.
Tarde que fue de todos y de nadie,
de perpetuos espejos en vaivenes,
donde mi voz se quiebra y lo recuerda,
socavada de esquirlas y de ayeres.
Tarde que fue de todos y de nadie,
de perpetuos espejos, de vaivenes
donde mi voz se quiebra y lo recuerda
socavada de esquirlas y de ayeres.
Allì donde el amor cavò su tumba,
en la sangrante herida del ocaso,
lo adorè con el alma, a mi hombre eterno,
¿en què vasto silencio... podrè odiarlo?.
Allí donde el amor cavó su tumba,
en la sangrienta herida del ocaso,
adoré con el alma un hombre eterno.
En qué vasto silencio puedo odiarlo?
He copiado las estrofas de tu precioso poema endecasílabo con rima asonante en los versos pares, para que tengas otra perspectiva de algunos detalles, nada importante.
Tu poema me ha gustado, encuantro versos muy bellos y la voluntad firme que busca la hermosura.
Ha sido un placer, querida amiga. Felicidades.
Te mando un fuerte abrazo.