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A UNA DESCONOCIDA
Publicado: Lun, 12 Ene 2009 22:08
por JUANPABLO
Estuvieron muy cerca nuestras vidas
y apenas sólo a un palmo nuestros rostros...
presintiendo la huída,
porque había dos sólidas murallas
que hacían imposible nuestro encuentro,
y aquello no tenía más futuro
que el que tú ya conoces.
Nos miramos los dos sin extrañarnos,
atrapados en nuestra cercanía
y un discurso elocuente en la mirada
puso alas al sueño.
Yo estaba junto a ti sin darme cuenta
del minuto especial que nos unía
entre siglos de olvido.
Pero algo me hizo estremecerme
(¿la emoción o el espanto?)
en el muelle rincón en que me hallaba.
Arrancaba mi tren y tú te fuiste
quedando detenida en tu ventana.
Te perdí para siempre,
pero no te perdí completamente,
que dejaste un pedazo de tu vida
enredado en mis sueños.
Al volver tu mirada con apego
hacia el tren que marchaba,
un golpe de ternura estremecido
me llegó de tus ojos
y dejó mi valor desarbolado.
Y aún pregunta insistente la ternura
a las puertas del alma:
¿Por qué vías camina tu destino?
Porque ya no seremos nunca extraños
a partir de este encuentro,
aunque somos, lo sé, desconocidos.
* * *
Publicado: Lun, 12 Ene 2009 22:31
por Viví Flores Massares
A este ya lo había leído, es más, lo tengo impreso, lo has tenido aquí ya? o puede que te lo haya leído en otro sitio, pero no importa, me sigue encantando, es muy musical, eufónico me dirían por ahí, y eso del valor desarbolado es súper.
Un placer.
Publicado: Mié, 14 Ene 2009 10:32
por JUANPABLO
Viví Flores Massares escribió:A este ya lo había leído, es más, lo tengo impreso, lo has tenido aquí ya? o puede que te lo haya leído en otro sitio, pero no importa, me sigue encantando, es muy musical, eufónico me dirían por ahí, y eso del valor desarbolado es súper.
Un placer.
Estimada Viví:
Tal vez lo hayas visto hace algún tiempo en otro lugar ¿TdP?
Te contaré la historia:
Había dos trenes parados en una estación,
iban en direcciones opuestas.
Había dos ventanas enfrentadas
y junto a ellas sentados,
dos seres solitarios, reflexivos,
que rompieron su soledad
con una mirada cómplice.
Arrancó mi tren
y ella quedó mirando al tren que huía.
Nunca más supe de ella;
tampoco antes de verla
conocía su existencia.
Cuando poco después llegué a mis destino
el poema ya tenía cuerpo y alma.
Eso ocurrió hace 24 años.
Un abrazo..