Editorial Alaire

Tienes que saber
que los árboles muertos hablan solos
su soledad de campana muda,
la nostalgia de rumores jóvenes,
el pavor a la candela desde pequeños
y la ausencia de los pájaros esquivos.
Tantos estigmas para tan corta vida,
estafa escrita con abriles que jamás
anunciaron la palidez de este declive.
Qué larga es la noche para los insomnes
y qué duro el invierno en los páramos.
Hermano del camino y la palabra:
mírame entonces vencedor o vencido
pero humanamente hombre a secas,
pacífico ante el ocaso, breve tierra herida
por la navaja de la finitud que está llegando.
Porque es mentira
que debemos vivir hasta la muerte,
habrá un tiempo de libertad y grito
contra el guión y las buenas costumbres,
llegará la hora en que las despedidas
sean una fiesta desnuda de misericordias,
un abrazo al que acogerse,
un ardor dulce en mi piel de padre,
el último patíbulo en la travesía
del reo de la vida que me construyó
desnudo de provisiones, ungido de sombra,
quizás en el fondo buena gente,
exhausto de amar la arena de los años.
Y ese día ya no saldrá el sol.
Y será el final del miedo y del silencio.

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Porque es mentira
que debemos vivir hasta la muerte,
habrá un tiempo de libertad y grito
contra el guión y las buenas costumbres,
llegará la hora en que las despedidas
sean una fiesta desnuda de misericordias...

Un poema profundo que acumula sabiduria con dolor, amor y todo lo que sucede normalmente en nuestra existencia. Un poema completo, bien amarrado en su tema. De lo mejor que te he leido. Enhorabuena.

Iben Xavier

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Nacemos con la condena a muerte firmada, Valentín. Todos.

Durante un tiempo no somos conscientes de ello. Cuando por fin lo somos, jugamos con esa realidad como quien juega con un niño al escondite: sabes que está tras las cortinas, pero insistes en que no tiene ni idea de dónde encontrarlo.

A veces, la diversión es ganarle la partida, ¿por qué no?

Y a veces estamos tan cansados, nos cansa tanto la vida, que lo único que queremos es que deje de amenazar, que aparezca de una vez por todas. Quizá porque sabemos lo que expresas, y qué bien lo expresas, al final de tu poema:

Y ese día ya no saldrá el sol.
Y será el final del miedo y del silencio.

Profundo, como acostumbras.

Blanca

Valentín, en todo lo que he leído éste es un magnífico poema en el que vibra la esencia de la poesía que es la emoción, esa conmoción que te mueve y conmueve en los reflejos de los versos que transcurren con la serenidad de un gran río de aguas profundas. Todo es creíble en este tren que pasa por delante de nosotros con el título de último. Enhorabuena.
Salud.

Lo único que puedo hacer frente a tu poema es, aplaudir con devoción.

Felicitaciones, Valentín.

Un abrazo fuerte y mis deseos de un 2009 sano y feliz para ti y para tu familia.


Hallie

Me gustó pasar por tus versos, algunos de ellos magníficos
Un abrazo
Pilar

Excelente. Desde la emoción, el dolor que transmiten ciertas imágenes, esa estrofa libertaria... Un gran poema, sin dudas.
Agradezco esta lectura.
Saludos cordiales.

Y ese día ya no saldrá el sol.
Y será el final del miedo y del silencio.

Tiene tu poema una profundidad vertiginosa, imagen tras imagen, emoción tras emoción. Y qué final! Maravilloso.

Abrazo desde Buenos Aires.

Muy agradecido, Iben, por tu comentario. Pero no son sólo las palabras los motivos de mi gratitud sino también tu presencia generosa, ese estar siempre. La compañía, en estos rincones de poesía que son también rincones de humanidad para los solitarios, es impagable.

Recibe mi abrazo.

Blanca, qué gratificante tu reflexión sobre el poema y la idea que lleva dentro. Gracias por pararte tanto tiempo y dedicarle estas palabras.
Un beso.

Salud, Julio, y un abrazo por toda tu generosa atención. Estoy de acuerdo con todas y cada una de tus palabras.

Me ha encantado este poema.
Despliegas muchas emocionesa lo largo de tus versos.
Un fuerte abrazo

Joan

Créeme, Valentín, siempre, siempre, logras emocionarme... Hay una sabiduría y una enorme verdad en todo lo que escribes... Y no suelo yo decir estas cosas si no las siento...

Un placer grande,

Carmen

LLega muy adentro este poema amigo Valentín.

Porque es mentira
que debemos vivir hasta la muerte,
habrá un tiempo de libertad y grito
contra el guión y las buenas costumbres,
llegará la hora en que las despedidas
sean una fiesta desnuda de misericordias,
un abrazo al que acogerse,
un ardor dulce en mi piel de padre,
el último patíbulo en la travesía
del reo de la vida que me construyó
desnudo de provisiones, ungido de sombra,
quizás en el fondo buena gente,
exhausto de amar la arena de los años.
Y ese día ya no saldrá el sol.
Y será el final del miedo y del silencio.

Veo en él un trabajo de madurez, donde la reflexión sobre lo ocurrido y caminado, la vista al frente del tramo que nos queda, son el objeto del poema.

Un grato placer con nosotros a la indiscutible calidad poética que te acompaña.

Un fuerte abrazo y que tengas un feliz año para ti y todos los tuyos.

Gracias, Hallie, tomo tus palabras como lo que son: un magnífico regalo.
Un beso.