Editorial Alaire

Estoy desnudo y solo
en este mar de hielos puntiagudos
donde me van sirviendo
los odios en bandeja.

Aquí tengo a los locos de Hamás
como perros ladrándole a la Luna,
y enseñando los dientes
detrás de los que hay
sólo hambre fanática.

Tengo a los que llamaban "los pérfidos judíos"
que en otro tiempo fueron carne de horno nazi,
y hoy arrasan escuelas y hospitales
con bombas de metralla.

Tengo a los líderes del mundo
mirando distraídos a otro lado.

Y estoy yo aquí ante esta bandeja,
perplejo y sin saber
a quien tengo que odiar de todos ellos,
o quizás tenga hoy que odiarme a mí
por el solo delito de no romper a gritos
en este mar de hielos puntiagudos,
para que el cielo sepa que tengo rota el alma.

Decidme vosotros gorrioncillos,
que volais asustados por los campos
de Gaza y de Judea,
¿a quién tengo que odiar?

* * *

Un poema comprometido Juan Pablo, la verdad es que esa podría ser la pregunta del millón, en todo caso cada cual lleva su culpa...entre ellos nosotros, que nos dejamos torcer la cabeza la mayoría de las veces. Me uno a tus palabras.

Un abrazo

Sara

Dificil pregunta que comparto contigo. Me gustó leerte
Un abrazo
Pilar

Sara Castelar Lorca escribió:Un poema comprometido Juan Pablo, la verdad es que esa podría ser la pregunta del millón, en todo caso cada cual lleva su culpa...entre ellos nosotros, que nos dejamos torcer la cabeza la mayoría de las veces. Me uno a tus palabras.

Un abrazo

Sara

Gracias, amiga Sara,
por tu amable comentario,
cómplice con mi poema.

Un abrazo.

* * *

pobre del poeta que no denuncia!!!

tu poema es denuncia pura y dura, la primera estrofa
me ha encantado en su polimetría y más en su contexto

te aplaudo Juan Pablo

.

..


Poema denuncia bastante pertinente y con una disyuntiva muy compleja. Es dificil tomar partido cuando todos son victimas y culpables al mismo tiempo, lo que nos coloca como Jueces Penitentes como escribia, Albert Camus en su libro, "La Chute. Enhorabuena por tu valentia.

Iben Xavier

.

JUANPABLO escribió:

Estoy desnudo y solo
en este mar de hielos puntiagudos
donde me van sirviendo
los odios en bandeja.

Aquí tengo a los locos de Hamás
como perros ladrándole a la Luna,
y enseñando los dientes
detrás de los que hay
sólo hambre fanática.

Tengo a los que llamaban "los pérfidos judíos"
que en otro tiempo fueron carne de horno nazi,
y hoy arrasan escuelas y hospitales
con bombas de metralla.

Tengo a los líderes del mundo
mirando distraídos a otro lado.

Y estoy yo aquí ante esta bandeja,
perplejo y sin saber
a quien tengo que odiar de todos ellos,
o quizás tenga hoy que odiarme a mí
por el solo delito de no romper a gritos
en este mar de hielos puntiagudos,
para que el cielo sepa que tengo rota el alma.

Decidme vosotros gorrioncillos,
que volais asustados por los campos
de Gaza y de Judea,
¿a quién tengo que odiar?

* * *

Una respuesta compleja para un duro poema que demuestra mucha calidad en tus versos.
Me ha gustado mucho leer este poema.

Un fuerte abrazo

Joan

Tu poema nos presenta una realidad cruda, una denuncia sincera y dolorosa. Un poema hermoso y con mensaje. Excelente.

Pilar Morte escribió:Dificil pregunta que comparto contigo. Me gustó leerte
Un abrazo
Pilar

Estimada Pilar:

Si te lo miras de otra manera
la respuesta es fácil
y está implícita en el poema:

A nadie de debe odiar,
ni a uno mismo;
eso es lo que responderían los gorridncillos,
pero ellos también quieren PAZ.

Un abrazo.

* * *

Alonso de Molina escribió:pobre del poeta que no denuncia!!!

tu poema es denuncia pura y dura, la primera estrofa
me ha encantado en su polimetría y más en su contexto

te aplaudo Juan Pablo

.

Gracias, amigo Alonso,
por tu compañía y tu complicidad.

* * *

Iben Xavier Lorenzana escribió:..


Poema denuncia bastante pertinente y con una disyuntiva muy compleja. Es dificil tomar partido cuando todos son victimas y culpables al mismo tiempo, lo que nos coloca como Jueces Penitentes como escribia, Albert Camus en su libro, "La Chute. Enhorabuena por tu valentia.

Iben Xavier

.

Amigo Iben Xavier:

Estamos colocados como jueces penitentes,
sintiéndonos culpables
sin saber bien de qué,
y al mismo tiempo indefensos,
tal como si nosotros estuviéramos
en el mismo campo de batalla.

Todo ello nos hace débiles,
muy débiles,
de defensas
y de conciencia.

Un abrazo,
agradecido de tu complicidad.

* * *

Buena pregunta, querido Juan Pablo:
pero pienso que ya existe bastante odio para que odiemos nosotros, "los de a pie", los observadores.
Cuando la razón no sirve para nada, sólo nos queda observar, pero no odiar.

Tristitia Marisol escribió:Tu poema nos presenta una realidad cruda, una denuncia sincera y dolorosa. Un poema hermoso y con mensaje. Excelente.

Estimada Marisol:

Gracias por acoger la denuncia y el mensaje,
pero no basta;
tenemos que unir los gritos
y los desgarros
para que el cielo sepa
que no comulgamos con el odio.

Que no lo sentimos,
pero tampoco lo aceptamos.

Un abrazo.

* * *

Estas lecturas amigo JuanPablo son superestimulantes y hacen sentirse a uno un poco "incómodo" al tocar heridas abiertas de conciencia que sangran abundantemente y que todo el mundo tapa con un trapo mal amarrado, pero la hemorragia es inevitable.

No sé qué será más terrible si la propia hemorragia o la culpabilidad de la indolencia frente a una cura seria de verdaderos efectos "cicatrizadores".

Un abrazo.

Amparo Guillem escribió:Buena pregunta, querido Juan Pablo:
pero pienso que ya existe bastante odio para que odiemos nosotros, "los de a pie", los observadores.
Cuando la razón no sirve para nada, sólo nos queda observar, pero no odiar.

Querida Amparo:

Yo no quiero odiar;
pero tampoco quiero ser
un observador frío y neutro,
no podría serlo aunque quisiera;
si sólo fuera frío observador
no hubiera escrito este poema,
que tuve qu hacerlo bajo presión
de mi rabia incontenible.

Un abrazo.

* * *