Editorial Alaire

[/S


SOLEDAD EN LA CIUDAD


¡ Hemos llorado tanto mi soledad y yo.!


Entre el agua perturbada del reposo

se necesita lavar la ropa harapienta,

abrir la ventana del ennegrecido suelo

lleno de butacas vacías ...


tener fe en la esperanza

sin ilusión ninguna,

en este barco negrero que es la vida,

siempre a bordo

esclavo de uno mismo.



Si se pudiera cambiar de brillo la tristeza ...



los ojos

no se estrellarían contra el cielo,


ni dejaría la ceniza en cualquier callejuela,


copularía en el lecho caliente del asfalto

a la sombra de esas prisiones

brillantemente iluminadas

de esos bloques parpadeantes

hincados en el cielo ...


donde la soledad baila con tacones

y se viste de transeúnte e insomnio,


de secas alas de silencio.

He acompañado esta soledad urbana con la compañía de tus versos, Manuel, en los que recoges mucho de lo que es la vida en la ciudad.
Salud.

Así es. Tremenda la soledad que se llega a vivir en las ciudades, y para hacerla más palpable, rodeados de tantas personas.

donde la soledad baila con tacones

y se viste de transeúnte e insomnio,


de secas alas de silencio.

Reflejas muy bien esa soledad que se vive en los tiempos de hoy y que se hace más dura por ser una soledad que se siente a pesar de la multitud de personas que nos rodean. Un placer leerte.

Si se pudiera cambiar de brillo la tristeza ...



los ojos

no se estrellarían contra el cielo,


ni dejaría la ceniza en cualquier callejuela,


copularía en el lecho caliente del asfalto

a la sombra de esas prisiones

brillantemente iluminadas

de esos bloques parpadeantes

hincados en el cielo ...


donde la soledad baila con tacones

y se viste de transeúnte e insomnio,


de secas alas de silencio.


Un beso que te llegue al corazón

Ana