POEMA PARA UN ARCÁNGEL

[Amparo Guillem]

POEMA PARA UN ARCÁNGEL

Es la búsqueda del paredro caído...

Este barro que me alberga el entendimiento,
rehúye tus razones para desamarme
y me regala ésta, mi triste figura,
de duna deshabitada tras de tí
y llanto undívago de mar alejado.

La cordura se me asienta en un rincón
- por no decir que se me ausenta del alma -,
al percibir tus milimétricos pasos
allegárseme estrategas, a la aventura
que no es andante sino predicadora;

y casi todos mis precavidos huesos
dejas maltrechos con cantos de sirena,
pues no hay esparto que pueda sujetarme
ni aun trenzándolo con el desencanto:
más me valiera construirme una columna.

Pero me enredo y sigo con el cortejo,
para deleite tuyo en tus horas muertas;
y me perpetúo en mi desastre mudo
de labriegas constelaciones amargas,
que reparte ecoicos pliegos de palabras
ya vacías o vaciadas.

[Julio Gonzalez Alonso]

POEMA PARA UN ARCÁNGEL

Es la búsqueda del paredro caído...

Este barro que me alberga el entendimiento,
rehuye tus razones para desamarme
y me regala ésta, mi triste figura,
de duna deshabitada tras de tí
y llanto undívago de mar alejado.

La cordura se me asienta en un rincón
- por no decir que se me ausenta del alma -,
al percibir tus milimétricos pasos
allegárseme estrategas, a la aventura
que no es andante sino predicadora;

y casi todos mis precavidos huesos
dejas maltrechos con cantos de sirena,
pues no hay esparto que pueda sujetarme
ni aun trenzándolo con el desencanto:
más me valiera construirme una columna.

Pero me enrredo y sigo con el cortejo,
para deleite tuyo en tus horas muertas;
y me perpetúo en mi desastre mudo
de labriegas constelaciones amargas,
que reparte ecoicos pliegos de palabras
ya vacías o vaciadas.

Con leves evocaciones cervantinas y aire de un clasicismo depurado, elevas tus versos al altar de las oraciones, de los deseos, de las palabras repetidas en el vacío eco. Espero que la alusión eremita de la columna para refugio del desencanto quede sólo en eso, en alusión.
Salud.

[Amparo Guillem]

Estimado Julio:
En efecto, resultó mi poema una oración.
Con la columna tengo un serio problema, porque creo que no es refugio sino autoceguera a sabiendas.
Saludos.
Amparo

[Ana Villalobos Carballo]

Es un gusto encontrarte, Amparo, en esta mi primera lectura del año. Estoy deacuerdo con lo que te dice Julio en su comentario y , por cierto, me alegra poder decirte que la autoceguera, y sobre todo cuando es a sabiendas, tiene cura. Un placer leerte, querida amiga

Un beso grande que te llegue al corazón y un Feliz año.

Ana

[Tristany Joan Gaspar]

Sin demasiadas palabras sólo me resta transmitirte mi emoción después de leerte y aplaudirte de pie Amparo.

Un abrazo

Joan

[Iben Xavier Lorenzana]

.


La cordura se me asienta en un rincón
- por no decir que se me ausenta del alma -,


En el mundo de hoy, a veces es dificil conservar la cordura. Enhorabuena Amparo.

Iben Xavier

.

[Blanca Sandino]

Pero me enredo y sigo con el cortejo,
para deleite tuyo en tus horas muertas;
y me perpetúo en mi desastre mudo

Todo el poema me ha gustado, me gustan los poemas que suenan como las plegarias. Y esos tres versos me hubiera encantado escribirlos. No lo he hecho, y aún así, los suscribo.


Blanca

[Amparo Guillem]

Ays, querida amiga, el problema estriba en que no quiero curarme de mi ceguera, que prefiero una eternidad ciega a sabiendas, que tuerta a medias....
Saludos.

[Benjamín León]

Querida Amparo, me gusta mucho tu poema, porque tiene un tono solemne, una búsqueda y una entrega en su hondura. Además, hay un compromiso profundo del hablante lírico en su sentir y en el dirigirse al tú. Por otro lado, el uso de la esdrújula le da una riqueza rítmica interna, casi líquida en más de un caso, que permite crear el contexto para este, tu poema, que tanto me ha gustado.

Te envío un beso fraterno y una servilleta filipina en amistad desde tu misma tierra, Benjamín.

[Pilar Morte]

Me gustó el poema , sus versos y su ritmo
Un abrazo
Pilar

[Óscar Bartolomé Poy]

POEMA PARA UN ARCÁNGEL

Es la búsqueda del paredro caído...

Este barro que me alberga el entendimiento,
rehúye tus razones para desamarme
y me regala ésta, mi triste figura,
de duna deshabitada tras de tí
y llanto undívago de mar alejado.

La cordura se me asienta en un rincón
- por no decir que se me ausenta del alma -,
al percibir tus milimétricos pasos
allegárseme estrategas, a la aventura
que no es andante sino predicadora;

y casi todos mis precavidos huesos
dejas maltrechos con cantos de sirena,
pues no hay esparto que pueda sujetarme
ni aun trenzándolo con el desencanto:
más me valiera construirme una columna.

Pero me enrredo y sigo con el cortejo,
para deleite tuyo en tus horas muertas;
y me perpetúo en mi desastre mudo
de labriegas constelaciones amargas,
que reparte ecoicos pliegos de palabras
ya vacías o vaciadas.

Buenas metáforas y buen uso del vocabulario. Es un poema rico en imágenes, con gran despliegue de imaginación. Me ha encantado el verso: "y llanto undívago de mar alejado", muy cultista.

Saludos, Amparo.

[Joan Port]

Orando a dioses de barro sobre reinos incendiados.

Bajo sus sombras solo quedan lamentos.

Un gusto, saludos.

[Amparo Guillem]

Sin palabras me quedo yo ante tus aplausos y tus halagadoras palabras.
Me alegra tu paso por estos, mis versos.
Saludos.
Amparo

[Rafel Calle]

Vas mejorando, querida amiga Amparo, este poema es hermoso y además se desliza por un ritmo bastante conseguido.
En fin, aunque me parece que peca de victimismo, el poema me ha gustado.
Si bien yo te diría que pareces una hembra de cuidado, ataviada hasta el cuello de nobleza, una mujer de altura con pereza de cambiar un destino descuidado.

Te veo bien, incluso al otro lado de la historia que cuentas con destreza,
cuando dices andar por la tibieza en un sueño de arcángel despitado.

Nómbrame amigo tuyo, azúcar valenciano, Amparo Guillem, la colega rebelde.
No pierdas la sonrisa, ni ese aura que es el Edén donde las hadas traman
el refugio que anhelas del presente.
Muchas gracias por todo.
Un fuerte abrazo.

[Amparo Guillem]

Es la tónica habitual el hacer caso omiso de ella.
La cordura, esa gran desconocida.
Saludos.
Amparo