El tiempo lo cura todo (corregido).
Publicado: Sab, 27 Dic 2008 20:31
Y díme,
¿qué cura el tiempo?
Tal vez esperes,
que su mero transcurrir,
le quite el polvo a tus días,
y ya, del todo limpios de pelusa en las esquinas,
te otorgue el derecho divino de la suerte.
Un boleto azaroso del cielo,
que te salve de vivir de tus tripas.
Un boleto azaroso,
que levante a tu pie izquierdo silbando para ir al trabajo.
Un boleto azaroso,
que libre tus batallas en la calle, con tus amigos,
y que no te deje mirarte en el espejo, la barba de tantos días.
Y díme,
¿qué cura el tiempo?
Tal vez te ponga en sus manos,
como una marioneta a la que le vendaron los ojos,
y te ponga a levitar, evitando tocar el suelo con la planta de tus pies.
Tal vez te salve,
de la laboriosidad del campesino,
del trabajo sucio de sus manos,
de arrancar el reguero de decisiones como el reguero de sangre,
de una cicatriz pasada a sus espaldas, ligera como una mochila,
porque halló la raíz de la mina de su propio mal,
porque ocupó todo el espacio con la azada de su saliva.
Y díme,
¿qué cura el tiempo?
Si por sí solo, el tiempo no dice nada,
obvió su tratamiento.
Tal vez, el tiempo si habite,
en el gotero de un enfermo terminal,
como también en la pared poética de un preso de Guantánamo.
Pero...díme,
¿ de qué tiempo hablabas, cuando decías, que el tiempo lo cura todo?
¿qué cura el tiempo?
Tal vez esperes,
que su mero transcurrir,
le quite el polvo a tus días,
y ya, del todo limpios de pelusa en las esquinas,
te otorgue el derecho divino de la suerte.
Un boleto azaroso del cielo,
que te salve de vivir de tus tripas.
Un boleto azaroso,
que levante a tu pie izquierdo silbando para ir al trabajo.
Un boleto azaroso,
que libre tus batallas en la calle, con tus amigos,
y que no te deje mirarte en el espejo, la barba de tantos días.
Y díme,
¿qué cura el tiempo?
Tal vez te ponga en sus manos,
como una marioneta a la que le vendaron los ojos,
y te ponga a levitar, evitando tocar el suelo con la planta de tus pies.
Tal vez te salve,
de la laboriosidad del campesino,
del trabajo sucio de sus manos,
de arrancar el reguero de decisiones como el reguero de sangre,
de una cicatriz pasada a sus espaldas, ligera como una mochila,
porque halló la raíz de la mina de su propio mal,
porque ocupó todo el espacio con la azada de su saliva.
Y díme,
¿qué cura el tiempo?
Si por sí solo, el tiempo no dice nada,
obvió su tratamiento.
Tal vez, el tiempo si habite,
en el gotero de un enfermo terminal,
como también en la pared poética de un preso de Guantánamo.
Pero...díme,
¿ de qué tiempo hablabas, cuando decías, que el tiempo lo cura todo?