Teoría de tu presencia
Publicado: Mar, 16 Dic 2008 18:46
No sé exactamente cuáles son los fundamentos
que me arraigan decididamente
a esta sinrazón con tanto sentido.
Tampoco encuentro un recuerdo semejante
que espere la inminencia del cataclismo de conciencia
para estrujar la derrota impenetrable
que acecha detrás de cada puerta,
de cada silencio
en todos los puertos.
Es una prueba contundente
esto de no poder festejar ningún pasado,
de querer buscar lo que nunca estuvo
verdaderamente,
sitiando el territorio hambriento
que devora su propia carne.
Y es feliz el contraste de sonidos,
que día a día este estandarte
se conmueva menos ante el vacío,
que su canto cada vez produzca menos ecos.
Y realmente podría buscarte un fundamento,
pero en cambio,
elijo evidenciar que tus recuerdos
tienen piernas y tienen labios,
y conserjes y estribillos.
Son un grupo de turistas
con sus cámaras en mano,
una lluvia que no llueve
y por las dudas el paraguas.
El percance de tus idas
es un cruel malentendido.
Pero apenas se conmueve tanta falta.
Pensarte
es un pedazo de tenerte,
encontrar infundada la osadía
que miente la nostalgia,
saber inmune el arrebato
de la casa desnuda,
sin el escándalo del vandalismo
que estrella en las paredes
tus ruidos y tu desorden.
Por eso me encarno en tus vueltas,
esa maniática virtud que te resuelve.
Esa contemporánea asiduidad
del regreso al no recuerdo.
Y cuando por fin, festejamos el presente,
con tus piernas y tus labios,
sin conserjes ni turistas,
elijo evidenciar lo evidente,
porque ya no hay menesteres importantes,
y resulta menester
seguir construyendo recuerdos. <xml><o></o>
que me arraigan decididamente
a esta sinrazón con tanto sentido.
Tampoco encuentro un recuerdo semejante
que espere la inminencia del cataclismo de conciencia
para estrujar la derrota impenetrable
que acecha detrás de cada puerta,
de cada silencio
en todos los puertos.
Es una prueba contundente
esto de no poder festejar ningún pasado,
de querer buscar lo que nunca estuvo
verdaderamente,
sitiando el territorio hambriento
que devora su propia carne.
Y es feliz el contraste de sonidos,
que día a día este estandarte
se conmueva menos ante el vacío,
que su canto cada vez produzca menos ecos.
Y realmente podría buscarte un fundamento,
pero en cambio,
elijo evidenciar que tus recuerdos
tienen piernas y tienen labios,
y conserjes y estribillos.
Son un grupo de turistas
con sus cámaras en mano,
una lluvia que no llueve
y por las dudas el paraguas.
El percance de tus idas
es un cruel malentendido.
Pero apenas se conmueve tanta falta.
Pensarte
es un pedazo de tenerte,
encontrar infundada la osadía
que miente la nostalgia,
saber inmune el arrebato
de la casa desnuda,
sin el escándalo del vandalismo
que estrella en las paredes
tus ruidos y tu desorden.
Por eso me encarno en tus vueltas,
esa maniática virtud que te resuelve.
Esa contemporánea asiduidad
del regreso al no recuerdo.
Y cuando por fin, festejamos el presente,
con tus piernas y tus labios,
sin conserjes ni turistas,
elijo evidenciar lo evidente,
porque ya no hay menesteres importantes,
y resulta menester
seguir construyendo recuerdos. <xml><o></o>