Editorial Alaire

MISÁNTROPO



Odio al perro que adiestré

llamado histeria,

el que trituró el tuétano de la tristeza

y lo expatrió por el ano

bajo el puente toxicómano de mis pies.


Y esparcí las heces por el asfalto

de vuestros rostros hipotecados

porque os odio a vosotros también.


Debí morir de un coma amniótico

al beber del enfermo útero de la madre

podrido de nicotina

y píldoras de litio.


Pero sigo aquí,

orinando en vuestra cobarde ignominia

cuando os confiero mi espalda despellejada,

mientras vierto hostias

como un falso cura

en la lengua húmeda del papel...

JAJAJAJAJAA, que grande Jaume es final es cojonudo, jajaja, santas ostias blancas

entre el odio de nuestras manos.

Abrazos company.

a tomar por saco joan !!! jajaja...un abrazo socio...

Recuerdo que Giorgio Agamben habla de la gestión de las heces como un modo de la producción. Vivimos en una soiedad dond el uso está prohibido, excepto cuando el derecho de propiedad lo legitima, dice Agamben. De manera que no hay nada público o político, todo es celos. Sólo una sociedad biopolítica podrá gestionar sus detritos, sus heces, de un modo lúdico, y no funcional. Siempre Agamben.

Me ha gustado el final, la imégen de las hotias que caen sobre la lengua húmeda del papel. Muy definida y filosa, lacia, perfecta.

Un saludo caluroso para ti y hasta otro texto

Rafael

hay veces que uno mira a su alrededor y siente asco...y entonces utiliza las heces para crear un escrito tras las rejas de la alcoba...un abrazo rafael y gracias por tus citas(interesantes) y tu comentario...salud...