Editorial Alaire

Te ofrezco cien hojas consumidas por el humo
para que no juegue el enfado
y nos baile en los huesos el aire y me reste.

Porque se cuece el invierno
en los golpes de mis rodillas,
por cogernos el suelo saltando,
por doblarlas tantas veces impares.

Necesito de nada para desfigurar
mis días tostados que son tus noches
sin mermelada en la cubierta;
no derrames de cerca
dos besos por una mentira
porque los desayunos en tus ojos
no tienen aroma plantados en una maceta
con un aviso entre las hojas.

“A medio lamento mañana
no estaremos fuertes”.

No entiendes,
tendría que quedarme
a vivir en el bolsillo de los restos
mientras todo lo de ahí fuera
sigue pronosticando que huele mal.

Donde tengo las de perder.

No me arrimo a ninguna orilla
por las cosas que me debes.

Un poema precioso María, lo he leído y releído y me ha encantado.
Mis felicitaciones y un fuerte abrazo.

Joan

Coincido con Joan, un trabajo precioso y lleno de fuerza.

Enhorabuena!

Hallie


PD: Pasé por tu blog, lo recomiendo a todos los amantes de la poesía!

Bienvenida este lugar María, nos dejas un poema muy interesente en cuanto a forma y fondo, me gustaron especialmente estos versos:

Porque se cuece el invierno
en los golpes de mis rodillas,

Un abrazo y bienvenida otra vez

Sara

Bienvenida al foro, María. Me alegra leerte.


Me ha gustado tu poema.

Blanca

María Descalza escribió:Te ofrezco cien hojas consumidas por el humo
para que no juegue el enfado
y nos baile en los huesos el aire y me reste.

Porque se cuece el invierno
en los golpes de mis rodillas,
por cogernos el suelo saltando,
por doblarlas tantas veces impares.

Necesito de nada para desfigurar
mis días tostados que son tus noches
sin mermelada en la cubierta;
no derrames de cerca
dos besos por una mentira
porque los desayunos en tus ojos
no tienen aroma plantados en una maceta
con un aviso entre las hojas.

“A medio lamento mañana
no estaremos fuertes”.

No entiendes,
tendría que quedarme
a vivir en el bolsillo de los restos
mientras todo lo de ahí fuera
sigue pronosticando que huele mal.

Donde tengo las de perder.

No me arrimo a ninguna orilla
por las cosas que me debes.

esto a mi me sabe al que da y no recibe...muy chulo tu poema en todo caso...me gusto mucho...un abrazo

María Descalza escribió:Te ofrezco cien hojas consumidas por el humo
para que no juegue el enfado
y nos baile en los huesos el aire y me reste.

Porque se cuece el invierno
en los golpes de mis rodillas,
por cogernos el suelo saltando,
por doblarlas tantas veces impares.

Necesito de nada para desfigurar
mis días tostados que son tus noches
sin mermelada en la cubierta;
no derrames de cerca
dos besos por una mentira
porque los desayunos en tus ojos
no tienen aroma plantados en una maceta
con un aviso entre las hojas.

“A medio lamento mañana
no estaremos fuertes”.

No entiendes,
tendría que quedarme
a vivir en el bolsillo de los restos
mientras todo lo de ahí fuera
sigue pronosticando que huele mal.

Donde tengo las de perder.

No me arrimo a ninguna orilla
por las cosas que me debes.

Me ha encantado esta lectura. Un saludo

Tristany Joan Gaspar escribió:Un poema precioso María, lo he leído y releído y me ha encantado.
Mis felicitaciones y un fuerte abrazo.

Joan

Gracias Joan, otro fuerte abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Coincido con Joan, un trabajo precioso y lleno de fuerza.

Enhorabuena!

Hallie


PD: Pasé por tu blog, lo recomiendo a todos los amantes de la poesía!

Muchas gracias Hallie y por pasarte por el blog.

Un abrazo.

Sara Castelar Lorca escribió:Bienvenida este lugar María, nos dejas un poema muy interesente en cuanto a forma y fondo, me gustaron especialmente estos versos:

Porque se cuece el invierno
en los golpes de mis rodillas,

Un abrazo y bienvenida otra vez

Sara

Muchas gracias por la bievenida y me alegro de que te gustara.

Un abrazo de vuelta.

las concesiones mutuas, ya sabes, es
la clave de la convivencia

"No entiendes,
tendría que quedarme
a vivir en el bolsillo de los restos
mientras todo lo de ahí fuera
sigue pronosticando que huele mal.

Donde tengo las de perder. "

me quedo con estos, me llegó esa figura sumisa, entregada, de meterse
en un bolsillo a quedarse a vivir, quizá no fuera tan mala idea si
el bolsillo tuviera ventana al mar y nunca le faltara una buena palabra
un mimo, una caricia.

un beso para ti

.