Editorial Alaire

Anochece y mi barco no ha llegado.
En el gris malecón de sal y viento,
semblanza mineral de mi frente agredida,
espero desde el alba.
Llegaron muchos barcos con velas transparentes,
y otros de cuyos mástiles colgaban vacuos fósiles.
Llegaron los navíos de potentes motores
y las barcas a remo, enamoradas
de las olas del mar y sus gaviotas.
Han atracado todos entre palmas y vítores
de esa gente de tierra que sueña singladuras.
Pero ahora anochece sin que mi barco llegue.
La vista se me enturbia de otear y otear
el desnudo horizonte.
Y mi barco no llega.
En vano quiero verlo, en marino espejismo,
acercarse triunfante, sus velas desplegadas,
su proa transgresora erguida ante la espuma,
su bauprés apuntando hacia el gris malecón
de mi frente enmohecida.
Y ya es noche cerrada y no ha llegado.
Y me duermo, llorando, sobre la sal y el viento.
¡Mi barco no se ha hundido!
Lo esperaré mil días, desde el alba al ocaso,
y cuando llegue, al fin, escribiré el poema.

Jerónimo,

hermoso decorado para la esperana frustrada

Y ya es noche cerrada y no ha llegado.
Y me duermo, llorando, sobre la sal y el viento.

mas, como tú dices, la constancia siempre tien sus frutos

un besazo hasta el sur..........Pilar

Interesante poema que, estando versificado, podría ser prosa poética. La temática es honda y coherente, aunque carezca de alguna sorpresa en la construcción estilística.

Saludos fraternos desde Chile, Benjamín.

Me parece un poema estilísticamente correcto, con una temática que me recuerda a Alberti. Quizás esta misma limpieza en los versos lo haga un tanto monótono, ya que carece de vuelcos que hagan que el lector deje ser un mero espectador al que le den todo listo.

Mis saludos.

Martín Desormeaux.-

Un poema enteramente metafórico que destila esa soledad que casi siempre siente el poeta.
Un poema, el tuyo, querido jerónimo, que lleva la muerte y la resurrección del poeta.

(Y me duermo, llorando, sobre la sal y el viento.
¡Mi barco no se ha hundido!
Lo esperaré mil días, desde el alba al ocaso,
y cuando llegue, al fin, escribiré el poema.)

La voluntad infinita de reponerse a todo, solo quién escribe desde dentro sería capaz de escribir este poema.
Magnífico!

un abrazo, poeta.

Luis Oroz.

¡Excelente, Jerónimo, excelente!

Quisiera criticarlo, ponerle algún pero, tratar de ayudarte a mejorarlo... Pero la verdad, ahora no puedo. Su lectura me ha creado tal empatía, me ha tocado de tal forma, tanto por el fondo como por la metáfora marinera que utilizas, que estoy todavía levidando.

Tal vez, si algún día al leerlo, pongo los pies en tierra, sin "hacer el barco", tal vez en ese momento pueda hacerlo, si es que hay algo que hacer...

De momento sólo sé desearte una buena travesía en el proceloso mar del 2008.

Un abrazo,

AMADEUS

estos versos especialmente inspiradores

• Y ya es noche cerrada y no ha llegado.
  Y me duermo, llorando, sobre la sal y el viento

recibe un abrazo poeta

.

Pilar Iglesias de la Torr escribió:Jerónimo,

hermoso decorado para la esperana frustrada

Y ya es noche cerrada y no ha llegado.
Y me duermo, llorando, sobre la sal y el viento.

mas, como tú dices, la constancia siempre tien sus frutos

un besazo hasta el sur..........Pilar

Gracias por tu comentario, Pilar. Como ves, en esa espera frustrada de la inspiración, llegó la inspiración. Y salió esto. Seguiremos esperando.

Un beso hasta esa Vieja Castilla.

Llegara, porque es barco tu esperanza; pobre todos nosotros si ya no podemos esperarla.

Una hermosa alegoría, apreciado poeta, donde
el mundo marinero es sólo una apropiación metafórica,
para hablarnos del poeta, del hombre en su
dimensión existencial.
Mis aplausos.

Un abrazo.
Óscar

Bellísima obra de Jerónimo.

Jerónimo Muñoz escribió:Anochece y mi barco no ha llegado.
En el gris malecón de sal y viento,
semblanza mineral de mi frente agredida,
espero desde el alba.
Llegaron muchos barcos con velas transparentes,
y otros de cuyos mástiles colgaban vacuos fósiles.
Llegaron los navíos de potentes motores
y las barcas a remo, enamoradas
de las olas del mar y sus gaviotas.
Han atracado todos entre palmas y vítores
de esa gente de tierra que sueña singladuras.
Pero ahora anochece sin que mi barco llegue.
La vista se me enturbia de otear y otear
el desnudo horizonte.
Y mi barco no llega.
En vano quiero verlo, en marino espejismo,
acercarse triunfante, sus velas desplegadas,
su proa transgresora erguida ante la espuma,
su bauprés apuntando hacia el gris malecón
de mi frente enmohecida.
Y ya es noche cerrada y no ha llegado.
Y me duermo, llorando, sobre la sal y el viento.
¡Mi barco no se ha hundido!
Lo esperaré mil días, desde el alba al ocaso,
y cuando llegue, al fin, escribiré el poema.

Han pasado más de 7 años, y este poema mantiene intacta su vigencia. El misterio de la poesía no nos permite comprender en toda su extensión el porqué de la cautivante atracción que posee este texto. Podríamos enumerar cualidades: el ritmo imparisílabo impecable, ese rasgo aparentemente ingenuo que esconde, sin embargo, facetas profundas de la experiencia, la victoria del estro, la claridad conceptual de la alegoría, etc., pero todas resultarán cortas. Lo cierto y concreto es que el poema emociona y brinda placer, fines últimos de la poesía.
A este barco lo traigo encantado desde aguas abajo. Creo que se merece más lecturas y comentarios.

Un abrazo, estimado poeta.
Óscar

Gracias a Óscar por rescatar este poema acerca de la inspiración, me ha parecido magnífico, de principio a fin.
Un saludo Jerónimo.

Versos maestros. Qué hermoso es este poema. Gracias Óscar por traerlo y por tus comentarios, que ayudan siempre a aproximarse a la poesía con el respeto que ella se merece.

Un fuerte abrazo, Jerónimo.

Judit

De esos barcos y olas sabemos un poco a estas alturas de la película. Que bien lo dices en versos. Espero que todo vaya bien por tu costa.
Un abrazo.
Pepa