Editorial Alaire

Público de nuevo este poema debido a que el a que la anterior publicación, por un fallo de edición, se borró.

Abro mis grietas para que entre la luz
y soy todo yo, completo, presencia.

Hoy no me duele el dolor
y la muerte está viva.

Siento la piel
callada
como una tarde sola.

Tras las rejas del calor
el tiempo cae a chaparrones,

y voy trepidando hacía las horas
como el ala que busca un aire que ya pasó.

Toco tus párpados de arena, y más abajo,
salina, tenue, la carne de los labios.

Te desnudo con tus dedos,
con tu contagiosa fiebre de ir por el mundo.

Tus muslos son dorados, silenciosos,
cálidos como un desierto,
con estrellas palpitando en lo oscuro.

Trenzamos un rojo de corazón
para que la sangre lo desborde.

Hoy no me duele el dolor
y la muerte está viva.

Algo me inspira, entra en mi espíritu.

Abro mis grietas para que entre la luz
y soy todo yo, completo, presencia.

Nos traes un poema circular con el simbolismo que te caracteriza en el que el tiempo se describe como atmosférico y la luz nos remite simbólicamente al conocimiento y la experiencia vital con toda su energía. El pasado se nos abre en grietas que nos remiten a la fragilidad de la existencia. Es muy llamativa la paradoja que planteas en "Hoy no me duele el dolor / y la muerte está viva." en donde el dolor forma parte del todo y ya no es una rémora. En tu trabajo de introspección deambulas por ámbitos como el erotismo, la realidad interior y la aceptación de la existencia para mostrarnos un camino hacia la plenitud. Me gusta la propuesta de estar abiertos para descubrir y vivir la totalidad del ser. Un poema, en fin, muy tuyo y ya muy nuestro. Mi abrazo y aplauso, amigo Ferreiro. Salud.