Editorial Alaire

Tengo un reloj a cuerda,
elegante como la luna muerta sobre el río.

Los dedos magullados
girando el molino metálico,
todo vuelve a encajar;

Los gatos juegan a destruir el mundo,
las aves cuelgan del tendedero,
pasa el recuerdo tras la cortina,
sigo mirando por la ventana,
en un segundo se rompe el otoño,
en diez días se reconstruye,
todo vuelve a derrumbarse,
a levantarse de la muerte,
tu y yo cuando nos quitaron el fuego,
quietos y sangrantes,
movimiento pulsante de resistir,
de cuarzo temblante en la mirada,
se acerca la noche como un lobo,
las agujas lentamente se detienen,
hay que volver a empezar.

Tengo un reloj a cuerda,
elegante como la luna muerta sobre el río,
los dedos magullados girando el engranaje
que destruye el otoño en un segundo.