Editorial Alaire

Descansa hija…

Descansa hija descansa
que el Ángel te está cuidando,
te arropa todas las noches
y yo me quedo mirando.

Tu nombre tengo en mi pecho
grabado a fuego muy lento
y cada vez que lo toco
tu voz y tus besos siento.

Recuerdo que me llamaste
tocando tu campanita
y solo para decirme;
¡Me noto un poco malita!

Cogiéndote de la mano
jugamos al veo veo,
perdiendo yo las partidas,
ganando tú el trofeo.

Al verte con la sonrisa
mi cuerpo se estremecía
sabiendo que Dios muy pronto,
muy pronto te llevaría.

Descansa hija descansa
que el Ángel te está cuidando,
te arropa todas las noches
y yo me quedo llorando.


P.D. Esta poesía es solo una inspiración. Mi respeto y perdón si a alguien le duelen mis letras.

Tan tierno, como doloroso.

Es un canto precioso.

¡Cuánto valor tienen los hijos en nuestras vidas!

Me ha encantado, pero también me ha marcado.

El dolor de los hijos te marca de por vida.

Un abrazo.

Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 16 Dic 2025 12:39 Tan tierno, como doloroso.

Es un canto precioso.

¡Cuánto valor tienen los hijos en nuestras vidas!

Me ha encantado, pero también me ha marcado.

El dolor de los hijos te marca de por vida.

Un abrazo.

Te confieso una cosa Alejandro, cuando compuse este poema se me saltó alguna lágrima y aún ahora, me pasa casi lo mismo, eso es porque pienso en mis dos hijos y ruego que vivan más que yo, porque los padres no estamos preparados para que ellos se vayan antes que nosotros.
Muchas gracias por estar en mis letras, amigo poeta.
Un fuerte abrazo.

Ricardo Linares escribió: ↑Mar, 16 Dic 2025 12:56

Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 16 Dic 2025 12:39 Tan tierno, como doloroso.

Es un canto precioso.

¡Cuánto valor tienen los hijos en nuestras vidas!

Me ha encantado, pero también me ha marcado.

El dolor de los hijos te marca de por vida.

Un abrazo.

Te confieso una cosa Alejandro, cuando compuse este poema se me saltó alguna lágrima y aún ahora, me pasa casi lo mismo, eso es porque pienso en mis dos hijos y ruego que vivan más que yo, porque los padres no estamos preparados para que ellos se vayan antes que nosotros.
Muchas gracias por estar en mis letras, amigo poeta.
Un fuerte abrazo.

Te entiendo.

Yo lloro cuando tan solo imagino un mal para mi hijo, mi nieta, mi nuera o mi mujer.

No sé lo que sucedería si se hiciera realidad.

Un abrazo.

Hola, Ricardo:

Tu poema es muy tierno. Me ha gustado.

Un beso grande
Ana