El lugar donde me encontré
Publicado: Lun, 15 Dic 2025 6:36
El lugar donde me encontré
—Esta historia es tan real como tú y como yo—
dijo aquel hombre, sentado en la barra,
con una copa de Goldschläger en una mano
y el celular olvidado en la otra.
El bar quedó en silencio.
Todos sabían que algo estaba a punto de ser dicho.
—No me encontré mientras me buscaba —continuó—,
tampoco mientras corría.
No me encontré llorando
ni riendo.
No me encontré en ninguno de los lugares
donde juré que me encontraría.
Hizo una pausa.
—¿Saben dónde me encontré?
—¿Dónde? —preguntó una mujer desde el fondo.
—En los ojos de quienes me causaron dolor.
Me encontré en los brazos de mis enemigos,
en la furia con la que me miraban,
en cada rechazo que me ofrecieron.
Me encontré allí donde creí que moría.
Porque fue la primera vez
que pude verme a mí mismo
desde los ojos de quienes
hicieron de mi carne y de mi historia
un festín,
como si yo hubiese sido el elegido
para la ofrenda.
Y entonces entendí algo más duro aún:
que así como fui víctima,
también fui verdugo.
Que sin piedad
yo también descarné a mis oponentes,
y que el daño no siempre viene de afuera,
sino del reflejo que nos negamos a mirar.
Por Gezly Mueller 
—Esta historia es tan real como tú y como yo—
dijo aquel hombre, sentado en la barra,
con una copa de Goldschläger en una mano
y el celular olvidado en la otra.
El bar quedó en silencio.
Todos sabían que algo estaba a punto de ser dicho.
—No me encontré mientras me buscaba —continuó—,
tampoco mientras corría.
No me encontré llorando
ni riendo.
No me encontré en ninguno de los lugares
donde juré que me encontraría.
Hizo una pausa.
—¿Saben dónde me encontré?
—¿Dónde? —preguntó una mujer desde el fondo.
—En los ojos de quienes me causaron dolor.
Me encontré en los brazos de mis enemigos,
en la furia con la que me miraban,
en cada rechazo que me ofrecieron.
Me encontré allí donde creí que moría.
Porque fue la primera vez
que pude verme a mí mismo
desde los ojos de quienes
hicieron de mi carne y de mi historia
un festín,
como si yo hubiese sido el elegido
para la ofrenda.
Y entonces entendí algo más duro aún:
que así como fui víctima,
también fui verdugo.
Que sin piedad
yo también descarné a mis oponentes,
y que el daño no siempre viene de afuera,
sino del reflejo que nos negamos a mirar.