Elevado a dos, mientras me tomo un agua sideral sin gas
Publicado: Sab, 13 Dic 2025 5:07
En orden alfabético, para Pilar Morte y Marisa Peral
(Antes de partir a esa hermosa tierra donde se dice que vamos los asturianos a secar y a las bodegas)
POEMA CON ARISTAS
Sé que selva adentro de este cuerpo
existe un sendero sembrado de cruces
y un relámpago de escarcha como humo
de unas sombras. Lejano llega el eco
de un desfile de sílabas cantadas.
Sé que el paso del tiempo deja heridas
de cúrcuma en la memoria.
Imagina la vida como si fuera ayer,
continuo anochecer sujeto a sus apóstrofes.
Aún traigo un ropaje antiguo,
aunque, a veces, me visto con mi vida
cansada y, entonces, me siento miserable.
Porque uno halla su reflejo en un mar
de más tarde y entre una confusión de lenguas.
Voy hilvanando entre las horas la soldada
del hambre o del miedo, mientras dejo volar
en mi mano insomnes pájaros de helio.
Soy la sombra de los sueños que perseguí
cuando era joven y el mundo aún no tenía
sed de abismo.
Un mundo que ya era viejo entonces e iba
perdiendo los dientes por los polos.
Toda esta historia de tiempo fabulado,
toda esta huella sin un significado cierto,
la soledad con sabor de paraíso, hijo del aguacero.
ESTA NOCHE ES LA NOCHE
La noche de cartones sin patria conocida,
sin bandera, con su horizonte de colores
enfermos, con sus caleidoscópicas hogueras,
con su llanto atrapado en la garganta
y su carro de estrellas como una multitudinaria
lluvia de símbolos sin sentido.
La noche entre rumores de azogue imposible.
He aquí la noche con su jardín de astros
humeantes, con su pátina de viernes huérfano
y soles fríos.
Ahí va la noche con su estruendo de sombras
y su métrica de playas efervescentes sostenidas
sobre témpanos de sal.
Nácar y tornasol enramándose en mis manos
como polen que juega con el final del viento.
Del tiempo solo un recuerdo de selva y aguacero,
una larga noche color de polvo de ladrillo,
aroma a hierba recién cortada y a tierra tras el paso
de la lluvia.
Quizás esta noche fuese la noche.
Tan solo injerto de piedra lunar, licuado cristal
y tosco bronce. Una solitaria oración al final
de esta ciencia delirante.
(Antes de partir a esa hermosa tierra donde se dice que vamos los asturianos a secar y a las bodegas)
POEMA CON ARISTAS
Sé que selva adentro de este cuerpo
existe un sendero sembrado de cruces
y un relámpago de escarcha como humo
de unas sombras. Lejano llega el eco
de un desfile de sílabas cantadas.
Sé que el paso del tiempo deja heridas
de cúrcuma en la memoria.
Imagina la vida como si fuera ayer,
continuo anochecer sujeto a sus apóstrofes.
Aún traigo un ropaje antiguo,
aunque, a veces, me visto con mi vida
cansada y, entonces, me siento miserable.
Porque uno halla su reflejo en un mar
de más tarde y entre una confusión de lenguas.
Voy hilvanando entre las horas la soldada
del hambre o del miedo, mientras dejo volar
en mi mano insomnes pájaros de helio.
Soy la sombra de los sueños que perseguí
cuando era joven y el mundo aún no tenía
sed de abismo.
Un mundo que ya era viejo entonces e iba
perdiendo los dientes por los polos.
Toda esta historia de tiempo fabulado,
toda esta huella sin un significado cierto,
la soledad con sabor de paraíso, hijo del aguacero.
ESTA NOCHE ES LA NOCHE
La noche de cartones sin patria conocida,
sin bandera, con su horizonte de colores
enfermos, con sus caleidoscópicas hogueras,
con su llanto atrapado en la garganta
y su carro de estrellas como una multitudinaria
lluvia de símbolos sin sentido.
La noche entre rumores de azogue imposible.
He aquí la noche con su jardín de astros
humeantes, con su pátina de viernes huérfano
y soles fríos.
Ahí va la noche con su estruendo de sombras
y su métrica de playas efervescentes sostenidas
sobre témpanos de sal.
Nácar y tornasol enramándose en mis manos
como polen que juega con el final del viento.
Del tiempo solo un recuerdo de selva y aguacero,
una larga noche color de polvo de ladrillo,
aroma a hierba recién cortada y a tierra tras el paso
de la lluvia.
Quizás esta noche fuese la noche.
Tan solo injerto de piedra lunar, licuado cristal
y tosco bronce. Una solitaria oración al final
de esta ciencia delirante.