Monte de los olivos, raro
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
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Julio Bonal
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Monte de los olivos, raro
Porque la fe en lo pequeño no es espontánea. No es fácil salir de la escena cuando te aplauden.”
(P. d'Ors)
Se fue lo oscuro. ¿De dónde
viene la luz? El ojo. en ascuas
y por ello en fuga, huyó al monte
del que el olivo no vuelve,
si es que estuvo alguna vez en él. Se da
el cuerpo al yo que lo diera y de pronto al otro
que lo quiere o lo ama quizá, ése,
que señala más más allá, o lo grita,
difícil el deshueso de las iteraciones,
ése, parido de una siempre encinta y a punto
de dar a calma voz, venida puede
por la puerta de atrás, chica, mas por completo
abierta. Después, amor, sosiego, el de
quien oye en el silencio algo
y ve el ancho en el bosque de los crecidos claros
en densa quietud, incólumes.
,
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Ana Muela Sopeña
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Re: Monte de los olivos, raro
Un poema que invita al recogimiento y al fervor religioso. El mundo espiritual se hace luminoso en tus versos.
Felicidades
Un abrazo
Ana
- Alejandro Costa
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- Registrado: Dom, 13 Mar 2016 18:27
Re: Monte de los olivos, raro
El título ya lo convierte en raro. Estamos cerca de Navidad y el título llama a Semana Santa.
Pero el fervor está ahí, incrustado en cada uno de los versos.
Repito, interesante propuesta.
Un abrazo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…
Me sobra el corazón (Miguel Hernández)
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Julio Bonal
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Re: Monte de los olivos, raro
Se deja un texto al frente y cada interpretación es la que vale, qué sabrá el autor? En la mía, no veo fervores religiosos, si no es sólo en el sentido original de religare, en ese caso un ligarse al otro. Decía Levinas que somos rehenes del otro, el inmigrante, el maltratado, el huérfano, no importa el género. El otro del amor. El otro nos arranca de nuestro pequeño yo y nos abre a más, al infinito. Espiritualidad, sí. Joaquinianamente hablando, ¿cuando todo sentido real aparece colapsado en el triunfo y lo inmediato y fugaz, podemos paradójicamente esperar que sea justo ahora que se dan las condiciones para la eclosión de una tercera etapa? No lo sé, tan sólo balbuceo por donde voy pasando.
Agradezco tu atentísima presencia y la sensibilidad de la lectura, Ana. Halie diría que hay invisibles afinidades o canales comunicativos; seguro.
Una abraçada.
Alejandro,
Los olivos son siempre símbolo de milenariedad y paz, se prestan al reposo del eterno retorno de lo afuera y al retiro dentro de lo que, invisible, se compadece con lo invisible exterior y, quizá, se justifican a un tiempo. Al parecer hay mucho misterio por aquí, pero ¿no es el misterio lo que nos incita más allá? Al menos más allá del sólo átomo y sus leyes. Puede que los claros sean importantes, si son aquellos de los que hablaba Zambrano. Puede.
Gracias por tu presencia y tu siempre verdadera huella.
Una abraçada.
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Pilar Morte
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Re: Monte de los olivos, raro
Abrazos y salud
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E. R. Aristy
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Re: Monte de los olivos, raro
Julio Bonal escribió: ↑Vie, 05 Dic 2025 16:16 “No es fácil escoger lo pequeño y hasta lo diminuto ante la majestuosidad de lo grande.
Porque la fe en lo pequeño no es espontánea. No es fácil salir de la escena cuando te aplauden.”
(P. d'Ors)
Se fue lo oscuro. ¿De dónde
viene la luz? El ojo. en ascuas
y por ello en fuga, huyó al monte
del que el olivo no vuelve,
si es que estuvo alguna vez en él. Se da
el cuerpo al yo que lo diera y de pronto al otro
que lo quiere o lo ama quizá, ése,
que señala más más allá, o lo grita,
difícil el deshueso de las iteraciones,
ése, parido de una siempre encinta y a punto
de dar a calma voz, venida puede
por la puerta de atrás, chica, mas por completo
abierta. Después, amor, sosiego, el de
quien oye en el silencio algo
y ve el ancho en el bosque de los crecidos claros
en densa quietud, incólumes.
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El sermón del monte es la suma total de todos esos tiempos y todos esos espacios.Pero yo no podría afirmar si en tu mar referencial estan los mismos olivos.
Tu poema pudiera llamarse hermético y difícil de descifrar por al parecer estar escrito en acertijos abstractos. Pero yo no me voy dando saltos sobre obstáculos de mi propia ignorancia,sin haber dado oído a la rarezas tan importantes que toda historia vislumbra.
Se fue lo oscuro. ¿De dónde
viene la luz? El ojo. en ascuas
y por ello en fuga, huyó al monte
del que el olivo no vuelve,
si es que estuvo alguna vez en él.
El poema continúa en una corriente metafísica muy interesante. Julio, francamente, el cierre es asombroso, y a mi humilde entender, verídico: "en densa quietud", "el ancho en el bosque ", " los crecidos claros nos estás describiendo al entendimiento epifánico. Maravilloso! Abrazos
- Ramón Carballal
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- Registrado: Vie, 28 Dic 2007 16:24
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Re: Monte de los olivos, raro
"El poema eres tú recomponiendo el espejo que cada día rompes".
"Comprender es unificar lo invisible".
"Elijo la lluvia, porque al derramarse, muere".
"El mar está aquí, en tu silencio".
- Horacio O'Clock
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Re: Monte de los olivos, raro
Un saludo, Julio, de uno nuevo.
- Javier Dicenzo
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Re: Monte de los olivos, raro
javier
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Julio Bonal
- Mensajes: 492
- Registrado: Mié, 16 Mar 2011 16:36
Re: Monte de los olivos, raro
Quién sabe lo que uno mismo lanza al patio; lo cuasi increïble es que alguien lo recoja y derive algo de él que le sirva a si. Grato comentario el tuyo.
Una abraçada.
ERA,
Tus comentarios son jolgorios iluminados que mis centros de gravedad re-sienten. Si me leo, leo abstracción tambièn, pero es que lo concreto envolvente es de una tal banalidad, más allá de aguas, montes y vidas, que quizás se me sortilegian los ojos del ver, del ver cierto, si haylo. El sermón del monte que citas es una pìedra angular de lo humano, puede que de lo que hay de divino en él, crea uno en lo que crea. Los olivos del monte son, pienso, sencillos olivares de viejo acontecer, de los que cantara el poeta. Rosa Zambrano tiene una obra hermosísima, Claros del bosque, puede que ande por aquí. Esos olivos y esos claros traen, diría, la paz.
Gracias por tus densos y bellos comentarios, ERA. Son pasta madre.
Una abraçada.
Ramon,
En mi lectura veo también espiritualidad rondando o por lo menos al acecho, no por cierto religión, aunque me gustaría creer que no es una de las de selfmade al uso tan de actualidad. Agradezco la huella que dejas, de valor.
Una abraçada.
Horacio,
No detecto (pero es sólo mi muy limitado lector) mucha catolicidad aquí, y menos esas trinidades y virginidades no exclusivas, por lo demás, de los de Roma (entendido esto último como institución, otros galgos le corren por dentro). Puede que sí haya búsqueda, inacabable, por supuesto, y el pre-sentimiento (o post) de que haya algo más que el estricto y aburridamente neutro H2O.
Agradezco sumo tu huella.
Una abraçada.
Javier,
Modero el halago pero le recojo el valor. Gracias por la huella.
Una abraçada.
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Hallie Hernández Alfaro
- Mensajes: 19884
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
Re: Monte de los olivos, raro
Los cuerpos viajeros, expectadores sedientos de mansedumbre, libertarios que afinan el oído para dilucidar razones... Solo el miocardio gana la contemplación ardiente, el camino hecho agua, los olivos mensajeros de una paz amplia (¿sabes? creo que viene de lo fundado, de lo acaecido en tierra firme y del amor que no marida jamás con la muerte).Julio Bonal escribió: ↑Vie, 05 Dic 2025 16:16 “No es fácil escoger lo pequeño y hasta lo diminuto ante la majestuosidad de lo grande.
Porque la fe en lo pequeño no es espontánea. No es fácil salir de la escena cuando te aplauden.”
(P. d'Ors)
Se fue lo oscuro. ¿De dónde
viene la luz? El ojo. en ascuas
y por ello en fuga, huyó al monte
del que el olivo no vuelve,
si es que estuvo alguna vez en él. Se da
el cuerpo al yo que lo diera y de pronto al otro
que lo quiere o lo ama quizá, ése,
que señala más más allá, o lo grita,
difícil el deshueso de las iteraciones,
ése, parido de una siempre encinta y a punto
de dar a calma voz, venida puede
por la puerta de atrás, chica, mas por completo
abierta. Después, amor, sosiego, el de
quien oye en el silencio algo
y ve el ancho en el bosque de los crecidos claros
en densa quietud, incólumes.
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Me resuena tanto esa fe en lo pequeño (a veces cuestionada, sí). En todas las partículas se encuentra el todo, el núcleo, esa posibilidad de confianza integral (que en hebreo se llama emaná y contiene lo absoluto). Qué la paz sea un inmenso abrazo hecho de buen pan, que nunca imagine la ausencia del latido, que no lo haga.
En tus últimos poemas se respira una transición hermosa, tersa; es como vislumbrar un refugio, un estado interior donde descansar del peso y las agujas del equipaje.
És molt bo viure els passos de la teva obra, penjar-se a les seves branques altes, respirar la clorofil·la i acariciar la bellesa del seu paisatge.
Una abraçada llarga.