Editorial Alaire

Tú y también yo
hemos sido boca que se ahorca
en la última palabra de un beato
y los dos recibimos cachete de un soldado al que amamos
hambrientos de besos
salimos a ver que pasaba en los pasillos de la ciudad
y coqueteamos con la fábula del error
tú fuiste seducido por una vedette
y yo me casé con el que calculaba los costes de amor en un albarán
más tarde tú te hiciste actor de las ramblas
y yo me puse a cavar en el niño mariposa
cayéndome a plomo en el pozo
tú y yo
hemos visto el precipicio del traficante
y más de una vez
le hemos gritado en la oreja a un cadáver
sosteniendo con alfileres nuestra humanidad
desde que yo recuerdo
siempre hemos echado mano de la cicatriz como punto de libro
los dos hemos cazado derechos a plazos
derrocando el pretexto del muerto viviente
y los dos sabemos que todo no está dicho y que se tiene que hacer
y no dimos a basto
cuando sacamos las fotos del flaco equilibrio despeñándose
y es que desde que yo recuerdo
siempre hemos echado mano
de la cicatriz como punto de libro

Posiblemente, todos, Pepa.

Con mis excusas para el beato (con las cosas de comer...), y para el soldado, sé que no necesito esforzarme mucho para reconocerme en tu poema.


Felicidades.

Blanca

Y yo también estoy en la mayoría de los versos. Encantada de conocerle señor desequilibrio
Aplausos para tí
Un abrazo
Pilar

¿ Y quién no tiene cicatrices?. No sé...tal vez lo bello es coincidir " en cicatrices, digo" y la compañía haga más llevadero el teatro de los días.
Un abrazo y grácias.
Pepa