Editorial Alaire

Cuando no me ve nadie me posee el desenfreno
y a mis múltiples vicios se les va la cabeza;
no soy más que un mindundi que en sus huevos tropieza
y hasta encuentra gozoso revolcarse en el cieno.

Cuando no me ve nadie soy rehén del pecado,
me masturbo, calumnio, vocifero, malmeto,
pienso mal por si acierto, ni a mi padre respeto,
y me meto en la cama con quien tenga a mi lado.

Cuando no me ve nadie puedo hacer cualquier cosa,
ser más tonto que Abundio, celebrar tu desgracia,
traicionar mis principios y trincarme a tu esposa.

Cuando no me ve nadie me es infiel la cordura
y a mi yo pendenciero solamente le sacia
todo aquello que dura mientras dura bien dura...

Muy naturales y frescos alejandrinos.

Me han gustado.

Un abrazo.

Alejandro Costa escribió: ↑Mar, 25 Nov 2025 15:03 Muy naturales y frescos alejandrinos.

Me han gustado.

Un abrazo.

Muchas gracias, Alejandro. Ahí va mi abrazo de vuelta para ti. Salud, amigo

Jorge Salvador escribió: ↑Mar, 25 Nov 2025 14:07 Cuando no me ve nadie me posee el desenfreno
y a mis múltiples vicios se les va la cabeza;
soy un hijo del diablo que en sus huevos tropieza
y hasta encuentra gozoso revolcarse en el cieno.

Cuando no me ve nadie soy rehén del pecado,
me masturbo, calumnio, vocifero, malmeto,
pienso mal por si acierto, ni a mi padre respeto,
y me meto en la cama con quien tenga a mi lado.

Cuando no me ve nadie puedo hacer cualquier cosa,
ser más tonto que Abundio, celebrar tu desgracia,
traicionar mis principios y trincarme a tu esposa.

Cuando no me ve nadie me es infiel la cordura
y a mi yo pendenciero solamente le sacia
todo aquello que dura mientras dura bien dura...

Agradable soneto alejandrino, Jorge, que he disfrutado al leerlo. Cuando a uno le es infiel la cordura puede hacer cosas diabólicas, impensables en sano juicio. Buen inspiración.
Un saludo cordial.

Ricardo Linares escribió: ↑Mié, 26 Nov 2025 19:13

Jorge Salvador escribió: ↑Mar, 25 Nov 2025 14:07 Cuando no me ve nadie me posee el desenfreno
y a mis múltiples vicios se les va la cabeza;
soy un hijo del diablo que en sus huevos tropieza
y hasta encuentra gozoso revolcarse en el cieno.

Cuando no me ve nadie soy rehén del pecado,
me masturbo, calumnio, vocifero, malmeto,
pienso mal por si acierto, ni a mi padre respeto,
y me meto en la cama con quien tenga a mi lado.

Cuando no me ve nadie puedo hacer cualquier cosa,
ser más tonto que Abundio, celebrar tu desgracia,
traicionar mis principios y trincarme a tu esposa.

Cuando no me ve nadie me es infiel la cordura
y a mi yo pendenciero solamente le sacia
todo aquello que dura mientras dura bien dura...

Agradable soneto alejandrino, Jorge, que he disfrutado al leerlo. Cuando a uno le es infiel la cordura puede hacer cosas diabólicas, impensables en sano juicio. Buen inspiración.
Un saludo cordial.

Así es, Ricardo, y a casi todos, cuando estamos solos, nos abandona la cordura y nos posee el ansia viva.
Gracias por pasarte, compañero.
Un saludo

Soneto alejandrino perfecto, Jorge:

En clave de humor plasmas una verdad bastante común.

Gracias por compartir
Un abrazo
Ana