Editorial Alaire

Cuestión de fe
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Quisiera poder decir
y al mismo tiempo creerlo,
¡no tengo miedo a morir!
y sin embargo, lo tengo.

No temo perder la vida
con todos sus privilegios,
solo temo el no saber
que hay detrás ese espejo,
que refleja mi figura, sí
pero nunca el pensamiento.

Y, por mucho que lo intento
aguzando el ingenio,
no consigo descifrar
que hay detrás de dicho espejo.

Y la sinrazón me invade
nublándome el intelecto,
al no poder precisar
que hay después de estar ya muerto.

Y recurro a esa fe
que me enseñaron de niño,
aferrándome a crer
pensando, que mi delirio,
tiene un cálido amanecer
que devuelve mi equilibrio.

Y, llegado a esta conclusión
en el que la fe prima,
no he podido resolver
ese dicho popular
entre, "El huevo y la gallina".

F. Marcos

Lo pongo a volar para el deleite de los compañeros.

Me ha gustado mucho.

Tiene tu escritura mucho arte para el poema en rima.

Un abrazo.

Como ya tengo mis años me identifico más fácilmente con tu poema. Creo que todos nos hacemos esas preguntas sin respuesta y todo se reduce a una cuestión de fe o de no fe. Me gustó el poema, especialmente la original forma con que lo finalizas. Enhorabuena y un abrazo.

Es un placer saludarte, amigo Alejandro. Gracias por tu valoración y estima. Un abrazo, compañero.

Amigo Ramón, me halaga que te gustara el poema y te lo agradezco. En cuanto a los años, no son más que experiencia, ja, ja. Pero... no nos dejaremos intimidar, compañero. Un abrazo.

Me ha gustado mucho el poema; transmite muy bien esa mezcla de duda y necesidad de fe que todos hemos sentido alguna vez. La imagen del “espejo” funciona muy bien como símbolo de ese límite que todos intuimos pero nadie puede traspasar en vida. Solo un apunte pequeñito: en el último tramo aparece “crer” en lugar de “creer”.

Un cordial saludo

Hola, Fernando:

Has escrito un poema entrañable que plasma muy bien la eterna duda que todos tenemos.

No sé quíen es antes si el huevo o la gallina.

Tras la muerte yo creo que vivimos en otro plano. Pero, por supuesto, la certeza absoluta ¿Quién la tiene?

Gracias por compartir

Un abrazo grande
Ana

Bonito poema reflejando esas dudas existenciales que son territorio común entre todos nosotros. Es cuestión de fe, desde luego, pero la fe es tan poderosa cuando se agarra al corazón que dicen que puede mover montañas, y yo así lo creo.
Enhorabuena por este aporte lleno de inspiración

Estimada Margarita: gracias por tu visita, comentario y apunte (perdón). Es un placer saludarte. Un abrazo.

Amiga Ana, gracias por tu comentario, celebro que te guste. Un abrazo.

Hola Jorge, gracias por tu comentario, y sí, comparto contigo, el que la fe mueve montañas. El ser humano es impredecible en cuanto a su inteligencia y poder, a la vez que insignificante. Un abrazo.

No sé si la física cuántica nos dará pistas, pero aferrarse a la fe es hallar equilibrio. Me gustaron tus versos.
Abrazos y salud