Alfileres brillantes
Publicado: Vie, 21 Nov 2025 20:55
Llegad a lo nuevo, diferente, a la ciudad incomprensible donde la lluvia tiembla
en los pliegues del espejo
Es la lonja de los astros móviles, donde el viaje da forma al sueño, da forma
al pensamiento dormido —una cicatriz palpitante aún ebriedad de la herida.
Las branquias del ventanal respiran la distancia, un soplo agónico anticipando
la voz de la sangre dentro.
Contemplo una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena
Contemplo un gorrión con el canto reventándole en silencio.
Hay pedazos de sed hidratando la soledad. Y por el frío vienen acercándose
cinco alfileres brillantes.
Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.
Y nada ha quedado, ni siquiera la imaginación de haber tenido un universo,
ni siquiera el pesado suspirar de los creyentes, empeñados
en alquilar el vacío entre las estrellas.
Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.
Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.
Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.
en los pliegues del espejo
Es la lonja de los astros móviles, donde el viaje da forma al sueño, da forma
al pensamiento dormido —una cicatriz palpitante aún ebriedad de la herida.
Las branquias del ventanal respiran la distancia, un soplo agónico anticipando
la voz de la sangre dentro.
Contemplo una bandeja con manos cortadas y la hermosura de un puñal
atravesando la pena
Contemplo un gorrión con el canto reventándole en silencio.
Hay pedazos de sed hidratando la soledad. Y por el frío vienen acercándose
cinco alfileres brillantes.
Cae el día obligado por el griterío de las cornejas. Ahora todos los ojos riman
con el horizonte y cada isla está anclada a su naufragio.
Y nada ha quedado, ni siquiera la imaginación de haber tenido un universo,
ni siquiera el pesado suspirar de los creyentes, empeñados
en alquilar el vacío entre las estrellas.
Dejadme la carne del futuro y la espuma azul de las aves, el iceberg y su catedral
de mares imposibles.
Dejadme el aliento de un hipopótamo, de un rinoceronte o de un elefante soñando.
Manoseo el corazón arrancando sus plumas negras.