El Domador de Versos*
Publicado: Mar, 04 Nov 2025 8:36
Acaba de terminar la Seminci. Un año más. De todas las películas que han pasado por ella hay una que me impactó sobremanera y esta es Léolo, el domador de versos. Recibió la espiga de oro en el 92. Llena de una poesía dura, poesía de la locura. Años más tarde escribí este poema en el que el verso final aparece constantemente en el film: porque sueño yo no estoy loco.
Y la noche caerá sobre la noche.
Será una oruga terca y solitaria
cuando llegue el final:
doblando el viento
y requisando ausencias,
mutilando los cuerpos del miedo.
No habrá ni una palabra para nadie.
No habrá un solo pestillo que no llore
cuando muera el silencio,
y los goznes que engrasan las penas
sonarán por encima
del agua al deshacerse.
Y ese día estaremos despiertos, seremos sueño.
Ese día clavaremos astillas en el sueño
mientras el pan se nos escapa de las manos,
y las manos serán trozos de alas
de pájaros sin aire.
Volaremos ingrávidos en medio de la muerte.
No seremos un sitio para una sola voz,
ni tampoco los ojos serán letras.
Cuando ya no le queden horas al tiempo,
callaremos, seremos puro silencio.
y no podrás encontrarme porque ya no seré.
Oí que el mañana ya no espera,
se quedó junto al domador de versos.
Porque sueño, yo no lo estoy.
Y la noche caerá sobre la noche.
Será una oruga terca y solitaria
cuando llegue el final:
doblando el viento
y requisando ausencias,
mutilando los cuerpos del miedo.
No habrá ni una palabra para nadie.
No habrá un solo pestillo que no llore
cuando muera el silencio,
y los goznes que engrasan las penas
sonarán por encima
del agua al deshacerse.
Y ese día estaremos despiertos, seremos sueño.
Ese día clavaremos astillas en el sueño
mientras el pan se nos escapa de las manos,
y las manos serán trozos de alas
de pájaros sin aire.
Volaremos ingrávidos en medio de la muerte.
No seremos un sitio para una sola voz,
ni tampoco los ojos serán letras.
Cuando ya no le queden horas al tiempo,
callaremos, seremos puro silencio.
y no podrás encontrarme porque ya no seré.
Oí que el mañana ya no espera,
se quedó junto al domador de versos.
Porque sueño, yo no lo estoy.