Editorial Alaire

Me falto valor para seguirte
(tiempo de difuntos)
======================

Reniego del mundo
y me odio yo.

En jaula tapiada
mi canario no respira.

No despereza sus plumas
tras la salida del sol.

No bebe de ese rocío
que en la rosa se quedó.

No trina tras la ventana
las notas de su canción.

No picotea los labios
de su amado gorrión.

Barro en la entrañas
incredulidad en la mente,
sin riego en las venas
el corazón ausente.

¿Que pasó?

La brisa, que era mi vida
el viento se la llevó.

Chirrían los goznes
de la vieja cancela.

La alargada sombra de ciprés
empuja mi espalda.

Mis piés de adobe
mezclan su miséria
con la desterrada alfombra
del Otoño.

Y, en ese sendero
entre ninguna parte y el olvido,
juego a no ser yo,
negando la evidencia
de haber existido.

He de perder la razón
si he de seguir viviendo.

No me queda ni el dolor,
tan solo la obligación
de morir dos veces.
Como los cobardes.

F. Marcos

Cuánto dolor derrama este poema Fernando.
Pero no, los cobardes no mueren dos veces, no te preocupes que creo que de cobarde, tienes poco.
Saludos siempre mediterráneos.

Intensidad y buen hacer.

Un abrazo.

Intenso y doliente poema, Fernando.
A veces la vida nos lleva por caminos inesperados.
Un gusto leerte.

U abrazo.

Hay dolores, que ni el tiempo los mitiga, amiga Concha. Simplemente, se distraen en algunos momentos, con el cariño y las caricias de esos pequeños duendes que nos rodean. Fingiremos seguir viviendo por ellos. Un sentido abrazo. Gracias.

Es un placer el tenerte cerca y tu buen hacer. Un abrazo, compañero.

Querida Marisa. Sabemos que hay caminos que recorrer, aun cuando el final del mismo sea doloroso, pero... con la esperanza de que el recorrido sea lo más agradable posible y lleno de amor. Un gran abrazo. Gracias.

Muy bueno.

El dolor se derrama en cada sílaba, en cada palabra, en cada verso.

Pero hay algo que no comparto contigo: el cobarde no muere dos veces.

El cobarde malvive al estar muerto en vida.

Un abrazo.

Gracias amigo Alejandro. Momentos tiene la vida, de un dolor insoportable, más... siempre encuentras una excusa, para seguir luchando. Tiempos vendrán que, justificaran nuestra presencia en este mundo tan hostil. "Los cobardes viven más, pero... no serán recordados". Un gran abrazo, amigo.

El desamor latiendo en tus dolientes versos, Fernando:

Se nota la tristeza. El quejido.

Muy buenos versos
Un beso
Ana