Espejismos
Publicado: Lun, 27 Oct 2025 0:14
Queridos compañeros (lo que incluye a las compañeras también) me tomo unos días de asueto, para arreglar algunas cosas, nada importante, y cogerme unas vacaciones, creo que merecidas, así que no andaré mucho por aquí, por eso este será mi último poema, hasta mi vuelta. Aunque es adelantarme mucho, os deseo una Muy Feliz Navidad y un 2026, creo que será mejor que el actual,, muy venturoso. Eso sí, no descartéis que sigan intentando hacernos la puñeta los sospechosos habituales. Y remedando a Mariano os digo "sed fuertes". Quisiera despedirme con mis mejores deseos para todos, así que echaré mano del Señor Spock para desearos "larga vida y prosperidad". Q.
Un fuerte abrazo.
ESPEJISMOS
Siento la caída del árbol en el bosque,
los ríos vertiendo sus aguas al mar plural
cercano a la conciencia.
Escucho cálidas voces retumbando en la sangre,
el vaivén de una policroma lluvia me acaricia el rostro.
Veo las cicatrices de la tierra
aún calientes a medianoche,
la profunda sima de la ausencia
supurando un tibio dolor de adormidera.
Alcanzo a ver restos de alas más allá de la tempestad,
peces luminosos en la profunda oquedad del cielo,
una procesión de árboles descalzos entonando sus trovas,
el sol naciente a mi espalda con el color del arrecife.
Desiertos claman en los mares del ayer
que me miran con sus ojos de crepusculares espumas
mientras inicio el viaje con la certeza inevitable
de una herida.
El flaco que levita.
Un fuerte abrazo.
ESPEJISMOS
Siento la caída del árbol en el bosque,
los ríos vertiendo sus aguas al mar plural
cercano a la conciencia.
Escucho cálidas voces retumbando en la sangre,
el vaivén de una policroma lluvia me acaricia el rostro.
Veo las cicatrices de la tierra
aún calientes a medianoche,
la profunda sima de la ausencia
supurando un tibio dolor de adormidera.
Alcanzo a ver restos de alas más allá de la tempestad,
peces luminosos en la profunda oquedad del cielo,
una procesión de árboles descalzos entonando sus trovas,
el sol naciente a mi espalda con el color del arrecife.
Desiertos claman en los mares del ayer
que me miran con sus ojos de crepusculares espumas
mientras inicio el viaje con la certeza inevitable
de una herida.
El flaco que levita.