Editorial Alaire

Mi dulce amiga
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Deja que las estrellas
guíen tus pasos hasta mí.

Que la noche meza los sueños
en los que me dejes entrar.

Y, en un nuevo amanecer
veas en mí con claridad,
que ya no respiro más aire
que el que tu me quieras dar.

Quisiera decir, te quiero
y... no puedo.

Abrirte mi corazón de par en par
y... no debo.

Amarga desazón la mía,
que, las pautas del deber
me quitan ese querer,
que me daría la vida.

Imploro al cielo clemencia
por pecador y engreído,
y asumo la penitencia
de no ser correspondido,
en este amor tan hermoso
que me llegó de otro nido.

F. Marcos

Un precioso poema lleno de romanticismo , nostalgia y hasta quizá espera.
Saludos mediterráneos.

Un amor que va creciendo eternidades, aún en la lejanía.

Exquisito poema

Que tengas un feliz día
Un abrazo
Siempre, Rafael.

La dulce espera, amiga Concha. Gracias por tu visita. Un abrazo.

Gracias por tu atención y comentario, amigo Rafael. Un abrazo.

Dulce, romántico y tierno, muy tierno.

Es un poema, todos los tuyos lo son, que, a mi manera de entender, guardan el aroma de la poesía clásica, con toques de la poesía actual.

Muy bueno y de lectura muy fluida.

Un abrazo.

Precioso poema de amor y romanticismo.
Un lujo leerlo, Fernando, gracias por compartir.

Un abrazo.

Amigo Alejandro: es un placer el que me tengas un tanto "calado" y sea de tu gusto. Un abrazo, compañero.

El lujo es mío, amiga Marisa, por los hermoso poemas que nos reglas siempre, y por la atención de nuestros escritos, (que personalmente, agradezco y considero). Un tierno abrazo.