Sonidos de un jaguar
Publicado: Dom, 12 Oct 2025 16:47
A Ana García
A veces palpitas y te unes al sufrimiento humano. Ese que nos recuerda que la nada no es la muerte, sino una vida carente de alegría. A veces eres radiante y sintonizas con el jolgorio de una ciudad bulliciosa.
Frío en la nada
una casa sombría.
Desilusión.
Las jornadas se ennegrecen con la herida,
hasta que viene un sueño
soterrado en imágenes
de suburbios anclados en ceniza
y percibes la luz entre las nubes.
A veces eres de agua y recorres un mundo de sensaciones turbias y siniestras.
Las noches se retuercen en el fuego
de la disolución de la belleza
y del deterioro
por un pasado fallido y descartable.
A veces llegan noticias de países exóticos y ajenos al dolor cotidiano.
Las tardes son las joyas
de un tiempo inextinguible.
Sumergidas en tierra de obsidiana
y sonidos salvajes de un jaguar.
A veces todo te trae a la memoria el instinto litúrgico del miedo.
Los paisajes de arena son de aire
que mueve lentamente tu ilusión
hacía lugares nuevos.
A veces hay solo un círculo que te une y separa de los otros, como si fuera umbral de eternidad.
La belleza del día
es pájaro de lluvia clandestino.
Se ve un relámpago.
Ana Muela Sopeña
A veces palpitas y te unes al sufrimiento humano. Ese que nos recuerda que la nada no es la muerte, sino una vida carente de alegría. A veces eres radiante y sintonizas con el jolgorio de una ciudad bulliciosa.
Frío en la nada
una casa sombría.
Desilusión.
Las jornadas se ennegrecen con la herida,
hasta que viene un sueño
soterrado en imágenes
de suburbios anclados en ceniza
y percibes la luz entre las nubes.
A veces eres de agua y recorres un mundo de sensaciones turbias y siniestras.
Las noches se retuercen en el fuego
de la disolución de la belleza
y del deterioro
por un pasado fallido y descartable.
A veces llegan noticias de países exóticos y ajenos al dolor cotidiano.
Las tardes son las joyas
de un tiempo inextinguible.
Sumergidas en tierra de obsidiana
y sonidos salvajes de un jaguar.
A veces todo te trae a la memoria el instinto litúrgico del miedo.
Los paisajes de arena son de aire
que mueve lentamente tu ilusión
hacía lugares nuevos.
A veces hay solo un círculo que te une y separa de los otros, como si fuera umbral de eternidad.
La belleza del día
es pájaro de lluvia clandestino.
Se ve un relámpago.
Ana Muela Sopeña