Editorial Alaire

Los sueños de antaño
tienen hoy la sombra del vacío,
el eco de la nada, la tristeza
del mar cuando anochece.

Pasas por el tiempo confundida,
vienes a crear un nuevo sol.
El corazón ileso en un pecho encendido,
el cuerpo golpeando el agua, recuerdo
de barcos que se hundieron, de selvas
sumergidas, de océanos cabalgando
bajo los párpados cerrados, la ponzoña
de los huesos enterrada en un jardín
de lentas azaleas.

Llegas con el rostro ausente, vértebra
herida de una columna en fuga,
linaje de una geometría serena.
La huella de la sangre como identidad
de esquina mía.

No sé si llegó a apagarse tu voz de muchos ecos,
ni si esa mirada llegó a perderse en el cielo azul
de las promesas, ni si has sobrevivido al derrumbe
de esta tediosa mañana de invierno,
ni si aún pudiera inventarte a la medida exacta de mis sueños.

Te observo mientras duermes, pero no te hallas aquí
y, ahora que me veo, ni la ciudad ni yo somos reales.
Despídeme de este amor sin domicilio.

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Dom, 21 Sep 2025 12:16
Los sueños de antaño
tienen hoy la sombra del vacío,
el eco de la nada, la tristeza
del mar cuando anochece.


No sé si llegó a apagarse tu voz de muchos ecos,
ni si esa mirada llegó a perderse en el cielo azul
de las promesas, ni si has sobrevivido al derrumbe
de esta tediosa mañana de invierno,
ni si aún pudiera inventarte a la medida exacta de mis sueños.

Te observo mientras duermes, pero no te hallas aquí
y, ahora que me veo, ni la ciudad ni yo somos reales.
Despídeme de este amor sin domicilio.

Otro de tus grandes poemas, Ramón, nostálgico, triste, evocador, dubitativo,
momentos de ensoñación e irrealidad… y un último verso de irrefutable despedida.
Diferente e interesante en cualquier caso, me gusta.

Felicidades y un beso.

Resalto las estrofas que eligió Marisa, y me aplico la primera. Siempre es un acierto entrar en tu morada poética. Felicidades, muchas.
Un abrazo grande

Fabuloso poema, Ramón:

El amor sin domicilio provoca tanta nostalgia como el amor con domicilio. Los humanos somos un mar de contradicciones.

Enhorabuena
Un beso grande
Ana

Soberbio, Ramón, ha sido un placer navegar por tu arte.

Un abrazo.

Soberbio, Ramón.

Muy poético y bien narrado.

Te observo mientras duermes, pero no te hallas aquí
y, ahora que me veo, ni la ciudad ni yo somos reales.
Despídeme de este amor sin domicilio.

Esta estrofa me ha cautivado.

Es de una belleza de esas que se te clavan en la pupila, "...ni la ciudad ni yo somos reales." ¡Qué maravilla!

Un abrazo, compañero.

“de océanos cabalgando
bajo los párpados cerrados, la ponzoña
de los huesos enterrada en un jardín
de lentas azaleas.
……………………...

Llegas con el rostro ausente, vértebra
herida de una columna en fuga,
linaje de una geometría serena.

………………………

Te observo mientras duermes, pero no te hallas aquí
y, ahora que me veo, ni la ciudad ni yo somos reales”

Magnífico, Ramón, con un lenguaje poético rebosante de momentos para enmarcar por su lirismo y poder evocador.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

Marisa Peral escribió: ↑Dom, 21 Sep 2025 19:52

Ramón Castro Méndez escribió: ↑Dom, 21 Sep 2025 12:16
Los sueños de antaño
tienen hoy la sombra del vacío,
el eco de la nada, la tristeza
del mar cuando anochece.


No sé si llegó a apagarse tu voz de muchos ecos,
ni si esa mirada llegó a perderse en el cielo azul
de las promesas, ni si has sobrevivido al derrumbe
de esta tediosa mañana de invierno,
ni si aún pudiera inventarte a la medida exacta de mis sueños.

Te observo mientras duermes, pero no te hallas aquí
y, ahora que me veo, ni la ciudad ni yo somos reales.
Despídeme de este amor sin domicilio.

Otro de tus grandes poemas, Ramón, nostálgico, triste, evocador, dubitativo,
momentos de ensoñación e irrealidad… y un último verso de irrefutable despedida.
Diferente e interesante en cualquier caso, me gusta.

Felicidades y un beso.

Muchas gracias, querida amiga Marisa, por tus generosas palabras.

Un gran abrazo

Rescatando este

“Amor sin domicilio” de Ramón Castro Méndez