Editorial Alaire

Todavía huele la lluvia
a tu aroma de soledad.
Todavía las calles sienten
tus huellas sobre el asfalto.
Todavía
veo
tus
ojos
mirándome
despacio.
Tu sonrisa es siempre pícara
y me obsequia con las nubes.

Me entremezclo con la humedad
de los parques con gorriones.
Te recuerdo fuera del tiempo
esperando en un semáforo.
Adoro tu paso suave
en la ciudad somnolienta.
Mi sueño entre los tejados
te dibuja en chimeneas.

Amanece lentamente
y nos pensamos a distancia.
Parecemos
invisibles
mientras
nos
respiramos.
Construimos la utopía
con el bagaje de los besos.
Iniciamos una luz
aunque la sombra nos amenace.


Ana Muela Sopeña

Muy bueno, Ana...

Decirte que este amanecer de tu poema me impulsó a colgar aquí otro amanecer de mi autoría donde la sombra amenaza también, en este caso sobre el pasado.

Fuerte abrazo.

Hermoso poema, Ana. Aún en el duro asfalto se pueden dejar huellas... aún en la nostalgia puede vivir el amor... Bellas ideas. Me quedé pensando en la similitud entre "amanece" y "amenace"... Un gran abrazo.

Lisandro

Regresas a la ciudad, a la nostalgia que dejan las huellas, y es que sabes mirar cuando caminas, y hacerlo poesía. Un placer leerte.
Un abrazo grande

Magníficas estas huellas que nos dejas.

Llevan la esencia de todas tus huellas, de tus versos y de la intriga que siempre encierran.

Me ha gustado, Ana.

Un beso.

Gracias, Enrique, por brindarme tus palabras.

Un abrazo grande
Ana

Hola, Lisandro:

Parece que el amor nos lleva por lugares opuestos: Renacimiento o muerte. Amanecer o sombras. Protección o amenazas.

En esos opuestos de dan los cambios

Un fuerte abrazo
Agradezco tus palabras
Ana

Muchas gracias, Pilar, por venir:

Un fuerte abrazo
Ana

He disfrutado mucho de estas huellas y de esa sonrisa pícara que te regala nubes.
Me gusta todo tanto la forma como el contenido.
Un fuerte abrazo desde el hospital. Ayuda leer buenos poemas .

Gracias, Alejandro, por tus palabras tan efusivas.

Un fuerte abrazo
Ana

Los calores de Bilbao te han puesto tierna, gorriona citadina, y has compuesto una estupenda oda al amor nostálgico. Muy bien construidos esos peldaños que nos van aproximando al cielo de tus versos. El campo semántico impecable.
Un beso y bendiciones