Editorial Alaire

Solo Dios basta


De tus manos, Señor, pido consuelo,
pues sabes Tú que yo seré ceniza.
Mírame a los ojos, mi fe agoniza,
y, aunque humilde de amor, te ruego el cielo.

Hoy te envío mi loco desconsuelo
y, en amargada pena, mi fe huidiza
que es un amargo llanto que eterniza
este sentir que canto en pleno vuelo.

¿Por qué no acudes a mi cerca un día
y labras en mi alma santidad.
Cuánto dolor, Señor, mi amor te envía.

Te llama en su amargor por caridad
en este sentimiento que en mí queda
y convierte este seto en arboleda.

Dura llamada. La vida se despide a su tiempo y para mí, como imagino para muchos, se disuelve en la nada. Si tuviera que creer en algún dios, diría como Einstein que creo en el dios de Spinoza, un dios proveedor de vida, y no le rogaría su final. Pero hay situaciones límite y desesperadas en las que el dolor es mayor que la esperanza de vivir, y lo comprendo. Sólo somos humanos, no dioses. Un abrazo con algo de esperanza, amigo José Manuel Salud.

Estimado amigo José Manuel:
Por favor, no publiques más de un poema por semana.
Los títulos de los poemas, por favor, no los escribas en mayúsculas (yo te los voy corrigiendo, pero es mejor que tú no los escribas con mayúsculas).
Abrazos.

La emotividad que desprende el poema me ha llegado muy adentro del corazón. Hay situaciones duras en las que la soledad y el final nos abruma.
Te acompaño en tu poema con un poco de esperanza ( tampoco ando muy sobrada).
Un abrazo grande y salud

Yo que soy pesimista, no por naturaleza sino por vida, creo en Dios. En ese mismo que es creador, omnisciente, Todopoderoso.

Si lo llamas, responde.
Si lo buscas, lo encuentras.
Pero siempre procuro recordar que, al final, es Su voluntad y no la mía.

Saludos.

¡Qué estoy leyendo!

Por suerte, tal vez por desgracia, a todos nos llegará nuestro momento, no hace falta solicitarlo.

Hay que luchar contra todo, hay que vencer a la nada, como esa pequeña "historia interminable" con un final definitivo.

El tiempo se mueve y no se para, la vida se vive, se disfruta, se siente e incluso nos martiriza, pero ahí estamos nosotros, ahí debemos estar nosotros, luchando por ella, por nosotros y por quien nos rodea y nos sufre. El final ya llamará a nuestra puerta en su momento.

El soneto, como siempre, está muy bien escrito, pero lo que guarda dentro es demasiado triste y negativo. Lucha por ti y por la gente que te quiere y te respeta.

Yo soy uno de ellos. Seguro que existirán muchos más.

Un abrazo.

"Julio Gonzalez Alonso" post_id=627551 time=1755617433 user_id=22]
Dura llamada. La vida se despide a su tiempo y para mí, como imagino para muchos, se disuelve en la nada. Si tuviera que creer en algún dios, diría como Einstein que creo en el dios de Spinoza, un dios proveedor de vida, y no le rogaría su final. Pero hay situaciones límite y desesperadas en las que el dolor es mayor que la esperanza de vivir, y lo comprendo. Sólo somos humanos, no dioses. Un abrazo con algo de esperanza, amigo José Manuel Salud.

Es muy sano recinir con un abrzo algo de esperanza. Cuando rogamos, amigo Jujlio, es porque el dolor alcanza un máximo de soporte, y yo, he llegado y estoy con cierta frecuencia
en el punto o límite inaguantable porque somos humanos,. como asíí me recuerdas. UIn solo Dios, y en Él confío.
En cualquier ocasión, podré comentar con acierto tú buen comentario. ¿ Llegará el momento?

Des la soledad de mi isla, un fuerte anrazo. SALUD.

José Manuel Febles

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Buenos días, querido amigo.
Es un poema lleno de la intensidad que te define, de esa fuerza emocional que barre al tiempo y a sus afilados puñales. Los que tenemos el honor de conocer parte de tu historia (afectiva y mundana) podemos levantar estos versos hasta la estratosfera. Sabemos que mil caballeros andantes comprometidos con el amor y la vida habitan tu corazón.

Un abrazo enorme.

Poema de esa poesía que no miente (la hay, la hay, pese a Pessoa y su séquito), muy bien elaborado, aun si lo sentido desborda el molde artificioso de cualquier fórmula. Tengo envidia sana de los que pueden accedere a la fe, me da que, de un modo u otro, algo al final les es más fácil, quizá esa esperanza inquieta. Soneto rayando o dentro de la perfección, formalmente hablando.

Una abraçada.

No estoy seguro, eh, lo digo porque a mí a veces me pasa, pero no estoy seguro de si nos damos cuenta de lo mucho que tenemos simplemente pudiendo ejercitar un arte como la poesía. Hay mucha gente que se pasa toda la vida en el mismo sufrimiento de la mente y es imposible escapar de ahí porque no puede transformarlo. Lo digo porque el soneto me parece muy bueno, y no creo en el fondo que una persona tan triste pueda hacer un poema tan bueno. Da para pensar (que no sospechar).

En cuánto a Dios, no creo en él, seguro que él tampoco cree en mí, no he tenido relaciones apenas más allá de cuando era niño y me arrodillaba suplicante ante el examen de última hora. Como abstracto lo entiendo, respeto a las personas que creen en Dios, esa suerte tienen, porque los que no creemos en Dios no nos queda ni ese consuelo.