Editorial Alaire

Lo cóncavo se llena del vacío
en los extremos níveos del amor.
Allí donde el abismo de los lobos
se precipita en nubes de neblina.

Lo convexo es un nudo de preguntas,
donde la mente encuentra su descanso.
Un instante de luz dentro del sueño
para forjar estatuas en el lodo.

En la concavidad de la locura:
el momento esencial de la raíz.

El vórtice convexo de la Tierra
es utopía amante de los pájaros.

En todo laberinto hay una herida
que todavía nadie
parece confrontar.

En lo oculto del aire habita un hueco,
ese que nadie quiere
en su mirada

Nunca existimos dentro de otro mundo
salvo cuando nos sacan de la muerte.

Hay una línea fina que demarca
el instinto brutal de lo sutil,
es un murmullo suave que palpita.


Ana Muela Sopeña

Lo convexo, el yang, lo lleno, parece aquí estar preñado de vacío; y su contracara o reverso, el yin, lo cóncavo, lo vacío; parece, del propio vacío, llenarse. Vida y muerte, brutalidad y sutileza, lobos y murmullos, se fagocitan uno a otro, en un instante dinámico y eterno. Me han venido a la mente Lao-tse y Heráclito. Pero hay algo que se nombra y no parece tener contracara o reverso: el amor. Me quedo con esa idea, tal vez utópica, tal vez caprichosa interpretación mía, pero que me gusta. Fascinante poema, Ana. Mi abrazo fraterno.

Lisandro

Nunca existimos dentro de otro mundo
salvo cuando nos sacan de la muerte.

¡Qué versos, Ana!

Precioso en contexto, magnífico como poesía, ágil de lectura y con la esencia del lirismo.

Todo lo que conforma un buen poema.

Un beso.

Si todo el poema,es de una sutil delicia, el final es el broche que lo corona.
Muy tuyo ,Ana. Otra genialidad
Abrazos mediterráneos.

Ana Muela Sopeña escribió: ↑Mié, 06 Ago 2025 10:06

En todo laberinto hay una herida
que todavía nadie
parece confrontar.

En lo oculto del aire habita un hueco,
ese que nadie quiere
en su mirada

Ana Muela Sopeña

Qué cierto todo esto, una verdad nos inquieta que preferimos acallar. Es muy curioso este tema de lo cóncavo y lo convexo y lo mucho que puede dar a pensar. Has hecho un buen bosquejo de ello, insinuaciones que parecen aforísticas que nos llevan a hacernos más preguntas aún. Bien por ti.

Profundos, existenciales y simbólicos versos. He disfrutado con la lectura. Abrazos.

Creo que lo cóncavo y lo convexo pueden intercambiarse en este poema, llegar a mezclarse y ser todo uno. El vacío se puede llenar de preguntas...
La locura puede situarse en el vórtice de las esperas.
Un poema que te hace reflexionar.
Un fuerte abrazo.

Entiendo este poema como ese límite en el que los rayos de luz atraviesan una lente cóncava y otra convexa para formar en el plano focal una imagen nítida, una economía de la mirada, desde la que todo se percibe preciso, incluso en la «neblina», exterior e interior.

Bien dicho, Ana. Felicidades.

Un abrazo.
Ignacio

Muchas gracias, Lisandro, por tu bello comentario:

Sí, el libro del Tao me dejó huella.

Es siempre gratificante leerte.

Fuerte abrazo
Ana

Agradezco mucho tus palabras, Alejandro:

Un beso enorme, amigo
Ana

Estimada Ana: me encanta ese "murmullo suave" que me hacen "palpitar" tus versos. Gracias por todo ello.