Intento de una biografía, no autorizada, del olvidado Rey Antetos Parte I (Mirlos)
Publicado: Lun, 28 Jul 2025 22:22
De los manuscritos del Mar Egeo por el historiador Bolín el viejo. Traducción al bantú, El Flaco que levita. Durante la traducción El Flaco se tiró algunas bantuosidades.
Tu destino quedó establecido
desde el primer calostro
y se aceleró el día
que inopinadamente pisaste
aquella mierda blanda
camino de Panonia.
Tú sabes que los aqueos
hemos sido muy aficionados
a fundar colonias aquí y allá.
Desaparecíamos durante meses
con la excusa de ir a comprar tabaco.
Eso hasta que Lisistrata
nos dejó sin sexo durante un año.
Para las mujeres fue fácil,
ellas tenían el satisfayer.
Durante ese tiempo obligatorio de ocio
hubo grandes avances científicos
como el supositorio mentolado
o el reloj de solfeo o reloj de sol feo.
(aquí faltan algunas letras y otras
están borrosas o tachadas).
En Anticitera se inventó un famoso
mecanismo que siglos después dio
origen al parchis y al primer ordenador
de Bill Gates, que ya venía
con el correspondiente virus ad hoc.
Debido a la abstinencia sexual
tuvimos que aprender a sujetar
el gladio con la mano izquierda.
Pero tú, que no te amilanabas
ante las adversidades, aprendiste
de aquellos viejos e ilustres filósofos
preprostáticos que las cabras
podrían tener otra utilidad.
Aún se recuerda la vehemencia
con que repudiaste a tu esposa
Perdika a la vuelta de unas vacaciones
en Marina D'Or con tu amante caprina.
Asterika, sin duda, era una belleza.
Las ubres llenas, al menos era una copa C,
y el maravilloso éntasis de sus caderas.
Se os veía felices. Sabíamos que eran tus costumbres
y había que respetarlas, pero el pueblo respiro
tranquilo cuando en TelePetros dieron la noticia
de que ella era estéril.
Conociamos tu terquedad y tu gusto
por las dinastías.
Tu destino quedó establecido
desde el primer calostro
y se aceleró el día
que inopinadamente pisaste
aquella mierda blanda
camino de Panonia.
Tú sabes que los aqueos
hemos sido muy aficionados
a fundar colonias aquí y allá.
Desaparecíamos durante meses
con la excusa de ir a comprar tabaco.
Eso hasta que Lisistrata
nos dejó sin sexo durante un año.
Para las mujeres fue fácil,
ellas tenían el satisfayer.
Durante ese tiempo obligatorio de ocio
hubo grandes avances científicos
como el supositorio mentolado
o el reloj de solfeo o reloj de sol feo.
(aquí faltan algunas letras y otras
están borrosas o tachadas).
En Anticitera se inventó un famoso
mecanismo que siglos después dio
origen al parchis y al primer ordenador
de Bill Gates, que ya venía
con el correspondiente virus ad hoc.
Debido a la abstinencia sexual
tuvimos que aprender a sujetar
el gladio con la mano izquierda.
Pero tú, que no te amilanabas
ante las adversidades, aprendiste
de aquellos viejos e ilustres filósofos
preprostáticos que las cabras
podrían tener otra utilidad.
Aún se recuerda la vehemencia
con que repudiaste a tu esposa
Perdika a la vuelta de unas vacaciones
en Marina D'Or con tu amante caprina.
Asterika, sin duda, era una belleza.
Las ubres llenas, al menos era una copa C,
y el maravilloso éntasis de sus caderas.
Se os veía felices. Sabíamos que eran tus costumbres
y había que respetarlas, pero el pueblo respiro
tranquilo cuando en TelePetros dieron la noticia
de que ella era estéril.
Conociamos tu terquedad y tu gusto
por las dinastías.