Editorial Alaire

De haberlo sabido – Quique González

Hoy el cielo se oculta
y saluda a la tierra.

Las mil veces que por aquí pasamos,
el trastorno de insistir, de cruzar
una y otra vez los mismos eriales
en un regreso eterno,
perdiendo siempre más
de lo que nunca conseguimos.

Y entonces suena un arpegio,
notas brujas que agitan las entrañas,
sonidos que germinan del silencio
—su principio y fin, su razón de ser,
su impávido flotar entre neuronas—.

Fue más que eso.
O quizá no fue nada.

Y ahora que los lugares son otros
y nunca es primavera,
y son otros los motivos,
y en el mar dejan de iniciarse
los viajes más largos, ahora,
nos da por ajustar
nuestras cuentas de perdedores.

Fue más que eso.
Posiblemente fuera todo.

Genial, me ha gustado mucho.

Y ahora que los lugares son otros
y nunca es primavera,
y son otros los motivos,
y en el mar dejan de iniciarse
los viajes más largos. Ahora,
nos da por ajustar
nuestras cuentas de perdedores.

Esta estrofa es un tesoro.

Muy cierto, compañero.

Un abrazo.

Ah... ese sabor cada vez más agrio y más podrido... de querer reintentar una vez más lo que nunca fue... lo que siempre o nunca pudo ser... y ese postrero ajuste de cuentas en el que todos son "debes" y ningún "haber". De los fracasos (tengo de ellos varios doctorados honoris causa de la universidad de la calle y los polvorientos caminos) puede nacer la poesía. Así fue, y con todas las letras, en este caso. Y de la poesía, puede rebrotar la vida. Mi abrazo fraterno, Enrique.

Lisandro

PD: La nada y el todo... tal vez sean dos caras de la misma moneda... tal vez.

"Hoy el cielo se oculta
y saluda a la tierra."

Es, tu poema, un enorme regalo de sincero sentir.
Gracias, compañero.

Fonda aperta.