Tambores de destierro
Publicado: Lun, 14 Jul 2025 18:11
El ayer,
es el paseo que nos llevó a este hoy,
un hoy destartalado, hipocondríaco, intrigante y desordenado.
Hoy,
donde las mañanas preguntan qué hacer,
mientras unas cuantas palomas se olvidan del color del cielo,
los árboles aún duermen,
con la corteza arrugada, envejecida, longeva,
y unas cuantas flores,
-a veces muy pocas-,
se desnudan para disfrazar con su aroma,
la tortura del sufrimiento de sus tallos.
Todo parece demasiado lejano, todo,
el canto que se perdió entre los suspiros del viento,
aquella voz que siempre preguntaba,
y, que, aún hoy no encuentra respuesta,
esa sonrisa de niño convertida en llanto,
una boca que susurraba un te quiero,
y unos labios fundidos de amor.
Todo, es nada en el calvario del desierto del alma,
solo escucho los tambores del destierro,
los gritos de angustia de los que no pudieron encontrar el camino,
el grotesco ruido de la tierra al ser desgarrada por los muertos,
y un paisaje destruido bajo las lágrimas de la mirada.
Y aún intento buscar el horizonte
cuando no existe tierra que marque mi destino.
Tal vez mañana,
la desgarre en la ciudad de los muertos.
es el paseo que nos llevó a este hoy,
un hoy destartalado, hipocondríaco, intrigante y desordenado.
Hoy,
donde las mañanas preguntan qué hacer,
mientras unas cuantas palomas se olvidan del color del cielo,
los árboles aún duermen,
con la corteza arrugada, envejecida, longeva,
y unas cuantas flores,
-a veces muy pocas-,
se desnudan para disfrazar con su aroma,
la tortura del sufrimiento de sus tallos.
Todo parece demasiado lejano, todo,
el canto que se perdió entre los suspiros del viento,
aquella voz que siempre preguntaba,
y, que, aún hoy no encuentra respuesta,
esa sonrisa de niño convertida en llanto,
una boca que susurraba un te quiero,
y unos labios fundidos de amor.
Todo, es nada en el calvario del desierto del alma,
solo escucho los tambores del destierro,
los gritos de angustia de los que no pudieron encontrar el camino,
el grotesco ruido de la tierra al ser desgarrada por los muertos,
y un paisaje destruido bajo las lágrimas de la mirada.
Y aún intento buscar el horizonte
cuando no existe tierra que marque mi destino.
Tal vez mañana,
la desgarre en la ciudad de los muertos.