Editorial Alaire

Cuando te alcé, guitarra, por vez primera
era yo casi un niño y vos recién nacida
y juntos aprendimos esta filosofía: que vivir es soñar y soñar es cantar
y en bordonas y primas se nos hizo canción el amor, como las penas.

Cuando quiso mi voz plantar bandera fuiste mástil y viento
y en tu caja sonora retumbaron mil voces.
Cuando quise cantar a mis adentros, me callé y escuché
la hondura de la voz de tu fiel diapasón entre mis dedos.

Cuando trajo la vida su canción de frío y ya no pude cantar,
tus maderas, pacientes esperaron a mis manos, tiesas
que no atinaban a buscar en el nido de tus cuerdas
aquel calor de tantas noches de amor, de fogón, de amistad.

Pero un día, guitarra, me llamaste en silencio;
como la vez primera te pulsé y ahora pienso:
¿Serás vos mi guitarra, seré yo tu instrumento
o seremos dos voces hermanadas de tiempo?



Lisandro Sánchez
Varvarco, Neuquén, Argentina
pochosanchez1973@gmail.com
viewtopic.php?t=42057

Qué hermoso poema a tu guitarra, Lisandro:

Hay mucho sentimiento y una hondura entrañable. Cadencia, buen ritmo, rimas y musicalidad.

Me ha gustado.

Mi felicitación
y...
un abrazo
Ana

Ana Muela Sopeña escribió: ↑Jue, 12 Jun 2025 22:31 Qué hermoso poema a tu guitarra, Lisandro:

Hay mucho sentimiento y una hondura entrañable. Cadencia, buen ritmo, rimas y musicalidad.

Me ha gustado.

Mi felicitación
y...
un abrazo
Ana

Qué elogiosas palabras, Ana. Te las agradezco de todo corazón.

Debo confesarte que en realidad no es propiamente a mi guitarra. Yo no tengo guitarra. No sé sacarle a una más que unos pocos acordes.

Este asunto entre el guitarrista y su guitarra, es un asunto de un amigo, más bien un hermano, que una noche, por teléfono (porque desde hace algunos años vivimos como a mil quinientos kilómetros uno del otro) me contó el asunto, y le dije: "con tu permiso, hermano, voy a escribir unos versos sobre esto, pero voy a hacer algo que nunca hago; los voy a escribir en primera persona, como si el del asunto fuese yo mismo"·.

Mi amigo me dio su permiso, y ahí está. Lo escribí más que nada para él. Inmediatamente se lo mandé en un correo electrónico, casi como quien devuelve algo a su dueño. Pero inmediatamente lo leí y lo releí, y me gustó, y me dije: es mío también. Así que decidí compartirlo.

Pero no fue un capricho el escribirlo y hacerlo en primera persona. La guitarra de mi amigo -mi hermano-, y sus cuitas con ella, me son, en el sentimiento, casi propias. En el fondo, siento que somos varias las "voces hermanadas de tiempo": él, su guitarra, yo, y otras.

Qué bueno que haya llegado a tu corazón, Ana.

Un fraterno abrazo.

Lisandro

Qué buena historia, Lisandro

La guitarra de tu amigo es tu guitarra también a través de él. Efectivamente se nota ese hermanamiento.

Me ha encantado esta historia. Es una historia de gran amistad y empatía.

Un abrazo grande
Ana

Magnífica exposición de una guitarra llena de sentimientos y que de alguna manera podría ser metáfora de la vida.

Luego, al leer la historia que le cuentas a Ana, aún cobra más valor tu escrito.

Bonita propuesta y bonito motivo la amistad.

Un abrazo.

Alejandro Costa escribió: ↑Vie, 13 Jun 2025 19:27 Magnífica exposición de una guitarra llena de sentimientos y que de alguna manera podría ser metáfora de la vida.

Luego, al leer la historia que le cuentas a Ana, aún cobra más valor tu escrito.

Bonita propuesta y bonito motivo la amistad.

Un abrazo.

Muchas gracias, Alejandro. Como siempre, me honrás con tu atenta lectura y tus interesantes comentarios. Qué bueno lo que apuntás acerca de este asunto como metáfora de la vida. Lo suscribo plenamente. Creo que lo que en aquella historia le sucede al guitarrista con su guitarra, podría sucederle a alguien con algo que no tenga nada que ver con una guitarra. Por ejemplo, ¿porqué no podría sucederle a un escritor con un texto suyo? Un fraterno abrazo.

Lisandro