A mi amigo desaparecido, Miguel Ángel Guerrero.

[Pascual Pérez]

A mi amigo desaparecido, Miguel Ángel Guerrero

Pobre diablo nacido en barrio pobre.
Hijo de viuda recta y de negro siempre.
Ella sabía cómo llevarte recto al buen camino;
Lo que no sabía era que tú dominabas el arte de torcerte.
Tan fiel en la amistad por cuatro días,
desaparecías por meses hacia otros lares,
donde eran más gratos los truhanes.
Los vicios eran solo la inocente llamada
a un alma bondadosa, el canto de las sirenas
convertido en el trino de las tragaperras.
“La rama que se tuerce de joven
ya no se puede enderezar”, decían
con mueca fatalista aquellos viejos
de boina mugrienta y de cigarro.
Con cuatro duros en los bolsillos
el más rico y feliz en los bares parecías.
Y si había pasta tragabas, una tras otra,
las dulces Coca-colas, como quien sorbe el éxito.
Los gestos rápidos y el correr nervioso,
huyendo de alguno al que acababas de apedrear,
solo por broma inesperada, no por maldad,
mientras canturreabas las cursis canciones de Mecano.
Impetuoso cual uno de esos burdos cabezudos
sacudiendo zurriagazos a los niños
en las fiestas terribles de vino y miseria.
Siempre limpio y escoscado tu madre te llevaba,
tal vez como agónico intento de la viuda por salvarte,
consciente de que tras la limpia infancia
una sucia o negra vida te esperaba.
En vano he intentado buscarte ahora en internet.
¡Qué absurda ocurrencia!
Acaso te encontrara en un garito sórdido acodado en la barra,
tragando cubalibres escéptico y alegre,
o clavados los ojos chispeantes en alguna máquina,
canturreante manojo de tics,
a la espera de oír sonar las monedas,
esas con que el destino, cual Judas, vendió tu intrépida alma.

[Alejandro Costa]

Es duro, muy duro.

Es como una conversación en soledad, donde derramas todo aquello que llevas dentro.

El poema me ha gustado, es triste, muy triste, pero es muy bueno y está muy bien escrito.

Un abrazo.

[Pascual Pérez]

Muchas gracias, amigo Alejandro. Bueno, malo o regular me ha servido para rememorar a mi amigo. Que Dios le guarde, esté donde esté.
Un fuerte abrazo!