En tu arena, hoy,
coexisto en armonía
con mi memoria-niña de ayer,
de hace más de siete décadas.
Lapsos en los que a veces
olvido que cada marea
no es única ni transitoria,
que cada resaca,
es todo el océano.
En ésta arena aquietada
y frente a éste océano índigo,
presiento la evidencia
de la repatriación inmarcesible.
Es un dilatado instante
el del anhelado regreso.
---
©MAR
