Blues Para un Orgasmo Feroz (dedicado)
Publicado: Sab, 31 May 2025 12:37
A Ana Muela y Julio Arroba, con todo mi cariño. Gracias por estar.
Hago florecer el verso
como un algo agrio
que me aflora al paladar
o quizás
como un orgasmo feroz
que me alborota
que libera, sin querer,
este alma tan repleta de ladrido.
Porque así quiero quererte,
de tal manera
que hasta los huesos se me rompan
ante la sola mención de tu nombre.
De tal forma
que hasta el aliento se me corte
solo con tu presencia.
Así quiero quererte
─excesivamente─
hasta que me sea imposible amarte.
Hasta detestarte, odiarte, maldecirte.
Que mi amor haga que tú lo seas todo
y que yo pueda creer en el olvido.
Las noches callejeras
con su cola de ladrido
y pedrada,
me inundan,
me traspasan,
me tientan a lanzarme descarriada
por calles somnolientas
en busca de un calor
que yo no sé,
que yo no entiendo.
Como una niña perdida entre dos madres.
Y este olor de vicio
de taberna
me oprime la piel.
Me dejo mecer
en un mar de humos y brazos
que escapan
y tornan, otra vez,
Como un juego.
Otro nuevo despertar
con las manos manchadas de soledad,
con una carcajada colgada del cuello,
como una burla diurna de la vida.
Con todo el cuerpo saturado de vacío.
Hago florecer el verso
como un algo agrio
que me aflora al paladar
o quizás
como un orgasmo feroz
que me alborota
que libera, sin querer,
este alma tan repleta de ladrido.
Porque así quiero quererte,
de tal manera
que hasta los huesos se me rompan
ante la sola mención de tu nombre.
De tal forma
que hasta el aliento se me corte
solo con tu presencia.
Así quiero quererte
─excesivamente─
hasta que me sea imposible amarte.
Hasta detestarte, odiarte, maldecirte.
Que mi amor haga que tú lo seas todo
y que yo pueda creer en el olvido.
Las noches callejeras
con su cola de ladrido
y pedrada,
me inundan,
me traspasan,
me tientan a lanzarme descarriada
por calles somnolientas
en busca de un calor
que yo no sé,
que yo no entiendo.
Como una niña perdida entre dos madres.
Y este olor de vicio
de taberna
me oprime la piel.
Me dejo mecer
en un mar de humos y brazos
que escapan
y tornan, otra vez,
Como un juego.
Otro nuevo despertar
con las manos manchadas de soledad,
con una carcajada colgada del cuello,
como una burla diurna de la vida.
Con todo el cuerpo saturado de vacío.