Carta a Juan Carlos sobre la poesía
Publicado: Dom, 25 May 2025 17:37
Creo, Juan Carlos, que la poesía puede ser más sencilla de lo que creemos aunque dura porque requiere un gran esfuerzo; escuchar muchas canciones, acertar con los autores que leemos y tener capacidad para discernir lo importante en su obra. No es cuestión de perseguir un unicornio, no es ahogar tu impulso en el canto de las sirenas. La poesía no es una diosa que nos pida que la adoremos, que la escribamos con mayúsculas, es simplemente tener ganas de acometerla asumiendo las dificultades de su ejecución, sabiendo que no siempre salen las cosas bien, aceptando un tiempo que puede parecernos estéril y que, con frustraciones dejando su reguero en el camino, nos va formando aunque no lo percibamos.
Tienes alma de poeta, esto no garantiza por sí mismo escribir una buena poesía, pero te dota de una sensibilidad precisa que te ayudará a saber cuándo la encuentras entre tus versos Los eclécticos tenemos la condena de que nos abrimos encrucijadas de direcciones, llevamos a la vez demasiados proyectos, solo nos concentramos en un único objetivo cuando viene dado por una exigencia externa, y casi nunca la tenemos.
Pensé que esta entrada la tenía en borradores y fue una sorpresa agradable cuando me encontré una respuesta, más aún cuando comprobé que era tuya, tengo fe en ti, el hombre siempre está por encima del poeta, no nos valen los preciosistas si no tienen apenas nada qué decir.
Brel decía que talento era tener ganas de hacer algo. A ti te sobran.
(12 de julio de 2018)
Es curioso, Francisco,como a través de otros autores se puede llegar a conocer la esencia de una artista y persona como Marilyn. Tu poema es un ejemplo de ello y un ejercicio nada facil de expresar en la manera en que lo has hecho. Nos llega esa persona que nunca de dejó de ser niña, ingenuamente bella, sin filtros. Lo más opuesto al esnobismo que se le exigía y se le siguen exigiendo a los artistas (sobre todo en aquellos años).
Otro autor que me llevó a ella fue Truman Capote en uno de sus relatos. Este poema me ha recordado mucho a la sensación que me dejó este último.
Siempre vista como un mero icono para muchos, el tópico de rubia estrella de cine y objeto de deseo (que por cierto, no era tan rubia). Se rompen aquí todos esos esquemas, se muestra aquí toda su sinceridad sin calcular y también su fragilidad.
(Juan Carlos - 24 de mayo de 2018)
Hablé con un amigo nuestro, Tara, de lo que significaba la poesía para algunos poetas y llegamos a la conclusión de que cualquiera distingue un poema y que, ni siquiera las cumbres más altas, saben definir de una forma convincente lo que es poesía.
Personalmente me acerco a lo que citas de Lorca ( La poesía no quiere adeptos, sino amantes) y, más aún, a lo que solía decir el historiador del arte, Ernst Gombrich, te lo resumo en lo que creo que es la esencia; La poesía no existe, existen los poetas. Por supuesto que no llegaré a ningún lugar como exegeta del poeta boloñés, pero he escrito cosas teniéndolo como referencia de las que me siento satisfecho y sé que si no interesa, por regla general, a los demás es porque en estos días la gente se ha quedado solo con la primera proposición de Gombrich y no quiere pasar a comprobar la segunda.
En lo personal están siendo días buenos a pesar de los problemas que es difícil que no aparezcan cuando se tiene una familia clánica. En lo de la poesía en vez de escribirla estoy analizando lo que he escrito por si puedo mejorarlo o expresar con mayor claridad lo que perseguía.
(13 de enero de 2018)
Intenté decir algo, Juan Carlos, me lo dijo mi mujer al despertarme una mañana y volví a buscar la entrada que certificaba que alguna vez estuve allí mientras evocaba la isla donde conoció a Marianne con total certeza, donde, probablemente, la perdió. Me hubiera gustado estar inspirado y encontrar las palabras que expresaran mi desconcierto en una oración que hablara de los hombres sin destino a los que cantaba. Sabía que ya no podría cruzar unas palabras con él ni preguntarle por Lorca mientras le leía “Alma ausente”, ni pedirle que cantara “Uno de los dos no puede estar equivocado” una última vez para mí como si fuera ese joven amigo que llena Fuencarral con su sonrisa a pesar de su grito de rabia contra la injusticia. Pero no me sentí tan triste, hacía años que había comprendido que nunca moriría, que ya había hecho suficientes méritos para burlarse con ternura del enfado permanente de la Parca, si hablaba tanto de la muerte es porque creía en la vida.
El tiempo pasa rápido, me acuerdo del concierto, cinco años y sé que estuve allí, en el Palacio de los Deportes que había cambiado de nombre, acompañado por mi mujer, que compartimos un buen tiempo con personas de quienes, acaso, no llegué a saber cómo se llamaban pero recuerdo que les brillaban los ojos cuando hablaban de él y volvían a edificar algunos de sus monumentos, que estuve en una nube y hubo momentos que no supe distinguir una canción de otra, ya sé que parecerá extraño, ya sabía que, según mi costumbre, iría recuperando toda la información según fuera pasando el tiempo y los recuerdos se convirtieran en leyenda. Era igual, estaba allí, a priori pensaba que setenta y ocho años eran demasiados para soportar el desgaste de las giras, apenas unos minutos y ya me había dado cuenta de que el hombre que alguna vez tuvo un ataque de pánico sobre el escenario había hecho un pacto secreto con él, que se desenvolvía con soltura entre la gente que había elegido que le acompañaran en la última etapa de su viaje, que iba de un lugar a otro dándole gracias a la vida.
Aún tenía muchas cosas que contar y lo hizo, aunque tuvo alguna mala racha, se mantuvo siempre con un nivel de creatividad alto cuando no excelso. Hay quien habla con orgullo de sus últimas canciones, un epílogo digno de uno de los mejores poetas de nuestro tiempo.
Me costó mucho escribir esta reseña, Juan Carlos, no sabría darte una razón convincente; no tenía nada claro lo que quería que decir y eso, estando el Brel de sus últimos días en mi mente, me resultaba molesto y, casi, desdeñoso.
No tengo esta canción entre mis preferidas (Orly, he cambiado de opinión a fuerza de mirarla a los ojos) pero siempre me ha dado la impresión de que para su autor era muy importante, no sé si ese amor que se desgarra y presiente la cercanía de la fosa representaba su propia vida en ese momento que era consciente de que se apagaba.
Debe ser un calvario escribir mientras todo se va perdiendo y falta el aliento, concentrarse en la música mientras se le está yendo la vida. Pero, quizás, como pilotar aviones, barcos y soñar que los Mares del Sur seguían siendo los mismos que de niño imaginara, le ayudara a paliar el dolor que lo estaba destruyendo.
(16 de noviembre de 2017)
Aquí estamos, Juan Carlos, en cuestiones importantes, esas que percibimos pero apenas se pueden explicar. Me alegro, no sabes cuánto, de que disfrutes en tu relación con la poesía, además tienes campos abiertos para derramar en ellos tu cultura, tienes la música para marcarte el ritmo y el buen gusto para saber qué referencias tienen las huellas más profundas para saber que camino seguir.
Sería pretencioso de mi parte que te dijera que tienes que trabajar más, todos tenemos que hacerlo, y ya sabes que por ahí van diciendo que a los andaluces no nos gusta el trabajo. Será por ello que abundan los poetas en nuestra tierra. A veces un poema que se ha escrito en menos de un minuto va precedido de horas de meditaciones que, aparentemente, tenían poco que ver con él.
Me resulta interesante que, como yo, empezaras a escribir poemas con quince años, una coincidencia más, no tan importante como la de nuestra devoción por la música.
Sin tener una definición clara de la poesía, te diría que en estos momentos la veo como el arte de transmitir un mensaje con el menor número de palabras posible. Creo que el poeta es capaz de hacerse reconocer en tres o cuatro poemas por los que los alumnos de Bachillerato lo odiarían ya que ocuparían no menos de quince folios en un comentario de texto.
(11 de noviembre de 2017)
No es la reseña de la que esté más satisfecho pero se queda cerca de ello, Soledad. En un disco tardío y memorable, de entre todas me quedé con esta canción (Ver a un amigo llorar), sé qué en su interior pude desarrollar un tema que me rondaba desde el dolor de la adolescencia, sobre cartas que van menguando de tamaño o que llegan a desaparecer inundadas por el desapego o la distancia.
No quedé satisfecho de mis aproximaciones a Cohen en verso, quiero pensar que no se enfadaría conmigo por estas interpretaciones de exegeta desorientado. Aquí la distancia no la marcaría el idioma sino la experiencia con respecto a las cartas de cada uno.
(11 de noviembre de 2017)
Quizás sea una situación que ilustre lo que ahora asiento, Fanny, quizás Brecht hable de amor cuando yo hablo de amistad. No hay ninguna duda en este caso de que fui yo el que rompió la cuerda, el que no supo resolver un problema creado por mi imprudencia.
Difícilmente las cosas volverán a ser como antes, ella podrá estar allí, pero difícilmente yo podré alcanzar el lugar que el destino hizo que profanara.
De igual forma yo perdonaría pero me seguiría doliendo que alguien empezara a recordar que me amó una noche fría, pensaría lo terrible que es que hubiera habido un tiempo que me hubiera borrado de su memoria.
(7 de noviembre de 2017)
Es un problema que se da con cierta frecuencia, Tara, tú y yo, rigurosamente, aferrándonos a la tierra, somos africanos pero nadie podrá negar que espiritualmente somos tan europeos como alguien que ha nacido en Madrid o en Roma.
Ceuta y Melilla llevan vidas paralelas, recuperadas en el siglo XV, tienen un número de habitantes similar y una composición de la población parecida. Estamos atrapados en una encrucijada perversa, sobre todo ahora que la corrección política se impone sobre la verdad, y ésta es que la idea de Europa está siendo desplazada, que nuestros jóvenes no vuelven de la universidad a la primera oportunidad que tienen, que las cruces que nos oprimieron con la idea obsesiva del Infierno cada vez tienen que subir una cuesta más empinada, que el musulmán ceutí ha perdido en los últimos años una marca razonable de Occidente, acuciado y atemorizado moralmente por un sesgo conservador de los que han llegado de Marruecos imponiendo los velos y los pañuelos como si fuera algo inherente a su religión.
Comprenderás que una persona que hable el castellano a duras penas y sea indiferente a la Cuestión catalana, cuando tiene carnet tenga los mismos derechos que nosotros pero no piensa en los mismos mitos que nos sustentan; puede votar, recibir subvenciones, moverse por toda la anchura de Europa, pero aunque sea buena persona no es nuestro compatriota ya que no conoce ni quiere conocer nuestra identidad aunque pueda elegir a nuestros representantes, aquellos que un día no muy lejano nos llevará hacia la muerte.
(6 de noviembre de 2017)
Recuerdo la segunda vez que vi "Matar a un ruiseñor". Estaba rodeado por mis tres hijos y dos de mis sobrinos. Recuerdo que nos emocionamos, que tuve sensaciones como si no la hubiera visto antes, que los pobres blancos tenían necesidad de maltratar a los negros para sentirse alguien mientras le seguían el juego a los ricos. La Depresión hizo que se alcanzaran cotas de racismo inimaginables.
Mathew es como es y deseo que siga siendo así, juega en la playa donde son iguales todos los niños del mundo. Como dijo Brel; el problema se crea cuando dejamos de ser niños.
(4 de noviembre de 2017)
I am a rock es una canción soberbia en la que no podemos obviar ni un solo verso, uno de los grandes poemas de Paul, una de sus antológicas frustraciones que se hace literatura con un gran peso específico, creo que no da un respiro, canta la muerte de la comunicación, es una apología al aislamiento. Una canción olvidada porque nadie ha querido mirarla a la cara.
(4 de noviembre de 2017)
Los consejos están, Juan Carlos, para, casi nunca escucharlos y nunca seguirlos, con alguna excepción. Creo que tú estás en ello y estás en plena lucha con tu hambre de eclecticismo. He vivido en una isla y, ya se sabe, que las islas son proclives a facilitar las mutaciones, se puede acertar al seguir unos pasos y también justamente al no seguirlos. Lo fundamental es saber cuando se debe hacer una u otra cosa. El tiempo está de tu lado, también tus ansias de saber; la poesía es un juego muy peligroso e importante, una ruleta rusa en cada verso, hay que pensar un poco antes de disparar.
(29 de octubre de 2017)
Otro ladrillo en el muro
Me preocupa la situación catalana aunque la independencia se vea cada vez más lejos. El adoctrinamiento en las escuelas ha tenido y tiene tintes fascistoides, exclusivistas y. Xenófobos, para ellos España es una perra que ya no tiene amo, el resto de españoles somos de una raza inferior, como diría Unamuno "serán vencidos pero no convencidos", son el huevo de la serpiente de Bergman.
Es escalofriante pensar que más del cuarenta por ciento de los catalanes piense así.
(26 de octubre de 2017)
Me gustan Hombres G aunque los rockeros me gruñan. Desparpajo, juegos conceptuales, referencias coetáneas que siguen siendo actualidad, un toque naïf que refresca como la lluvia de verano y, por encima de todo, el llanto sin lágrimas del muchacho herido, hasta Carlos Gardel se hubiera asombrado del partido artístico que se le puede sacar a unos cuernos.
(26 de octubre de 2017)
Me contaron, Simón, que las muchachas gritaban en estado de trance, quizás ninguna gritó tanto como mi prima Pepa, era tan espontánea y buscaba en los conciertos la alegría que le negaba su situación económica en su vida cotidiana. Me dijeron, entonces no lo consideré una exageración, que las muchachas le tiraban los lazos que llevaban en el pelo como si fueran flores.
Simón ha comentado "Camilo Sesto - Piel de ángel - Yo soy así."
21 oct 2017
Yo hablo en general, de acuerdo a tu respuesta. No te hago cargo de la cuestión. Hablo de la generalidad, aunque personalice. Y hablo así por lo que veo escrito, nada más. Comento lo que leo, en la forma en que lo interpreto, que quizás no es justamente lo que el autor tiene en su mente, pero no podemos dejar de lado que yo soy el lector.
Es eso, nada más. Una conversación. Un poco de pensamiento, que me niego a llamar filosofía, porque todavía me queda comentarte lo de Saint-Exupery y mi propia visión de eso.
Así que "hago palabra o hago diálogo o hago pensamiento", nunca "filosofía, cuestión o ideología".
Francisco Enrique León ha comentado "Camilo Sesto - Piel de ángel - Yo soy así."
21 oct 2017
Bueno, Simón, yo solo tenía 14 años y la entrada valía, creo recordar, 400 pesetas, un precio alto para la época, y mi madre no me habría dado el dinero y, además era a una hora que no hacía aconsejable que un muchacho de mi edad volviera solo a casa, mis hermanas mayores y mi prima no lo harían hasta unas horas después de que hubiera acabado el concierto.
Simón ha comentado "Camilo Sesto - Piel de ángel - Yo soy así."
21 oct 2017
Yo creo que todas las cosas tienen su tiempo, Francisco.
Quizás en aquel momento no estabas espiritualmente preparado para adaptar tu razón a determinadas músicas.
A veces hay cosas que solamente los años explican, amigo querido.
Un abrazo grande!!
Francisco Enrique León ha comentado "Camilo Sesto - Piel de ángel - Yo soy así."
21 oct 2017
Fui tan ingrato, Simón, que un día empecé a reír con los chistes sin gracia que hacían hablar a alguien que no quería bajo la amenaza de hacerle escuchar sin pausa una canción de Camilo Sesto. Ya ves, tengo a "Solo un hombre" como uno de los discos más importantes de mi vida, tengo el vacío de no haber aprovechado la única oportunidad de haber visto al cantante de Alcoy cuando estaba en todo su esplendor; Memorias, Getsemaní, Llueve sobre mojado, Ayudadme son canciones que escucharé siempre.
Tienes alma de poeta, esto no garantiza por sí mismo escribir una buena poesía, pero te dota de una sensibilidad precisa que te ayudará a saber cuándo la encuentras entre tus versos Los eclécticos tenemos la condena de que nos abrimos encrucijadas de direcciones, llevamos a la vez demasiados proyectos, solo nos concentramos en un único objetivo cuando viene dado por una exigencia externa, y casi nunca la tenemos.
Pensé que esta entrada la tenía en borradores y fue una sorpresa agradable cuando me encontré una respuesta, más aún cuando comprobé que era tuya, tengo fe en ti, el hombre siempre está por encima del poeta, no nos valen los preciosistas si no tienen apenas nada qué decir.
Brel decía que talento era tener ganas de hacer algo. A ti te sobran.
(12 de julio de 2018)
Es curioso, Francisco,como a través de otros autores se puede llegar a conocer la esencia de una artista y persona como Marilyn. Tu poema es un ejemplo de ello y un ejercicio nada facil de expresar en la manera en que lo has hecho. Nos llega esa persona que nunca de dejó de ser niña, ingenuamente bella, sin filtros. Lo más opuesto al esnobismo que se le exigía y se le siguen exigiendo a los artistas (sobre todo en aquellos años).
Otro autor que me llevó a ella fue Truman Capote en uno de sus relatos. Este poema me ha recordado mucho a la sensación que me dejó este último.
Siempre vista como un mero icono para muchos, el tópico de rubia estrella de cine y objeto de deseo (que por cierto, no era tan rubia). Se rompen aquí todos esos esquemas, se muestra aquí toda su sinceridad sin calcular y también su fragilidad.
(Juan Carlos - 24 de mayo de 2018)
Hablé con un amigo nuestro, Tara, de lo que significaba la poesía para algunos poetas y llegamos a la conclusión de que cualquiera distingue un poema y que, ni siquiera las cumbres más altas, saben definir de una forma convincente lo que es poesía.
Personalmente me acerco a lo que citas de Lorca ( La poesía no quiere adeptos, sino amantes) y, más aún, a lo que solía decir el historiador del arte, Ernst Gombrich, te lo resumo en lo que creo que es la esencia; La poesía no existe, existen los poetas. Por supuesto que no llegaré a ningún lugar como exegeta del poeta boloñés, pero he escrito cosas teniéndolo como referencia de las que me siento satisfecho y sé que si no interesa, por regla general, a los demás es porque en estos días la gente se ha quedado solo con la primera proposición de Gombrich y no quiere pasar a comprobar la segunda.
En lo personal están siendo días buenos a pesar de los problemas que es difícil que no aparezcan cuando se tiene una familia clánica. En lo de la poesía en vez de escribirla estoy analizando lo que he escrito por si puedo mejorarlo o expresar con mayor claridad lo que perseguía.
(13 de enero de 2018)
Intenté decir algo, Juan Carlos, me lo dijo mi mujer al despertarme una mañana y volví a buscar la entrada que certificaba que alguna vez estuve allí mientras evocaba la isla donde conoció a Marianne con total certeza, donde, probablemente, la perdió. Me hubiera gustado estar inspirado y encontrar las palabras que expresaran mi desconcierto en una oración que hablara de los hombres sin destino a los que cantaba. Sabía que ya no podría cruzar unas palabras con él ni preguntarle por Lorca mientras le leía “Alma ausente”, ni pedirle que cantara “Uno de los dos no puede estar equivocado” una última vez para mí como si fuera ese joven amigo que llena Fuencarral con su sonrisa a pesar de su grito de rabia contra la injusticia. Pero no me sentí tan triste, hacía años que había comprendido que nunca moriría, que ya había hecho suficientes méritos para burlarse con ternura del enfado permanente de la Parca, si hablaba tanto de la muerte es porque creía en la vida.
El tiempo pasa rápido, me acuerdo del concierto, cinco años y sé que estuve allí, en el Palacio de los Deportes que había cambiado de nombre, acompañado por mi mujer, que compartimos un buen tiempo con personas de quienes, acaso, no llegué a saber cómo se llamaban pero recuerdo que les brillaban los ojos cuando hablaban de él y volvían a edificar algunos de sus monumentos, que estuve en una nube y hubo momentos que no supe distinguir una canción de otra, ya sé que parecerá extraño, ya sabía que, según mi costumbre, iría recuperando toda la información según fuera pasando el tiempo y los recuerdos se convirtieran en leyenda. Era igual, estaba allí, a priori pensaba que setenta y ocho años eran demasiados para soportar el desgaste de las giras, apenas unos minutos y ya me había dado cuenta de que el hombre que alguna vez tuvo un ataque de pánico sobre el escenario había hecho un pacto secreto con él, que se desenvolvía con soltura entre la gente que había elegido que le acompañaran en la última etapa de su viaje, que iba de un lugar a otro dándole gracias a la vida.
Aún tenía muchas cosas que contar y lo hizo, aunque tuvo alguna mala racha, se mantuvo siempre con un nivel de creatividad alto cuando no excelso. Hay quien habla con orgullo de sus últimas canciones, un epílogo digno de uno de los mejores poetas de nuestro tiempo.
Me costó mucho escribir esta reseña, Juan Carlos, no sabría darte una razón convincente; no tenía nada claro lo que quería que decir y eso, estando el Brel de sus últimos días en mi mente, me resultaba molesto y, casi, desdeñoso.
No tengo esta canción entre mis preferidas (Orly, he cambiado de opinión a fuerza de mirarla a los ojos) pero siempre me ha dado la impresión de que para su autor era muy importante, no sé si ese amor que se desgarra y presiente la cercanía de la fosa representaba su propia vida en ese momento que era consciente de que se apagaba.
Debe ser un calvario escribir mientras todo se va perdiendo y falta el aliento, concentrarse en la música mientras se le está yendo la vida. Pero, quizás, como pilotar aviones, barcos y soñar que los Mares del Sur seguían siendo los mismos que de niño imaginara, le ayudara a paliar el dolor que lo estaba destruyendo.
(16 de noviembre de 2017)
Aquí estamos, Juan Carlos, en cuestiones importantes, esas que percibimos pero apenas se pueden explicar. Me alegro, no sabes cuánto, de que disfrutes en tu relación con la poesía, además tienes campos abiertos para derramar en ellos tu cultura, tienes la música para marcarte el ritmo y el buen gusto para saber qué referencias tienen las huellas más profundas para saber que camino seguir.
Sería pretencioso de mi parte que te dijera que tienes que trabajar más, todos tenemos que hacerlo, y ya sabes que por ahí van diciendo que a los andaluces no nos gusta el trabajo. Será por ello que abundan los poetas en nuestra tierra. A veces un poema que se ha escrito en menos de un minuto va precedido de horas de meditaciones que, aparentemente, tenían poco que ver con él.
Me resulta interesante que, como yo, empezaras a escribir poemas con quince años, una coincidencia más, no tan importante como la de nuestra devoción por la música.
Sin tener una definición clara de la poesía, te diría que en estos momentos la veo como el arte de transmitir un mensaje con el menor número de palabras posible. Creo que el poeta es capaz de hacerse reconocer en tres o cuatro poemas por los que los alumnos de Bachillerato lo odiarían ya que ocuparían no menos de quince folios en un comentario de texto.
(11 de noviembre de 2017)
No es la reseña de la que esté más satisfecho pero se queda cerca de ello, Soledad. En un disco tardío y memorable, de entre todas me quedé con esta canción (Ver a un amigo llorar), sé qué en su interior pude desarrollar un tema que me rondaba desde el dolor de la adolescencia, sobre cartas que van menguando de tamaño o que llegan a desaparecer inundadas por el desapego o la distancia.
No quedé satisfecho de mis aproximaciones a Cohen en verso, quiero pensar que no se enfadaría conmigo por estas interpretaciones de exegeta desorientado. Aquí la distancia no la marcaría el idioma sino la experiencia con respecto a las cartas de cada uno.
(11 de noviembre de 2017)
La cuerda cortada puede volver a anudarse,
vuelve a aguantar, pero
está cortada.
Quizá volvamos a tropezar, pero allí
donde me abandonaste
no volverás a encontrarme.
(Bertolt Brecht)
vuelve a aguantar, pero
está cortada.
Quizá volvamos a tropezar, pero allí
donde me abandonaste
no volverás a encontrarme.
(Bertolt Brecht)
Quizás sea una situación que ilustre lo que ahora asiento, Fanny, quizás Brecht hable de amor cuando yo hablo de amistad. No hay ninguna duda en este caso de que fui yo el que rompió la cuerda, el que no supo resolver un problema creado por mi imprudencia.
Difícilmente las cosas volverán a ser como antes, ella podrá estar allí, pero difícilmente yo podré alcanzar el lugar que el destino hizo que profanara.
De igual forma yo perdonaría pero me seguiría doliendo que alguien empezara a recordar que me amó una noche fría, pensaría lo terrible que es que hubiera habido un tiempo que me hubiera borrado de su memoria.
(7 de noviembre de 2017)
Es un problema que se da con cierta frecuencia, Tara, tú y yo, rigurosamente, aferrándonos a la tierra, somos africanos pero nadie podrá negar que espiritualmente somos tan europeos como alguien que ha nacido en Madrid o en Roma.
Ceuta y Melilla llevan vidas paralelas, recuperadas en el siglo XV, tienen un número de habitantes similar y una composición de la población parecida. Estamos atrapados en una encrucijada perversa, sobre todo ahora que la corrección política se impone sobre la verdad, y ésta es que la idea de Europa está siendo desplazada, que nuestros jóvenes no vuelven de la universidad a la primera oportunidad que tienen, que las cruces que nos oprimieron con la idea obsesiva del Infierno cada vez tienen que subir una cuesta más empinada, que el musulmán ceutí ha perdido en los últimos años una marca razonable de Occidente, acuciado y atemorizado moralmente por un sesgo conservador de los que han llegado de Marruecos imponiendo los velos y los pañuelos como si fuera algo inherente a su religión.
Comprenderás que una persona que hable el castellano a duras penas y sea indiferente a la Cuestión catalana, cuando tiene carnet tenga los mismos derechos que nosotros pero no piensa en los mismos mitos que nos sustentan; puede votar, recibir subvenciones, moverse por toda la anchura de Europa, pero aunque sea buena persona no es nuestro compatriota ya que no conoce ni quiere conocer nuestra identidad aunque pueda elegir a nuestros representantes, aquellos que un día no muy lejano nos llevará hacia la muerte.
(6 de noviembre de 2017)
Recuerdo la segunda vez que vi "Matar a un ruiseñor". Estaba rodeado por mis tres hijos y dos de mis sobrinos. Recuerdo que nos emocionamos, que tuve sensaciones como si no la hubiera visto antes, que los pobres blancos tenían necesidad de maltratar a los negros para sentirse alguien mientras le seguían el juego a los ricos. La Depresión hizo que se alcanzaran cotas de racismo inimaginables.
Mathew es como es y deseo que siga siendo así, juega en la playa donde son iguales todos los niños del mundo. Como dijo Brel; el problema se crea cuando dejamos de ser niños.
(4 de noviembre de 2017)
No habléis de amor.
Ya conozco esta palabra,
está durmiendo en mi memoria,
y no quiero turbar el sueño
de los sentimientos que han muerto.
Los sonidos del silencio es, quizás, el álbum más comprometido del dúo neoyorquino y, sin duda, el peor tratado por la crítica. A ello contribuyó la precipitación para aprovechar el tirón de los sonidos del silencio, alimentarse de un trabajo artesanal que Paul había grabado en Inglaterra y, sobre todo, la crítica de rebeldía juvenil que dinamitaba sin contemplación la falta de entrañas de la gran ciudad respecto a las relaciones humanas.Ya conozco esta palabra,
está durmiendo en mi memoria,
y no quiero turbar el sueño
de los sentimientos que han muerto.
I am a rock es una canción soberbia en la que no podemos obviar ni un solo verso, uno de los grandes poemas de Paul, una de sus antológicas frustraciones que se hace literatura con un gran peso específico, creo que no da un respiro, canta la muerte de la comunicación, es una apología al aislamiento. Una canción olvidada porque nadie ha querido mirarla a la cara.
(4 de noviembre de 2017)
Los consejos están, Juan Carlos, para, casi nunca escucharlos y nunca seguirlos, con alguna excepción. Creo que tú estás en ello y estás en plena lucha con tu hambre de eclecticismo. He vivido en una isla y, ya se sabe, que las islas son proclives a facilitar las mutaciones, se puede acertar al seguir unos pasos y también justamente al no seguirlos. Lo fundamental es saber cuando se debe hacer una u otra cosa. El tiempo está de tu lado, también tus ansias de saber; la poesía es un juego muy peligroso e importante, una ruleta rusa en cada verso, hay que pensar un poco antes de disparar.
(29 de octubre de 2017)
Otro ladrillo en el muro
Me preocupa la situación catalana aunque la independencia se vea cada vez más lejos. El adoctrinamiento en las escuelas ha tenido y tiene tintes fascistoides, exclusivistas y. Xenófobos, para ellos España es una perra que ya no tiene amo, el resto de españoles somos de una raza inferior, como diría Unamuno "serán vencidos pero no convencidos", son el huevo de la serpiente de Bergman.
Es escalofriante pensar que más del cuarenta por ciento de los catalanes piense así.
(26 de octubre de 2017)
Me gustan Hombres G aunque los rockeros me gruñan. Desparpajo, juegos conceptuales, referencias coetáneas que siguen siendo actualidad, un toque naïf que refresca como la lluvia de verano y, por encima de todo, el llanto sin lágrimas del muchacho herido, hasta Carlos Gardel se hubiera asombrado del partido artístico que se le puede sacar a unos cuernos.
(26 de octubre de 2017)
Me contaron, Simón, que las muchachas gritaban en estado de trance, quizás ninguna gritó tanto como mi prima Pepa, era tan espontánea y buscaba en los conciertos la alegría que le negaba su situación económica en su vida cotidiana. Me dijeron, entonces no lo consideré una exageración, que las muchachas le tiraban los lazos que llevaban en el pelo como si fueran flores.
Simón ha comentado "Camilo Sesto - Piel de ángel - Yo soy así."
21 oct 2017
Yo hablo en general, de acuerdo a tu respuesta. No te hago cargo de la cuestión. Hablo de la generalidad, aunque personalice. Y hablo así por lo que veo escrito, nada más. Comento lo que leo, en la forma en que lo interpreto, que quizás no es justamente lo que el autor tiene en su mente, pero no podemos dejar de lado que yo soy el lector.
Es eso, nada más. Una conversación. Un poco de pensamiento, que me niego a llamar filosofía, porque todavía me queda comentarte lo de Saint-Exupery y mi propia visión de eso.
Así que "hago palabra o hago diálogo o hago pensamiento", nunca "filosofía, cuestión o ideología".
Francisco Enrique León ha comentado "Camilo Sesto - Piel de ángel - Yo soy así."
21 oct 2017
Bueno, Simón, yo solo tenía 14 años y la entrada valía, creo recordar, 400 pesetas, un precio alto para la época, y mi madre no me habría dado el dinero y, además era a una hora que no hacía aconsejable que un muchacho de mi edad volviera solo a casa, mis hermanas mayores y mi prima no lo harían hasta unas horas después de que hubiera acabado el concierto.
Simón ha comentado "Camilo Sesto - Piel de ángel - Yo soy así."
21 oct 2017
Yo creo que todas las cosas tienen su tiempo, Francisco.
Quizás en aquel momento no estabas espiritualmente preparado para adaptar tu razón a determinadas músicas.
A veces hay cosas que solamente los años explican, amigo querido.
Un abrazo grande!!
Francisco Enrique León ha comentado "Camilo Sesto - Piel de ángel - Yo soy así."
21 oct 2017
Fui tan ingrato, Simón, que un día empecé a reír con los chistes sin gracia que hacían hablar a alguien que no quería bajo la amenaza de hacerle escuchar sin pausa una canción de Camilo Sesto. Ya ves, tengo a "Solo un hombre" como uno de los discos más importantes de mi vida, tengo el vacío de no haber aprovechado la única oportunidad de haber visto al cantante de Alcoy cuando estaba en todo su esplendor; Memorias, Getsemaní, Llueve sobre mojado, Ayudadme son canciones que escucharé siempre.
Después de haber tocado con la mano
la democracia de la nueva frontera,
abre su bolso
y no busca el pintalabios
para impregnar sus besos en los espejos
de los bazares
del Paseo de las Palmeras
donde se exhiben las conchas de los Mares del Sur
y los gatos se visten de verde cuando el viento
acaricia el norte de la bahía,
sino para dibujar en las paredes
el aullido recitado en las calles
cuando los derechos civiles no habían regresado
con los santos que se fueron de paseo,
para dejar su huella de carmín en las aguas
poco profundas
del atracadero de las horas muertas
donde duermen los viejos marineros que no volverán
a cruzar el foso,
donde sueñan los niños desde las barandillas
cuando hacen robona[5] y juegan a las cartas
con mujeres desnudas.
Yo sé qué Marilyn se siente confundida en este puente,
como esa mirada triste y miope que escruta
las facturas dolorosas que siempre se pagan,
como esa voz sin destino que se ahoga en un vaso de ginebra,
como esas manos temblorosas
que ya no escriben poemas de amor y esperanza
entre las flores que huelen a silencio
cuando se depositan en una lápida sin nombre,
sino anotaciones en las hojas
de la novela que Camus no pudo terminar mientras la leía.
(2012)
la democracia de la nueva frontera,
abre su bolso
y no busca el pintalabios
para impregnar sus besos en los espejos
de los bazares
del Paseo de las Palmeras
donde se exhiben las conchas de los Mares del Sur
y los gatos se visten de verde cuando el viento
acaricia el norte de la bahía,
sino para dibujar en las paredes
el aullido recitado en las calles
cuando los derechos civiles no habían regresado
con los santos que se fueron de paseo,
para dejar su huella de carmín en las aguas
poco profundas
del atracadero de las horas muertas
donde duermen los viejos marineros que no volverán
a cruzar el foso,
donde sueñan los niños desde las barandillas
cuando hacen robona[5] y juegan a las cartas
con mujeres desnudas.
Yo sé qué Marilyn se siente confundida en este puente,
como esa mirada triste y miope que escruta
las facturas dolorosas que siempre se pagan,
como esa voz sin destino que se ahoga en un vaso de ginebra,
como esas manos temblorosas
que ya no escriben poemas de amor y esperanza
entre las flores que huelen a silencio
cuando se depositan en una lápida sin nombre,
sino anotaciones en las hojas
de la novela que Camus no pudo terminar mientras la leía.
(2012)