Editorial Alaire

A Ana García

La lujuria parece un fulgor en la noche,
se desgrana con brillo en la casa en penumbra.
Todo se hace de humo mientras la luna alumbra
en mitad del camino la memoria de un broche.

La ira permanece en un sueño invisible,
para trotar despacio por un bosque de vida.
Un temblor subjetivo emana por la herida
mientras el frío invade la fisura imposible.

El orgullo de ser asedia la belleza
al tiempo que la calma se torna un buen presagio
y las calles de luz ya no saben de olvido.

La pereza del mundo se diluye en tristeza,
mientras la voluntad perece en un naufragio
y las plazas oscuras simulan ser un nido.


Ana Muela Sopeña

¡¡¡¡ Precioso !!!!

Es una maravilla, Ana, una verdadera maravilla.

No me ha gustado, me ha encantado.

Encima llega con dos grandes obsequios, el poemazo y la dedicatoria a la querida Anita.

Un deleite para los sentidos.

Un besazo para ambas.

Me has dedicado algunos de los pecados capitales hechos soneto.
Son difíciles los alejandrinos y más con este tema tan importante.
La primera estrofa, dedicada a la lujuria, me ha recordado mi último poema: columna de fuego, donde el sexo se apreciaba en aquellas noches por las que yo transitaba.
La ira nos invade más veces de las que quisiéramos. Está ahí, acechando nuestra vida, hasta que nos llega la calma mediante la aceptación. Muy buenos estos versos que en cierto modo nos dan vida.
El orgullo de sentirse fuertes asediando las calles de la vida para no olvidar nada de nada. Todo forma parte de nuestra mochila.
La tristeza y la pereza parece que van de la mano cuando sientes que ya no queda gran cosa por la que luchar. Cuando ya hemos aprobado todas las asignaturas propias y ajenas. Y te dices a ti misma: ¡Qué pereza salir a la noche! Cuando la casa te atrapa es tremendo.

Mil gracias por este hermoso regalo. Eres muy buena en todo lo que escribes y con este alejandrino te has superado.
Un beso enorme.

Es tremenda nuestra Ana. No se la pone nada por delante y así la disfrutamos todos. ¿A qué sí, Marisa?
Un beso para ti también. Estoy emocionada con este regalazo.

Muchas gracias, Alejandro:

Me alegra mucho que este soneto te haya gustado.

Al leer su último poema me vino el primer verso y luego ya todos los demás.

Un beso enorme
Ana

Querida amiga:

Efectivamente, tu último poema "Columna de fuego" me gustó mucho. Tras leerlo varias veces me vino el primer verso y luego ya todos los demás.

Estos pecados capitales son consustanciales a nuestra naturaleza humana. Habitamos con ellos y en ellos. A veces no sabemos, incluso, dónde está la virtud y dónde el exceso.

Me alegra mucho que este soneto te haya gustado.

Mi intención era darte una pequeña alegría de domingo. Si ha sido así me doy por satisfecha.

Un beso enorme
Ana

Gracias por venir, Marisa:

Siempre es un placer verte en mi espacio. En esta ocasión el placer es doble porque este soneto está dedicado a una gran poeta y amiga.

Un beso grande
Ana

He disfrutado de principio a fin de este soneto dedicado a nuestra compañera y tocaya tuya, Ana. Tanto he disfrutado que yo mismo me he animado a escribir uno (raro en mí escribir alejandrinos). Irá dedicado a vosotras. ¡Ya lo subiré!

Me ha dado muchísima alegría leerte. Un fuerte abrazo.

Gracias de nuevo, Ana:

Es siempre un desafío escribir un soneto alejandrino.

Un beso enorme
Ana

Nuestras queridas Anas comparten un soneto hermoso y dedicado que ha dado lugar a coloquio amistoso.
Felicidades a las dos con un abrazo grande

Alejandrino con luz y vistas a las sombras que se diluyen cuando la amistad se cuela y se enraiza los versos.
Me gusta leerte entre clásicas y entre amigos.
Un abrazo, Ana, y Ana, desde la Tierra.

Gracias, Julio, a mí me alegra que te haya gustado y te hayas animado a escribir otro soneto. Me encantan los sonetos.

Un fuerte abrazo
Ana

Muchas gracias, Pilar, por venir:

Un beso grande.
Ana

Es tanta la musicalidad de esos versos...
Que le dan ganas de pecar a uno.

Un fraterno saludo, Ana.

Lisandro