Autorretrato

[Ramón Carballal]

Tenia en sus manos el álgebra de los sueños,
la canción prohibida que susurran los niños
si ven morir a las palomas de la noche.

La materia motriz de un caudal convertido en monedas
resplandecientes como las alas de oro de un pájaro
que extendiera sus extremidades al sol de una mañana desnuda.

En su pecho, aún sin ceniza, el orgullo de un corazón
que late fuerte igual que un tambor anclado en la profundidad del silencio.

En el mapa de su piel hay venas que no se tiñen de azul,
entre sus dedos el barro del que no surgió la imagen que quiso viva,
y en el que ahora le parece contemplar el rostro sin definir
de los muchos hombres que fue.

[Rafael Elias Huerta]

Tenia en sus manos el álgebra de los sueños,
la canción prohibida que susurran los niños
si ven morir a las palomas de la noche.

La materia motriz de un caudal convertido en monedas
resplandecientes como las alas de oro de un pájaro
que extendiera sus extremidades al sol de una mañana desnuda.

En su pecho, aún sin ceniza, el orgullo de un corazón
que late fuerte igual que un tambor anclado en la profundidad del silencio.

En el mapa de su piel hay venas que no se tiñen de azul,
entre sus dedos el barro del que no surgió la imagen que quiso viva,
y en el que ahora le parece contemplar el rostro sin definir
de los muchos hombres que fue.

Abro tu interesante poema, con la idea que remonte las alturas que se merece.

Buen poema

Que tengas un feliz día
Un abrazo
Siempre, Rafael.

[Ana Muela Sopeña]

Un autorretrato audaz, original, certero.

Me ha encantado el final. Esa idea de todas las personas que habitan o habitaron dentro de ti me parece fascinante.

Un abrazo
Enhorabuena
Ana

[Alejandro Costa]

En el mapa de su piel hay venas que no se tiñen de azul,
entre sus dedos el barro del que no surgió la imagen que quiso viva,
y en el que ahora le parece contemplar el rostro sin definir
de los muchos hombres que fue.

Esta estrofa lo define todo.

Magnífico de principio a fin.

Muy bueno, Ramón.

Un abrazo.

[Pilar Morte]

Sigues en la racha de tus buenos poemas. No defraudas. Éste me gustó mucho. La última estrofa me parece genial. Felicidades.
Un abrazo grande y salud

[Ramón Carballal]

Tenia en sus manos el álgebra de los sueños,
la canción prohibida que susurran los niños
si ven morir a las palomas de la noche.

La materia motriz de un caudal convertido en monedas
resplandecientes como las alas de oro de un pájaro
que extendiera sus extremidades al sol de una mañana desnuda.

En su pecho, aún sin ceniza, el orgullo de un corazón
que late fuerte igual que un tambor anclado en la profundidad del silencio.

En el mapa de su piel hay venas que no se tiñen de azul,
entre sus dedos el barro del que no surgió la imagen que quiso viva,
y en el que ahora le parece contemplar el rostro sin definir
de los muchos hombres que fue.

Abro tu interesante poema, con la idea que remonte las alturas que se merece.

Buen poema

Que tengas un feliz día
Un abrazo
Siempre, Rafael.

Gracias, Rafael, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Un autorretrato audaz, original, certero.

Me ha encantado el final. Esa idea de todas las personas que habitan o habitaron dentro de ti me parece fascinante.

Un abrazo
Enhorabuena
Ana

Gracias, Ana, por leer y por la amabilidad del comentario. Un abrazo.

[José M. F. Febles]

Tenia en sus manos el álgebra de los sueños,
la canción prohibida que susurran los niños
si ven morir a las palomas de la noche.

La materia motriz de un caudal convertido en monedas
resplandecientes como las alas de oro de un pájaro
que extendiera sus extremidades al sol de una mañana desnuda.

En su pecho, aún sin ceniza, el orgullo de un corazón
que late fuerte igual que un tambor anclado en la profundidad del silencio.

En el mapa de su piel hay venas que no se tiñen de azul,
entre sus dedos el barro del que no surgió la imagen que quiso viva,
y en el que ahora le parece contemplar el rostro sin definir
de los muchos hombres que fue.

Hola compañero y amigo mío, solo un par de palabras para indicarte que, con tú calidad y calidez de tu buena poesía, hayas logrado lo propuesto. Muy bueno en su decir, y en su desnudez,


Un cordial y fuerte abrazo, desde la soledad de mi isla.

José Manuel

[Alonso Vicent]

Un autorretrato escrito, en tercera persona, por una parte de esos otros que conforman nuestros nosotros mismos.
Imágenes que transportan.
Un placer leerlo desde los orígenes mismos.
Un abrazo, Ramón.

[Ramón Carballal]

En el mapa de su piel hay venas que no se tiñen de azul,
entre sus dedos el barro del que no surgió la imagen que quiso viva,
y en el que ahora le parece contemplar el rostro sin definir
de los muchos hombres que fue.

Esta estrofa lo define todo.

Magnífico de principio a fin.

Muy bueno, Ramón.

Un abrazo.

Gracias, Alejandro, eres muy amable. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Sigues en la racha de tus buenos poemas. No defraudas. Éste me gustó mucho. La última estrofa me parece genial. Felicidades.
Un abrazo grande y salud

Gracias, Pilar, por tus palabras. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Tenia en sus manos el álgebra de los sueños,
la canción prohibida que susurran los niños
si ven morir a las palomas de la noche.

La materia motriz de un caudal convertido en monedas
resplandecientes como las alas de oro de un pájaro
que extendiera sus extremidades al sol de una mañana desnuda.

En su pecho, aún sin ceniza, el orgullo de un corazón
que late fuerte igual que un tambor anclado en la profundidad del silencio.

En el mapa de su piel hay venas que no se tiñen de azul,
entre sus dedos el barro del que no surgió la imagen que quiso viva,
y en el que ahora le parece contemplar el rostro sin definir
de los muchos hombres que fue.

Hola compañero y amigo mío, solo un par de palabras para indicarte que, con tú calidad y calidez de tu buena poesía, hayas logrado lo propuesto. Muy bueno en su decir, y en su desnudez,


Un cordial y fuerte abrazo, desde la soledad de mi isla.

José Manuel

Gracias, José Manuel, por tus palabras. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Tenia en sus manos el álgebra de los sueños,
la canción prohibida que susurran los niños
si ven morir a las palomas de la noche.

La materia motriz de un caudal convertido en monedas
resplandecientes como las alas de oro de un pájaro
que extendiera sus extremidades al sol de una mañana desnuda.

En su pecho, aún sin ceniza, el orgullo de un corazón
que late fuerte igual que un tambor anclado en la profundidad del silencio.

En el mapa de su piel hay venas que no se tiñen de azul,
entre sus dedos el barro del que no surgió la imagen que quiso viva,
y en el que ahora le parece contemplar el rostro sin definir
de los muchos hombres que fue.

Hola compañero y amigo mío, solo un par de palabras para indicarte que, con tú calidad y calidez de tu buena poesía, hayas logrado lo propuesto. Muy bueno en su decir, y en su desnudez,


Un cordial y fuerte abrazo, desde la soledad de mi isla.

José Manuel

Gracias, José Manuel, por leer y comentar. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Un autorretrato escrito, en tercera persona, por una parte de esos otros que conforman nuestros nosotros mismos.
Imágenes que transportan.
Un placer leerlo desde los orígenes mismos.
Un abrazo, Ramón.

Gracias, Alonso, por tu visita y palabras. Un abrazo.