Busco arropar mi cuerpo lleno
—quitarme la mentira del día—
desprenderme de la sonrisa vieja.
La calle me seduce llena de noche y asfalto.
Vacía de vida.
Vencida de tanta mañana desplomada.
Atravieso líneas muertas.
Adivino en cada esquina un perro orinando;
Todas, manchas oscuras, no tienen perros.
Seres: arropados con sótano de desesperanza
esperan amanecer con la costra de años jóvenes
en los días más viejos del mundo.
He salido de las sombras más estrechas
y más duras.
Un erial de realidades se me asoman a los ojos:
he de luchar sin remedio.
Pero no, quiero rendirme,
es mejor morir
que ver mi cuerpo tan maltrecho.
Corre un visón sin cuerpo,
penetra femenino en un taxi,
recuesta su hombro en el pecho de…
quien mantendrá limpios sus pelos
perfumadamente adecuados.
Desaparece.
Otra esquina, miro:
cigarrillos esperando unos euros
que llevar a la boca.
No tiene quien abra un visón
sobre sus cansinos hombros
y empolve la agrietada cara,
que todavía coquetea un tímido placer.
Las luces de la noche no tienen faroles
que deslumbren la noche.
Descarnadamente.
Tiemblan ancianamente sobre lo
nocturno del siglo.
déjame alcanzar esta noche de lluvia
belleza
palabra
Columna de Fuego
¡Déjame !
Belleza, poesía, descansar mi cabeza.
Déjame ser pantera, paloma, palabra.
Ser una diosa y crear
La música y el desnudo final
BAJO TIERRA.