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Límites del cuerpo

Publicado: Dom, 04 May 2025 13:01
por Ignacio Mincholed
...

El color rojo.
Alambre de espino.
Radiadores eléctricos.
La gravedad.

La aspereza de las palabras entrecortadas
cuando confiesan lo inconfesable, el grito
de la razón ofuscada por un horizonte roto.

El mármol de las catedrales.
Las gasolineras.
Los zapatos.
La superficie del viento.

La luz, la luz indefinida de los atardeceres,
la luz concreta que ilumina a las hormigas,
la luz atrapada entre las sábanas, cautiva.

Las toallitas de papel.
El olor a yodo.
Los cepillos de dientes.
El polvo.

La geometría infinita de los espejos rotos,
mudo equilibrio inestable de los sueños;
las manos del otro ancladas sobre tus hombros.

...

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Lun, 05 May 2025 0:33
por Alejandro Costa
Buen escrito.

Tu firma es garantía de calidad.

El desarrollo del poema es muy acertado y me ha gustado.

Un abrazo, compañero.

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Mar, 06 May 2025 13:19
por Antonia Mauro
"Todo el texto, sin una metáfora evidente, es una metáfora que cubre tantas metáforas como se pueden imaginar". Es tuya, la pongo de nuevo.
Veo una clara asociación, según mi visión particular y tu “lista” de cosas prohibidas y no prohibidas, de límites que nos ponemos a nosotros mismos o los límites que nos imponen los demás.

En la primera parte el color rojo de lo erótico: lo prohibido.
El alambre de espino es algo muy presente en esta tierra donde en la mayoría de casos era lo único que tenían junto al día y la noche. Ese alambre se ve claramente incluso en terrenos donde no está. Pero algo te dice: ni se te ocurra atravesar mi terreno.
Una frase muy gallega, que es tan peligrosa como irónicamente graciosa: no mover los marcos.
Mi abuela cada equis años movía ese espino unos centímetros, la finca tiene unos cuantos metros más de los registrados.

Radiadores eléctricos contra estufa de leña?
La gravedad. Esa que te permite volar cuando estás soñando, y de repente caes al suelo y de un salto se interrumpe el vuelo en seco.

Qué buena imagen en esa segunda estrofa. Qué bien contado. “La conciencia nos hace culpables a todos”.
También está limitada por espinos.

La grandeza del mármol y las catedrales y la arquitectura frente a edificios de carretera feos e impersonales que se llenan de personas: Café rápido, pincho y chocolatina en máquina expendedora.
La urgencia frente a la contemplación de la belleza.
Uno decide dónde quiere sostener sus ojos.

Zapatos que nos quitamos para pisar hierba fresca: Descalzos por el parque, gran película.
Olor a yodo y caminar descalzos.

Magnífico oxímoron: el equilibro inestable de los sueños.
Caminar la inestabilidad y habitar el inframundo como Perséfones desde sus palacios de hielo ardiente.
Algunos escogimos equilibro y nos dieron lo segundo, que una cosa es lo que pides y otra lo que te llega por AliExpress.

El cierre es fantástico y esperanzador: Hay que ponerse muchos zapatos de otros hasta llegar a esas manos sobre tu hombro.
Hay que hacer un largo recorrido hasta llegar ahí. Dejar pasar la luz que nombras. Dar a luz.


Maravilloso poema.
Un abrazo.

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Mar, 06 May 2025 15:55
por Carmen Moro Frías
Hola Ignacio
Me ha parecido un poema logradísimo.
El repaso de ciertas cosas cotidianas.
Gracias y un abrazo

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Mié, 07 May 2025 18:37
por J. J. Martínez Ferreiro
Lo interpreto como un homenaje a la luz y los sentidos en general, al estímulo concreto y "apasionante" que subjetivamente excita y subyuga la sensibilidad del fotógrafo y del poeta. Lo veo así, como un ejercicio de impresión del fotógrafo-poeta frente al espectáculo de esas energías: químicas, mecánicas, luminosas, espirituales, en su sensibilidad, y que aquí, en el poema, por el hecho de nombrarlas adquieren dimensiones artísticas muy evocadoras.

Todo un hallazgo poético, amigo Ignacio.

Un abrazo.

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Mié, 07 May 2025 18:48
por Hallie Hernández Alfaro
Visiones sin o desde la materia, pupilas en movimiento interior. El poema fluye con la respiración lectora, con la impronta atávica, con la miel de ciertas neuronas...
La luz cautiva entre las sábanas y, los versos finales me ha emocionado, que lo sepas.
Placer de lectura.
Abrazo de los grandes, Ignacio.

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Jue, 08 May 2025 10:18
por Ignacio Mincholed
Alejandro Costa escribió: Lun, 05 May 2025 0:33 Buen escrito.

Tu firma es garantía de calidad.

El desarrollo del poema es muy acertado y me ha gustado.

Un abrazo, compañero.
Alejandro, gracias por la nota y tu consideración que sin duda aprecio.
Me alegra que te haya gustado.

Un fuerte abrazo.
Ignacio

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Jue, 08 May 2025 10:24
por Ignacio Mincholed
Antonia Mauro escribió: Mar, 06 May 2025 13:19 "Todo el texto, sin una metáfora evidente, es una metáfora que cubre tantas metáforas como se pueden imaginar". Es tuya, la pongo de nuevo.
Veo una clara asociación, según mi visión particular y tu “lista” de cosas prohibidas y no prohibidas, de límites que nos ponemos a nosotros mismos o los límites que nos imponen los demás.

En la primera parte el color rojo de lo erótico: lo prohibido.
El alambre de espino es algo muy presente en esta tierra donde en la mayoría de casos era lo único que tenían junto al día y la noche. Ese alambre se ve claramente incluso en terrenos donde no está. Pero algo te dice: ni se te ocurra atravesar mi terreno.
Una frase muy gallega, que es tan peligrosa como irónicamente graciosa: no mover los marcos.
Mi abuela cada equis años movía ese espino unos centímetros, la finca tiene unos cuantos metros más de los registrados.

Radiadores eléctricos contra estufa de leña?
La gravedad. Esa que te permite volar cuando estás soñando, y de repente caes al suelo y de un salto se interrumpe el vuelo en seco.

Qué buena imagen en esa segunda estrofa. Qué bien contado. “La conciencia nos hace culpables a todos”.
También está limitada por espinos.

La grandeza del mármol y las catedrales y la arquitectura frente a edificios de carretera feos e impersonales que se llenan de personas: Café rápido, pincho y chocolatina en máquina expendedora.
La urgencia frente a la contemplación de la belleza.
Uno decide dónde quiere sostener sus ojos.

Zapatos que nos quitamos para pisar hierba fresca: Descalzos por el parque, gran película.
Olor a yodo y caminar descalzos.

Magnífico oxímoron: el equilibro inestable de los sueños.
Caminar la inestabilidad y habitar el inframundo como Perséfones desde sus palacios de hielo ardiente.
Algunos escogimos equilibro y nos dieron lo segundo, que una cosa es lo que pides y otra lo que te llega por AliExpress.

El cierre es fantástico y esperanzador: Hay que ponerse muchos zapatos de otros hasta llegar a esas manos sobre tu hombro.
Hay que hacer un largo recorrido hasta llegar ahí. Dejar pasar la luz que nombras. Dar a luz.


Maravilloso poema.
Un abrazo.
Antonia, te agradezco este comentario por lo que dices al analizar significados y sacar conclusiones del poema, y, además, porque me da la oportunidad de hacer algo que no se acostumbra a hacer.

Cuando en un texto se produce el encuentro autor/lector de manera satisfactoria para ambos, es el mayor logro al que puede aspirar un autor. En el caso de este poema en el que nada brilla especialmente, sino que puede parecer plano en su conjunto, y no digo yo que no pueda verse así, me resulta especialmente satisfactorio ver que, por tu comentario, ese encuentro se ha producido.

A colación del artículo «¿Contra la metáfora?», y apoyándome en la frase que algunas veces he dicho y que has citado, «Todo texto, sin una metáfora evidente, es una metáfora que cubre tantas metáforas como se pueden imaginar», me da la oportunidad de explicarme, tanto sobre el motivo del artículo como sobre la intencionalidad del poema.

Este poema está concebido como una metáfora global, sin que haya una sola metáfora evidente. Compuesto por imágenes concretas, instantáneas, sin lírica marcada ni ampliado con descripciones que, como apuntas en tu comentario, se abren ante una lectura implicada en significados, rojo, alambre… zapatos; alternadas con versos escritos en prácticamente lenguaje literal, confluye hacia una representación de la poética de la conciencia, de la toma de conciencia del «yo» no por los límites del cuerpo que percibimos claramente, sino por ese contacto final de las manos del «otro» sobre los hombros.
La sangre redamada limita, el alambre limita, los cepillos de dientes limitan, todo imágenes fotográficas que identificamos, pero nada como el contacto sentido del «otro»; entonces, vivido, entendido, es cuando comprendemos que somos «yo» y «otro». Somos en función del «otro».

Cuando dejamos de percibirnos así, y el «otro» pasa a ser una metáfora del «yo», corremos el riesgo de que ambos se despersonalicen.

Como te decía al principio, gracias por tu implicación en las lecturas; cualquier autor desea lectoras/es así.

Un abrazo.
Ignacio

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Jue, 08 May 2025 10:49
por Pilar Morte
Lo he leído varias veces y, por fin, me he sentido en el poema. Me gusta como lo cierras.
Un placer leerte.
Abrazos y felicidad

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Jue, 08 May 2025 19:05
por Alonso Vicent
Dos poemas en uno, por la estructura, que se entrelazan: la impresión, la expresión, el tacto y el contacto.
"La geometría de los espejos rotos", siempre espectacular y diferente.
Qué vemos, cómo nos ven, cómo nos vemos.
Poema para leer y releer.
Un saludote, Ignacio.

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Lun, 12 May 2025 16:02
por Ignacio Mincholed
Carmen Moro Frías escribió: Mar, 06 May 2025 15:55 Hola Ignacio
Me ha parecido un poema logradísimo.
El repaso de ciertas cosas cotidianas.
Gracias y un abrazo
Gracias, Carmen, me alegra que así te parezca, muy amable por la nota.

Un abrazo.
Ignacio

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Lun, 12 May 2025 16:14
por Ignacio Mincholed
J. J. Martínez Ferreiro escribió: Mié, 07 May 2025 18:37 Lo interpreto como un homenaje a la luz y los sentidos en general, al estímulo concreto y "apasionante" que subjetivamente excita y subyuga la sensibilidad del fotógrafo y del poeta. Lo veo así, como un ejercicio de impresión del fotógrafo-poeta frente al espectáculo de esas energías: químicas, mecánicas, luminosas, espirituales, en su sensibilidad, y que aquí, en el poema, por el hecho de nombrarlas adquieren dimensiones artísticas muy evocadoras.

Todo un hallazgo poético, amigo Ignacio.

Un abrazo.
Ahí andamos en la mezcla de visiones, J.J., entre las literarias y las visuales.
Como le comentaba a Antonia, es cierto que hay una intención de instantáneas en esta composición,
una forma de identificar ese «enigma» de Rimbaud, "Yo es otro", que tienes por insignia y alguna que otra vez hemos tratado.

Gracias, un fuerte abrazo.
Ignacio

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Lun, 26 May 2025 10:58
por Ignacio Mincholed
Hallie Hernández Alfaro escribió: Mié, 07 May 2025 18:48 Visiones sin o desde la materia, pupilas en movimiento interior. El poema fluye con la respiración lectora, con la impronta atávica, con la miel de ciertas neuronas...
La luz cautiva entre las sábanas y, los versos finales me ha emocionado, que lo sepas.
Placer de lectura.
Abrazo de los grandes, Ignacio.
Me alegra leer de nuevo una nota tuya, Hallie.

Gracias y un abrazo.
Ignacio

Re: Límites del cuerpo

Publicado: Lun, 26 May 2025 13:03
por F. Enrique


Interesante trabajo que nos reconcilia con lo cotidiano. Me ha gustado mucho.

Un abrazo.