El Patio de la Vida

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle

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Ana García
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El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana García »

Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.
En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir.
Tan cerca saber que no hay.
Pizarnik



Caminando por las esquirlas
que vomita el hombre mísero,
que traga
como pitón amazónica.

Caminando por las virutas
del hombre día:
el hombre 16 horas.

Observo su larga lengua,
su enjuto rabo,
y miro el rostro
subordinado al espectro fluvial del oro,
que quema el valor de una blanca paloma,
de una triste paloma crucificada.

La vida de los ratones cuelga de sus miserias, como de los tendales lo hacen las bragas, los calzoncillos y los tangas, mezclados con las sábanas, las camisas y las faldas, como si tuvieran algo que ver. A veces te parece haber encontrado la cuerda perfecta y después de llamarla mil veces mi amor, te cuelgas de ella.
A veces una de estas prendas cae por accidente al patio, seguida por la pinza y al chocar contra el suelo, desprende el agua que tanto tiempo lleva acumulada, encharcando el patio de la vida.
A veces no sólo cae la ropa al patio.

Acariciando
todos los entornos que me rodean,
y percibiendo
tanto que no puedo perder nunca
lo que es válido:
el amor y la ternura,
la amistad y la entrega,
el desinterés, la esperanza.

Pienso,
que hoy mis fuerzas se levantan,
casi, casi,
al compás del ímpetu,
por mantener lo que pertrecha,
delimitado.

Hoy tengo fuerza
para asistir al encuentro de la vida,
o de la muerte,
si me sirve para regalarme
un poco de justicia vital.


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Alejandro Costa
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Alejandro Costa »

Terriblemente bello este patio de la vida.

Está magníficamente descrito y versado.

Hoy tengo fuerza
para asistir al encuentro de la vida,
o de la muerte,
si me sirve para regalarme
un poco de justicia vital.


Pero, estos versos, Anita, estos versos te destrozan de contexto, de tristeza y de belleza.

Espero y deseo que estés mejor.

Un besazo desde el alma.
Salud, paz y felicidad.



No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.…


Me sobra el corazón (Miguel Hernández)
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Julio Arroba
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Julio Arroba »

Siento la tentación de referir algunas notas de realismo mágico en tu poema.

En cualquier caso, hay, al principio, un retrato, uno de un dios caído. Este se desdobla en innumerables ecos sobre las vidas de millones de personas alrededor del mundo. Sus pasos imitan al más común de los grilletes, se comportan como cadenas que de tan extensas tal vez se remonten a Egipto, al mismo Egipto de las pirámides aún frescas.

Lo irónico del cuadro que acabas de pintar —sí, me traes a la mente al buen Caravaggio, con sus juegos de luces y sombras— es que se lo podría aplicar, con éxito parecido, a cualquier dios caído, de cualquier época o linaje.

Pero existe la caricia que lo eleva todo. Es esa que unifica sentidos y mente. La misma que algunos griegos elevaron a himno en el Jardín de Epicuro, hace tanto milenio. Creo hallar ecos de un día cualquiera allí en ese ímpetu del remate que, lo estoy imaginando, parece tersarte, iluminándola, la piel del rostro.

Un fuerte abrazo.
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Ana García
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana García »

Alejandro Costa escribió: Dom, 20 Abr 2025 17:12 Terriblemente bello este patio de la vida.

Está magníficamente descrito y versado.

Hoy tengo fuerza
para asistir al encuentro de la vida,
o de la muerte,
si me sirve para regalarme
un poco de justicia vital.


Pero, estos versos, Anita, estos versos te destrozan de contexto, de tristeza y de belleza.

Espero y deseo que estés mejor.

Un besazo desde el alma.
Gracias por tus palabras, Alejandro.
Por cierto, nunca te he dicho que me encanta tú nombre. Tiene fuerza y sonoridad.
Un abrazo.
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Ana García
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana García »

Julio Arroba escribió: Dom, 20 Abr 2025 17:58 Siento la tentación de referir algunas notas de realismo mágico en tu poema.

En cualquier caso, hay, al principio, un retrato, uno de un dios caído. Este se desdobla en innumerables ecos sobre las vidas de millones de personas alrededor del mundo. Sus pasos imitan al más común de los grilletes, se comportan como cadenas que de tan extensas tal vez se remonten a Egipto, al mismo Egipto de las pirámides aún frescas.

Lo irónico del cuadro que acabas de pintar —sí, me traes a la mente al buen Caravaggio, con sus juegos de luces y sombras— es que se lo podría aplicar, con éxito parecido, a cualquier dios caído, de cualquier época o linaje.

Pero existe la caricia que lo eleva todo. Es esa que unifica sentidos y mente. La misma que algunos griegos elevaron a himno en el Jardín de Epicuro, hace tanto milenio. Creo hallar ecos de un día cualquiera allí en ese ímpetu del remate que, lo estoy imaginando, parece tersarte, iluminándola, la piel del rostro.

Un fuerte abrazo.
En el patio de la vida todo es posible. Se puede visitar otros siglos, pasados o por pasar.
Lugares coincidentes donde la miseria humana es la misma y donde los trapos se secan al sol.
Un buen comentario. Me tienes acostumbrada a lo bueno y yo disfruto con ellos.
Un abrazo.
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Julio Gonzalez Alonso
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Julio Gonzalez Alonso »

Tú lo has dicho: "A veces no sólo cae la ropa al patio". Y lo has escrito, Ana, desde una experiencia dolorida y esperanzada. Eso me basta. Abrazo, y Salud.
Ana Muela Sopeña
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana Muela Sopeña »

Describes muy bien las cadenas del hombre común. Lo terrible de llevar una existencia absurda, de casi máquina. Ese hombre de 16 horas. Una gran imagen poética.

En mitad de ese universo sombrío te alzas como diosa triunfante e inexpugnable.

El final es victorioso.

Un gran poema. Para leer muchas veces. Hay mucha resiliencia en estas letras. Hay fuerza. Hay sanación. Hay poder. El poder de "amar la vida" a pesar de sus miserias.

Volveré para comprender mejor cada uno de tus versos.

Enhorabuena
Entrar a tu espacio siempre es garantía de encontrar buenas letras.
Muchos besos y abrazos, querida amiga
Ana
La Luz y la Tierra, explosión que abre el corazón del espacio.
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xaime oroza carballo
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por xaime oroza carballo »

Ana García escribió: Dom, 20 Abr 2025 11:36
Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.
En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir.
Tan cerca saber que no hay.
Pizarnik



Caminando por las esquirlas
que vomita el hombre mísero,
que traga
como pitón amazónica.

Caminando por las virutas
del hombre día:
el hombre 16 horas.

Observo su larga lengua,
su enjuto rabo,
y miro el rostro
subordinado al espectro fluvial del oro,
que quema el valor de una blanca paloma,
de una triste paloma crucificada.

La vida de los ratones cuelga de sus miserias, como de los tendales lo hacen las bragas, los calzoncillos y los tangas, mezclados con las sábanas, las camisas y las faldas, como si tuvieran algo que ver. A veces te parece haber encontrado la cuerda perfecta y después de llamarla mil veces mi amor, te cuelgas de ella.
A veces una de estas prendas cae por accidente al patio, seguida por la pinza y al chocar contra el suelo, desprende el agua que tanto tiempo lleva acumulada, encharcando el patio de la vida.
A veces no sólo cae la ropa al patio.

Acariciando
todos los entornos que me rodean,
y percibiendo
tanto que no puedo perder nunca
lo que es válido:
el amor y la ternura,
la amistad y la entrega,
el desinterés, la esperanza.

Pienso,
que hoy mis fuerzas se levantan,
casi, casi,
al compás del ímpetu,
por mantener lo que pertrecha,
delimitado.

Hoy tengo fuerza
para asistir al encuentro de la vida,
o de la muerte,
si me sirve para regalarme
un poco de justicia vital.


Pasos nómadas de giróvago.
Para releer (ya lo he hecho, pero volveré).
Bicos.
xaime oroza
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J. J. Martínez Ferreiro
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Registrado: Lun, 19 Nov 2007 13:27
Ubicación: Santiago de Compostela

Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por J. J. Martínez Ferreiro »

Nos llega fresca y vital esa simbología que como pitón amazónica va serpenteando en tus versos; nos llega fresca, hermosa y vital esa lucha por las “cositas buenas” de la vida que… eso… en tus versos se hacen poesía.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico.
"Yo es otro" (Arthur Rimbaud)
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Ana García
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana García »

Julio Gonzalez Alonso escribió: Lun, 21 Abr 2025 15:43 Tú lo has dicho: "A veces no sólo cae la ropa al patio". Y lo has escrito, Ana, desde una experiencia dolorida y esperanzada. Eso me basta. Abrazo, y Salud.
Muchas gracias, Julio. Ha de bastarnos para dar una vuelta a lo que nos sobra en la vida. Pensar y después actuar, si se puede claro.
Gracias por tu atenta lectura.
Salud, compañero.
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Ana García
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Registrado: Lun, 08 Abr 2019 22:58

Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana García »

Ana Muela Sopeña escribió: Lun, 21 Abr 2025 23:35 Describes muy bien las cadenas del hombre común. Lo terrible de llevar una existencia absurda, de casi máquina. Ese hombre de 16 horas. Una gran imagen poética.

En mitad de ese universo sombrío te alzas como diosa triunfante e inexpugnable.

El final es victorioso.

Un gran poema. Para leer muchas veces. Hay mucha resiliencia en estas letras. Hay fuerza. Hay sanación. Hay poder. El poder de "amar la vida" a pesar de sus miserias.

Volveré para comprender mejor cada uno de tus versos.

Enhorabuena
Entrar a tu espacio siempre es garantía de encontrar buenas letras.
Muchos besos y abrazos, querida amiga
Ana
Es que a mí no me apetece ser miope en la vida. No es bella. Tiene más de miseria que de bondad. Y saber eso es mantener cierto grado de realismo vital.
Eso no quiere decir que podamos admirar, de vez en cuando, Buenos paisajes.
Tiendo al pesimismo porque mi vida no es un camino de rosas.
En otra vida... Como dice la canción.
Gracias por tu buen comentario.
Un fuerte abrazo.
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Ana García
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana García »

xaime oroza carballo escribió: Lun, 21 Abr 2025 23:44
Ana García escribió: Dom, 20 Abr 2025 11:36

Pasos nómadas de giróvago.
Para releer (ya lo he hecho, pero volveré).
Bicos.


Qué buena palabra, casi en desuso: girovago.
Gracias por traerla.
Siempre eres bienvenido, amigo mío.
Un abrazo.
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Ana García
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Registrado: Lun, 08 Abr 2019 22:58

Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana García »

J. J. Martínez Ferreiro escribió: Mar, 22 Abr 2025 19:08 Nos llega fresca y vital esa simbología que como pitón amazónica va serpenteando en tus versos; nos llega fresca, hermosa y vital esa lucha por las “cositas buenas” de la vida que… eso… en tus versos se hacen poesía.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico.
No veas el hambre que tiene esa serpiente. Acaba con todo. Terminaremos siendo hombres grises.
Gracias por tu buen comentario.
Un abrazo.
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Rafel Calle
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

EL PATIO DE LA VIDA, DE ANA GARCÍA

posting.php?mode=edit&p=623664

Ana García, en "El patio de la vida" propone una obra que bascula entre la denuncia social, la introspección existencial y la esperanza combativa, transitando por imágenes poderosas, a veces ásperas, a veces tiernas, con un lenguaje que oscila entre lo metafórico y lo narrativo, lo simbólico y lo directo.

Formalmente, el poema se fragmenta en tres núcleos temáticos: el primero se mueve en un tono sombrío, casi distópico, que denuncia la deshumanización del ser humano moderno; el segundo toma un giro narrativo y prosaico con la imagen del tendal y el patio, cargado de una ironía amarga, y el tercero, ya hacia el final, propone una reconquista emocional: el retorno a los valores esenciales.

La alternancia entre versos cortos, abruptos y casi viscerales, y una prosa más discursiva, refleja bien la lucha interna de quien escribe: el vaivén entre la indignación y el deseo de no perder la fe.

Ana utiliza imágenes impactantes y muy originales: “las esquirlas que vomita el hombre mísero”, “el hombre 16 horas”, “el rostro subordinado al espectro fluvial del oro”. Hay aquí una crítica aguda al sistema productivo, al capitalismo deshumanizante, al vaciamiento del sentido vital en nombre de una rentabilidad que aplasta.

La figura de la paloma crucificada no sólo remite al sacrificio de la paz y la inocencia, sino que se integra en una imaginería casi religiosa, que eleva la denuncia a un plano simbólico superior.

La sección central, con la comparación entre la vida de los ratones y la ropa colgada en los tendales, es uno de los momentos más logrados del poema. La mezcla de elementos domésticos con lo existencial —“como si tuvieran algo que ver”— expone una verdad incómoda con cierta crudeza: lo íntimo se vuelve trampa, y el amor se transforma, en ocasiones, en la cuerda de la que uno puede colgarse, en sentido literal o metafórico.

Ana García hace un uso eficaz de la metáfora (pitón amazónica, espectro fluvial del oro, cuerda que se llama “mi amor”), pero también del paralelismo y la anáfora, como en la repetición de “a veces”, que introduce cada imagen como una posibilidad real y cotidiana, hasta desembocar en un verso devastador: “A veces no sólo cae la ropa al patio.”. Este último verso funciona como un punto de inflexión en la obra. Es sobrio y demoledor, y permite que el poema respire luego hacia la esperanza, sin ocultar su gravedad previa.

Los últimos versos contrastan con lo anterior y abren la puerta a una forma de redención personal y colectiva: “el amor y la ternura, la amistad y la entrega”. La voz lírica no claudica. Aunque es consciente de la miseria, el dolor y la injusticia, no renuncia a una ética del cuidado, al poder del vínculo humano, y a la posibilidad de lucha –incluso si esta conduce a la muerte– como camino hacia una “justicia vital”.

En fin, “El patio de la vida” es un poema de gran carga simbólica y emocional. Se sitúa con firmeza en la tradición de la poesía comprometida, pero sin dejar de lado la introspección. Su fuerza está en la crudeza, en la ambivalencia entre lo lírico y lo narrativo, y en la capacidad para articular lo colectivo desde una experiencia íntima. Un poema que incomoda y al mismo tiempo reconforta, que acusa pero también abraza.

Vaya hasta ti una pujante enhorabuena, querida amiga Ana, por esta obra que me parece un triunfo de tu creatividad, junto a un abrazo fuerte, todo envuelto en el gran deseo de que te recuperes pronto y del todo.
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Ana García
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Re: El Patio de la Vida

Mensaje sin leer por Ana García »

Rafel Calle escribió: Mar, 13 May 2025 20:39 EL PATIO DE LA VIDA, DE ANA GARCÍA

posting.php?mode=edit&p=623664

Ana García, en "El patio de la vida" propone una obra que bascula entre la denuncia social, la introspección existencial y la esperanza combativa, transitando por imágenes poderosas, a veces ásperas, a veces tiernas, con un lenguaje que oscila entre lo metafórico y lo narrativo, lo simbólico y lo directo.

Formalmente, el poema se fragmenta en tres núcleos temáticos: el primero se mueve en un tono sombrío, casi distópico, que denuncia la deshumanización del ser humano moderno; el segundo toma un giro narrativo y prosaico con la imagen del tendal y el patio, cargado de una ironía amarga, y el tercero, ya hacia el final, propone una reconquista emocional: el retorno a los valores esenciales.

La alternancia entre versos cortos, abruptos y casi viscerales, y una prosa más discursiva, refleja bien la lucha interna de quien escribe: el vaivén entre la indignación y el deseo de no perder la fe.

Ana utiliza imágenes impactantes y muy originales: “las esquirlas que vomita el hombre mísero”, “el hombre 16 horas”, “el rostro subordinado al espectro fluvial del oro”. Hay aquí una crítica aguda al sistema productivo, al capitalismo deshumanizante, al vaciamiento del sentido vital en nombre de una rentabilidad que aplasta.

La figura de la paloma crucificada no sólo remite al sacrificio de la paz y la inocencia, sino que se integra en una imaginería casi religiosa, que eleva la denuncia a un plano simbólico superior.

La sección central, con la comparación entre la vida de los ratones y la ropa colgada en los tendales, es uno de los momentos más logrados del poema. La mezcla de elementos domésticos con lo existencial —“como si tuvieran algo que ver”— expone una verdad incómoda con cierta crudeza: lo íntimo se vuelve trampa, y el amor se transforma, en ocasiones, en la cuerda de la que uno puede colgarse, en sentido literal o metafórico.

Ana García hace un uso eficaz de la metáfora (pitón amazónica, espectro fluvial del oro, cuerda que se llama “mi amor”), pero también del paralelismo y la anáfora, como en la repetición de “a veces”, que introduce cada imagen como una posibilidad real y cotidiana, hasta desembocar en un verso devastador: “A veces no sólo cae la ropa al patio.”. Este último verso funciona como un punto de inflexión en la obra. Es sobrio y demoledor, y permite que el poema respire luego hacia la esperanza, sin ocultar su gravedad previa.

Los últimos versos contrastan con lo anterior y abren la puerta a una forma de redención personal y colectiva: “el amor y la ternura, la amistad y la entrega”. La voz lírica no claudica. Aunque es consciente de la miseria, el dolor y la injusticia, no renuncia a una ética del cuidado, al poder del vínculo humano, y a la posibilidad de lucha –incluso si esta conduce a la muerte– como camino hacia una “justicia vital”.

En fin, “El patio de la vida” es un poema de gran carga simbólica y emocional. Se sitúa con firmeza en la tradición de la poesía comprometida, pero sin dejar de lado la introspección. Su fuerza está en la crudeza, en la ambivalencia entre lo lírico y lo narrativo, y en la capacidad para articular lo colectivo desde una experiencia íntima. Un poema que incomoda y al mismo tiempo reconforta, que acusa pero también abraza.

Vaya hasta ti una pujante enhorabuena, querida amiga Ana, por esta obra que me parece un triunfo de tu creatividad, junto a un abrazo fuerte, todo envuelto en el gran deseo de que te recuperes pronto y del todo.
¿Sabes una cosa, Rafel? Tus comentarios, tanto los que me dedicas a mi o a los compañeros, me obligan a escribir mejor cada día. Es una obligación sana.
Pienso que son disertación que mejoran e incluso superan mis poemas. Tu capacidad lectora es enorme. Me/nos vas conociendo, cada vez que me/nos lees, un poco más.
Que la poesía nos desnuda y nos deja al descubierto.
Muchas gracias, de corazón, por dedicarme tu tiempo.
Un fuerte abrazo y un beso enorme. Lo has bordado.
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