Editorial Alaire

No sé decir verdades duraderas
porque siento que soy
la duda temeraria,
el pájaro que emigra al sur de los conceptos,
en una itinerante decisión
de ideas animosas, al bies de la esperanza.

No sé si tarde, pero sé que llegan
mil colibrís libando
el néctar de la flor desarreglada,
en una tradición de polen roto
y picos kilométricos sin rumbo
alimentándose de mis estrambres.
El néctar del sabor de las entrañas.

Perdido en ordenar cuanto sucede,
solo queda ordenarme la añoranza
en el cosmos fatídico de los saldos punibles;
restas y divisiones a cuchillo,
multiplicando vedas,
acrecentando el ansia, despedazando flores.
¿Qué podría quedar de jardines geniales
en una resistencia de flor estrafalaria?

Si existe el duende de la paz ansiosa
puede ser el momento de buscarlo,
ahora que la duda me entorpece,
ahora que se mueven los fantasmas.

Son los escalofríos
que asombran mis certezas, el pulso más inhóspito
del ave y su arrogancia,
un jardín de laureles sospechosos,
el zumo del silencio.
Respuestas sin palabras.

Con un temblor que asume la duda sostenible,
en los presentimientos
se despereza el alba.

Si existe la indulgencia
puede ser el momento de mostrarla,
ahora que la duda me entorpece,
ahora que se mueven los fantasmas.


Son los escalofríos
que asombran mis certezas, el pulso más inhóspito
del ave, y la arrogancia,
un jardín de laureles sospechosos,
el zumo del silencio.
Respuestas sin palabras.


En un temblor que asume la duda sostenible
en los remordimientos, es la hora del alba.

Rafel

Conmueve andar por el camino que muestra este poema y el reflexionar de los versos finales invita a reflexión de otros espejos.
Un abrazo y felicidades, estimado compañero.

"No sé decirme verdades duraderas "

en la poesía como en la vida, mejor no
tener ideas fijas, la regla a seguir si es que
hay que seguir alguna es no tener reglas.

Por cierto, por continuar con la tónica del poema
en este primer verso cambiaría el orden de "verdades duraderas",
aunque tus motivos tendrás para dejarlo como está.

Destaco esta estrofa a lo Joquín Sabina

"Si existe la indulgencia
puede ser el momento de mostrarla,
ahora que la duda me entorpece,
ahora que se mueven los fantasmas"

te sales RAfael, estás incombustible

recibe un abrazo con campanillas de navidad

Escueta mi respuesta, una gozada. Saludos

Dudar es bueno y cambiar de opinión también. Las verdades no existen, sólo nuestras verdades y está bien que sean mutables. Yo por ejemplo soy pura contradición. Fue un placer leerte, amigo Rafel.

Un beso grande

Un poema muy cartesiano.
La duda es necesaria para no caer en la vaciedad.
Es necesaria la duda hasta cuando creemos en la certeza; porque, amigo mío, la doxología está al alcance de todos pero, la duda es solo para quien tiene la esperanza de vivir.
Saludos.

Tras el tono intimista de tu poema se adivina -o creo adivinar- la solicitud de una opinión (no un consejo, que nunca admitirías) sobre la que reafirmar tus convicciones; desde el discurso de una existencia aparentemente frágil nos reconvienes y señalas caminos. Creo que, en el fondo, te muestras como ejemplo a través de un modelo supuestamente poco deseable, indeciso, tal vez confuso. Pero lo que late en cada verso son las ganas de vivir, y es ese vitalismo profundo el que nos redime.
Salud.

Muchas gracias, amigo Néstor, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Te mando un fuerte abbrazo.

Rafel Calle escribió:No sé decirme verdades duraderas
porque siento que soy
la duda temeraria,
el pájaro que emigra al sur de los conceptos,
en una rectilínea función
de ideas, animosa, al bies de la esperanza.

No sé si tarde, pero sé que llegan
mil colibrís libando
el néctar de la flor desarreglada,
en una tradición de azúcar roto
y picos kilométricos sin rumbo
alimentándose de mis lunares.
El néctar del sabor de las entrañas.

Perdido en ordenar cuanto sucede,
solo queda ordenarme la añoranza
y el resto de un ayer equivocado,
más equívocos, más de todo incierto.
¿Qué podría quedar de los controles
que ejerció una vida estrafalaria?

Si existe la indulgencia
puede ser el momento de mostrarla,
ahora que la duda me entorpece,
ahora que se mueven los fantasmas.

Son los escalofríos
que asombran mis certezas, el pulso más inhóspito
del ave, y la arrogancia,
un jardín de laureles sospechosos,
el zumo del silencio.
Respuestas sin palabras.

Con un temblor que asume la duda sostenible,
en los presentimientos es la hora del alba.

Amigo Rafel:

La verdades duraderas
es posible que no existan
y por eso a ti
te cuesta tanto encontrarlas.

Tenemos que acostumbrarnos
a convivivir con la duda,
por que ella es
consustancial a nosotros,
y hemos de hacer el milagro
de hacerla compatible
con la esperanza necesaria
para llevar esta vida con decoro.

Y como los colibrís saben hacer
también a nosotros es vital
aprender a sacar
el néctar de todas nuestras dudas,
eos lunares que embellecen nuestra piel,
por somos así, cuerpo hecho de dudas,
inconcluso aún
y en el que cada día hemos de poner orden
añadiendo un nuevo ladrillo,
alguna duda nueva
que nos asalta por sorpresa
y la hacemos nuestra para siempre.

Un abrazo.

* * *

Estás encontrando tu verdadera voz, amigo, buscas y encuentras.

Porque todo en la vida es saber lo que se quiere y luchar por ello.

Eso que tú dices de que cada verso a de ser un poema en mismo, lo pones a escena en este poema.
No hay nada mejor que mostrar los argumentos con hechos, y tú lo acabas de hacer con una facilidad pasmosa.
Felicidades sinceras.

Mi abrazo.

Luis Oroz.

Amigo Rafa, continúas en esa línea de introspección y análisis crítico personal que bien podría armarse en un poemario muy interesante. Denoto un gran avance y dominio en el desarrollo de las imágene, sobre todo en estas tres estrofas:

"No sé decirme verdades duraderas
porque siento que soy
la duda temeraria,
el pájaro que emigra al sur de los conceptos,
en una rectilínea función
de ideas, animosa, al bies de la esperanza.

No sé si tarde, pero sé que llegan
mil colibrís libando
el néctar de la flor desarreglada,
en una tradición de azúcar roto
y picos kilométricos sin rumbo
alimentándose de mis lunares.
El néctar del sabor de las entrañas.

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Son los escalofríos
que asombran mis certezas, el pulso más inhóspito
del ave, y la arrogancia,
un jardín de laureles sospechosos,
el zumo del silencio.
Respuestas sin palabras. "

En fin, en excelente ejercicio poético de exploración interna que al poeta le es obligado experimentar

Un fuerte abrazo "colegazo" y "feliciano" parta ti y todos los tuyos

Rafa,

quien no siente escalofríos, es que nunca ha sentido nada

destrenzar el árbol de decisión de los instantes, implica la dureza que supone el conocimiento............y, ése, es un menú tanto más arduo, cuanto más se penetra en él

pero, ¿qué conseguríamos poniéndonos una venda sobre los ojos?


Si existe la indulgencia
puede ser el momento de buscarla,
ahora que la duda me entorpece,
ahora que se mueven los fantasmas.

es la paz interior nuestro objetivo.....única fuente de verdadera felicidad...........esa resultante de, a pesar de todos los pesares, a pesar de las arenas movedizas, saber que, en cada momento hicimos lo que creímos debíamos hacer....equivocados, o no

me encantó la forma de ir deshilando pensamientos y emociones, surgidas al hilo de los interogantes interiores

un fuerte abrazo desde la península............Pilar

Muchas gracias, querido amigo Alonso, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Te deseo un feliz Año Nuevo.
Y te mando un fuerte abrazo.

Siempre la calidad medrando en tus poemas... Así da gusto.
Un abrazo Rafael.
J. Manuel

Un poema existencial que se nutre de la duda personal para intuir ciertas pistas que ayuden a arrreglar el "desarreglo", especialmente, los "presentimientos" en la luz que presta el alba. En cuanto a su forma, me parece que se desliza en una atrayente cadencia y que sus variadas metáforas dan un especial y lograda decoración al poema. Excelente, Rafel.
Un cordial saludo.
Julián Borao