Crítica literaria a “ET NE NOS INDUCAS IN TENTATIONEM”, de Julio González Alonso
- Rafel Calle
- Mensajes: 25008
- Registrado: Dom, 18 Nov 2007 18:27
- Ubicación: Palma de Mallorca
Crítica literaria a “ET NE NOS INDUCAS IN TENTATIONEM”, de Julio González Alonso
Julio González Alonso, en “Et ne nos inducas in tentationem” (en latín “y no nos dejes caer en la tentación”, tomada del Padrenuestro) denuncia amarga y descarnadamente la realidad política y social. Con un tono profético y una estructura en verso multimétrico (ese que llaman verso libre), el poeta construye un discurso de indignación que expone la corrupción, la injusticia y la miseria humana en contraste con la belleza y la esperanza.
Desde los primeros versos, el poema adopta un tono de advertencia: “Esto es todo lo que deberías saber”, marcando un punto de partida casi dogmático, como si se tratara de una verdad absoluta e ineludible. La segunda persona del singular (“deberías saber”) involucra directamente al lector, obligándolo a enfrentarse con la realidad que el autor describe.
El tono es grave, solemne y profético, con una cadencia que recuerda a los textos bíblicos o a los discursos de advertencia moral. La elección del título refuerza esta conexión con el discurso religioso, pero aquí no se trata de una súplica de fe, sino de un lamento existencial y una denuncia del abuso de poder.
La obra denuncia la falsedad de los líderes y las estructuras de poder:
-“He visto tiranos vestidos de salvadores”. La imagen del tirano disfrazado de redentor es una crítica directa a la hipocresía política y a los discursos populistas.
-“El rico se hacía enormemente rico con los votos de los pobres”. Se resalta la ironía de la democracia manipulada, donde los desfavorecidos son usados como herramientas para perpetuar la desigualdad.
-“Fermentar el odio, extender el miedo, secuestrar la palabra”. Denuncia la manipulación del lenguaje y la retórica como armas de control.
El poema se mueve entre imágenes de violencia, hambre y devastación: “las ciudades, la carne humana en hospitales y escuelas, negados el pan y el agua de la boca de los niños.” Esta enumeración caótica refuerza la sensación de un mundo en descomposición, donde las instituciones fallan y los seres humanos son reducidos a víctimas o victimarios.
Julio emplea imágenes poderosas que apelan a la visión y al impacto emocional:
-“Escaleras de discursos violentos, sostenidos en mentiras”. La idea de que el poder se construye sobre palabras falsas resuena como una advertencia sobre la manipulación del lenguaje.
-“La enloquecida marcha de los hombres huyendo de los hombres”. Una imagen devastadora que resume el absurdo de la guerra y la opresión.
El poema cierra con un contraste abrupto: “derramando lágrimas sobre el género humano al tiempo que contemplo la belleza.” Aquí, el poeta reconoce que, a pesar del horror, la belleza persiste. Este final introduce una paradoja que sugiere que, incluso en la mayor desolación, la humanidad aún tiene algo valioso que rescatar.
En fin, “Et ne nos inducas in tentationem” es un obra de gran intensidad crítica, que combina una estructura discursiva casi bíblica con un lirismo devastador. Julio no solo denuncia la corrupción y la violencia, sino que también nos enfrenta a la dualidad del mundo: el horror y la belleza conviven, y es en esa contradicción donde la humanidad se juega su destino.
Vaya mi enhorabuena, don Julio González Alonso, por este trabajo que viene a enlucir tu Pater Noster, por lo demás, una serie de obras que dejan muy alto el listón de tu poesía.
Un fuerte abrazo.