- Desenlace-

[Israel Liñán]

Me desangré, se pudrieron mis venas,
soy el arroyo cuyo cauce enfrenta al desierto,
allá en los pasos dorados
de la antigua Samarcanda,
una sombra de lamentos
que se adhieren como fango.

A mi alrededor
los muertos susurran antiguas canciones,
hablan de ecos que rebotan en las cristaleras
de los edificios.

Mañana en la mañana
Madrid venderá su alma,
una lluvia que no moja
sellará el pacto,
las carreteras evaporarán su asfalto,
respiraremos cáncer
mientras se desgastan una a una
las salidas, las realidades.

Mira al frente
- pretendo ordenarme-
despega los ojos del suelo,
el cielo es un avispero de colores cálidos
y el sol se esconde sonrosado
tras las montañas,
levanta la vista,
respira el polvo en suspensión,
olvida quién fuiste, olvídalo todo.

Me desangré por los ojos la mañana
que te quise llorar,
como un cachorro que se muerde la cola
en caída libre,
y decidí que lo mejor era entregar las armas
mientras ardía Caracas,
y vaciar el tintero sobre mis muslos.
Nada nos deparaba este viento cuántico.

Mañana por la tarde
Madrid escuchará un estruendo,
un lamento de verdades escondidas
cocinadas a fuego lento,
y saldrán sus hormigas a la calle,
señalando los cazas en el cielo,
orgullosos, de ser parte de esto,
de colorear con sus cenizas,
las ilustraciones de este cuento.

Ni luces,
ni tinieblas,
ni tu coño,
ni mi corazón,
ya no quiero nada, sólo esta canción,
me duelen los versos que pude escribir,
entre tanta frustración
ya no queda un poso de realidad.

Me despido para siempre,,
transformaré mis poemas en compost.

Abonaré con ellos una hermosa higuera,
y tal vez sonreiré
mientras sus ramas se secan.

[Alejandro Costa]

Terribles versos que nos presenta un desenlace destructivo y apocalíptico.

Buen escrito, lleno de metáforas que le dan la fuerza necesaria.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un placer leerte de nuevo, amigo Israel, en este estilo tan tuyo donde brilla lo auténtico y descarnado.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

[Pascual Pérez]

Me desangré, se pudrieron mis venas,
soy el arroyo cuyo cauce enfrenta al desierto,
allá en los pasos dorados
de la antigua Samarcanda,
una sombra de lamentos
que se adhieren como fango.

A mi alrededor
los muertos susurran antiguas canciones,
hablan de ecos que rebotan en las cristaleras
de los edificios.

Mañana en la mañana
Madrid venderá su alma,
una lluvia que no moja
sellará el pacto,
las carreteras evaporarán su asfalto,
respiraremos cáncer
mientras se desgastan una a una
las salidas, las realidades.

Mira al frente
- pretendo ordenarme-
despega los ojos del suelo,
el cielo es un avispero de colores cálidos
y el sol se esconde sonrosado
tras las montañas,
levanta la vista,
respira el polvo en suspensión,
olvida quién fuiste, olvídalo todo.

Me desangré por los ojos la mañana
que te quise llorar,
como un cachorro que se muerde la cola
en caída libre,
y decidí que lo mejor era entregar las armas
mientras ardía Caracas,
y vaciar el tintero sobre mis muslos.
Nada nos deparaba este viento cuántico.

Mañana por la tarde
Madrid escuchará un estruendo,
un lamento de verdades escondidas
cocinadas a fuego lento,
y saldrán sus hormigas a la calle,
señalando los cazas en el cielo,
orgullosos, de ser parte de esto,
de colorear con sus cenizas,
las ilustraciones de este cuento.

Ni luces,
ni tinieblas,
ni tu coño,
ni mi corazón,
ya no quiero nada, sólo esta canción,
me duelen los versos que pude escribir,
entre tanta frustración
ya no queda un poso de realidad.

Me despido para siempre,,
transformaré mis poemas en compost.

Abonaré con ellos una hermosa higuera,
y tal vez sonreiré
mientras sus ramas se secan.

Me ha gustado mucho este poema tan negro y con tantos componentes surrealistas, al estilo de Juan Rulfo en Pedro Páramo, aunque ambientado en Madrid. Enhorabuena, amigo Israel.

[xaime oroza carballo]

Me desangré, se pudrieron mis venas,
soy el arroyo cuyo cauce enfrenta al desierto,
allá en los pasos dorados
de la antigua Samarcanda,
una sombra de lamentos
que se adhieren como fango.

A mi alrededor
los muertos susurran antiguas canciones,
hablan de ecos que rebotan en las cristaleras
de los edificios.

Mañana en la mañana
Madrid venderá su alma,
una lluvia que no moja
sellará el pacto,
las carreteras evaporarán su asfalto,
respiraremos cáncer
mientras se desgastan una a una
las salidas, las realidades.

Mira al frente
- pretendo ordenarme-
despega los ojos del suelo,
el cielo es un avispero de colores cálidos
y el sol se esconde sonrosado
tras las montañas,
levanta la vista,
respira el polvo en suspensión,
olvida quién fuiste, olvídalo todo.

Me desangré por los ojos la mañana
que te quise llorar,
como un cachorro que se muerde la cola
en caída libre,
y decidí que lo mejor era entregar las armas
mientras ardía Caracas,
y vaciar el tintero sobre mis muslos.
Nada nos deparaba este viento cuántico.

Mañana por la tarde
Madrid escuchará un estruendo,
un lamento de verdades escondidas
cocinadas a fuego lento,
y saldrán sus hormigas a la calle,
señalando los cazas en el cielo,
orgullosos, de ser parte de esto,
de colorear con sus cenizas,
las ilustraciones de este cuento.

Ni luces,
ni tinieblas,
ni tu coño,
ni mi corazón,
ya no quiero nada, sólo esta canción,
me duelen los versos que pude escribir,
entre tanta frustración
ya no queda un poso de realidad.

Me despido para siempre,,
transformaré mis poemas en compost.

Abonaré con ellos una hermosa higuera,
y tal vez sonreiré
mientras sus ramas se secan.

Hermoso el grito amargo, compañero. Para releer en voz alta. Gracias por tu aliento.

Fonda aperta, irmao.

[Israel Liñán]

Gracias por tus palabras Alejandro, un abrazo.

[Israel Liñán]

Gracias J.J., es cierto que estoy un poco perdido últimamente, pero os sigo leyendo.

Un abrazo.

[Israel Liñán]

Gracias por tus palabras Pascual. Recuerdo una discusión que tuve hace tiempo con un conocido que sostenía que Juan Rulfo fue escrito por Pedro Páramo, y no había quién lo bajase de ahí. Hace tiempo de eso, hoy en día con San Google lo habría convencido rápidamente.

Un abrazo.

[Israel Liñán]

Xaime, muchas gracias por tus palabras.

Un abrazo.

[Marisa Peral]

Me alegro mucho de volver a leerte, Israel, aunque tu poema sea tan duro y frustrante.
Eres tú y tu poesía urbana que tan bien describes y transmites.
Espero que la Higuera se quede sin abono y que vuelvas, aunque sea poco a poco.
Un abrazo muy grande.

[Ara López]

Un poema que consigo demoledor y con las imágenes tan tuyas a las que nos tienes acostumbrados.

"y decidí que lo mejor era entregar las armas
mientras ardía Caracas," es decir, un día cualquiera, a una hora cualquiera

Excelente poema.

[Ramón Carballal]

Excelente remate final para un poema de tono apocalíptico que hace honor a tu línea poética donde lo urbano tiene mucha presencia. Me ha gustado y disfruté con la lectura. Un saludo.

[Ana García]

Puede que del compost salga una higuera que no se seque. Un buen abono para tus versos.
Qué bueno volver a leerte.
Un fuerte abrazo.

[Administración Alaire]

Enhorabuena, amigo Israel, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "Desenlace".
Un cordial abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Hola, Israel:

Un poema apocalíptico duro, realista, conmovedor.

La realidad que nos rodea es muy inquitante y tú la reflejas con mucha destreza en tus versos.

Enhorabuena doble, por el poema y por el reconocimiento.

Un beso
Ana