Ramón Carballal escribió: ↑Lun, 17 Mar 2025 9:54
En el tambor del cristal el viento golpea con el ritmo alegre de una música que hace vibrar la piel transparente de la ventana
Regresa el niño que fui al temor de las cicatrices azules
y el trueno un susurro de ángeles sordos que asusta a la memoria
Estimado Ramón, esta aparente prosa poética me parece un poema en prosa. Los versos, majestuosos, vestidos de largo, encabalgándose, crean un efecto de continuidad y movimiento; me han llevado de una imagen a la siguiente, de una metáfora a otra, sin solución de continuidad. Un poema digno de un profundo estudio y que conste que no es afán de amigo.
Me comentabas que en estos tiempos que vivimos la vuelta del hombre a la naturaleza y su comunión con ella son más necesarios que nunca, y éste es un ejemplo magnífico; también los poemas de mi querido bardo barbón, otro poeta gallego insigne del grupo junto con nuestro entrañable Fe.
Has combinado, con ese expertís de poeta maduro, elementos de la naturaleza con las emociones humanas a través de la interacción que crea la observación del viento tamborileando en la ventana, la lluvia, el relámpago, el trueno posterior con el paisaje interior del poeta. Ello te ha servido de perfecta excusa para explorar la transición del tiempo desde la infancia hasta la adultez, y cómo los recuerdos de la niñez persisten en la memoria sacando de nosotros emociones primigenias.
No habría papel en blanco para describir una a una la cantidad y calidad de las imágenes que has intercalado, convenientemente; crean un ritmo que imita al movimiento del viento y la lluvia que se describe en el poema; me ha dejado sin aire, cada vez más emocionado, cada vez más admirado por esa imaginería que vienes demostrando siempre. También el análisis de los elementos rítmicos sería largo. Me encantaría que el conocimiento de Rafel en estos temas los pudiera profundizar.
Y es que el poema está lleno de figuras retóricas, incluyendo metáforas y personificaciones. La ventana se describe como teniendo una "piel transparente", y el trueno es un "susurro de ángeles sordos", lo que aporta un sentido de vida a los elementos inanimados. La lluvia que parece brotar de los ojos del poeta y las "cicatrices azules", destacada por nuestro querido Alejandro, son metáforas muy potentes que sugieren tristeza y un pasado marcado por experiencias intensas.
En fin, ¿qué quieres que te diga más? Pues lo dicho, que este poema es un gran regalo. De aquel trueno llegaron estos versos. Tu gran sensibilidad me ha invitado hoy a la introspección y a la apreciación de la belleza y el poder evocador de la naturaleza y sus afinidades con el espíritu humano.
Un abrazote amigo y feliz día
P.D.: Acabo de darme cuenta de que te cambié hasta el apellido en el dedicado, voy a rectificar.