Editorial Alaire

hay un planeta de terribles dientes
envenenando el agua en que caen los niños
PABLO NERUDA


En las suelas llevo pegadas las entrañas
de una ciudad llena de niños
culpables por lanzar deseos al aire
y petardos de risa
a la hiedra mala que mastica chicle.

Hoy el frío ha sido más poderoso
que una bomba incendiaria
y unos ojitos -estrellas congeladas
en una noche eterna- observan
sin ver cómo a mis suelas se adhieren
muñecos y cochecitos de juguete.

Cuando abran las negras bolsas
del fin del mundo la carne lechal
cotizará por encima de cualquier vida
mientras mis suelas -yo absorto
por el filo de un mar ahíto de naufragios
en mis negocios de trocear escuelas-
esquivan pequeños bultos
vomitados por las olas.

Hay una belleza terrible en ver a unos niños
nacidos entre emboscadas
y desahuciados tan pronto de ser niños
jugando a matarse
¿qué pretexto puede haber para el cuento
o para regalar mariposas?
mis suelas han resuelto el dilema rompiendo
un espejo intacto entre tanta destrucción.

el poeta se erige, porque puede y porque es su obligación moral, en vocero de los males de un mundo en descomposición en el que los niños tienen cerradas las puertas al porvenir. Entonces, la pregunta del millón es...

Entonces la pregunta del millón es…

¿Alguien tiene derecho a dejar a los niños sin futuro?
Y sí, por desgracia hay muchos infames que se creen con ese y muchos más derechos.
Por eso yo doy gracias a los voceros que levantan ampollas, que irritan a los infames, que azuzan a los inmóviles para que cambie este mundo y los niños puedan crear un futuro digno y mejor para todos.
Gracias, Francesch, por seguir voceando por tantos, por todos.

Un abrazo.

Excelente poema social, Francesh:

Mientras no cambiemos la democracia (con políticos) a democracia participativa (votando cada propuesta los propia ciudadanos) lo tenemos mal. Con nuestro dinero vía impuestos se compran armas, se financian las guerras, se fabrican armas letales. Con nuestro dinero vía depósito en bancos o simplemente teniendo una cuenta en un Banco se compran armas, se financia energía nuclear para hacer armas letales, se compran acciones bursátiles de empresas de guerra.

Para salir de todo esto debemos dejar de financiar la guerra. No sé cómo se llega a eso, pero hay que intentarlo.

Tu poema es terrible, pero real.

Los niños no tienen futuro en los territorios en guerra y en los que no hay guerra creo que tampoco.

Un abrazo
Felicidades
Ana

Hay una belleza terrible en ver a unos niños
nacidos entre emboscadas
y desahuciados tan pronto de ser niños
jugando a matarse
¿qué pretexto puede haber para el cuento
o para regalar mariposas?
mis suelas han resuelto el dilema rompiendo
un espejo intacto entre tanta destrucción.

Esta estrofa ya lo dice todo.

Responde con claridad a la pregunta, que no deberíamos hacernos, pero que está ahí como otra cuchilla de este mundo tan cortante.

Buen escrito. Mejor mensaje.

Un abrazo.